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Los casos del virus Night continuaban de manera impredecible.

Podía decirse que una de cada ocho personas era contagiada y solo la mitad lograba despertar antes de los seis días. Eso sí seguía con los protocolos de higiene, porque también existían casos de personas que morían al instante, como Barb.

Los casos eran demasiado cortos como para considerar que esto fuese una posible pandemia por esa razón los sistemas de salud no creyeron necesario el crear alguna cuarentena.

Prácticamente afectaba a un miembro de cada familia en la ciudad. Eso me colocaba en la obligación de seguir con el gran problema que no habría tenido sí Gwen no se hubiese enfermado.

Mi madre nunca me envió el dinero, los dueños del departamento iban a desalojarme y la mamá de April fue contagiada tres días después de que Barb falleciera, solo que ella tuvo la suerte de poder ser conectada antes del tiempo limite.

—Te prometo que solo serán unos días —me sentí obligada a apoyar a mi mejor amiga de la única forma que también podría beneficiarme. Sin embargo April no quería que nadie durmiera en el cuarto de su madre—. Va a estar bien, April. Es una mujer muy fuerte.

Dormí en el sillón de la entrada, un lugar demasiado incomodo, y la acompañé cada vez que iba al hospital. Incluso la abracé cuando el tiempo limite llegó y su madre no despertó.

—De veras lo siento —sujetarla fue lo más difícil que he hecho en mi vida, porque no la dejé ver el instante en que el medico desconectó el respirador.

Su cuerpo fue cremado y April colocó las cenizas junto a la televisión de su sala. De esa forma cada vez que ella viera la tele se sentiría como sí su madre aun estuviese ahí acompañándola.

Durante todo ese tiempo también me enfoqué en buscar departamento y encontré uno a veinte minutos de la escuela. Podía irme cuando quisiera pero eso sería abandonar a mi mejor amiga en el momento más triste de su vida.

—¿Estas segura? —April estaba convencida de lo que hacía.

Yo en cambio no sabía sí lo estaba haciendo era por ayudarla o para no mudarme a ese departamento que parecía haber sido usado por un vendedor de metanfetamina.

—Ella ya no esta, Lacey. Y tu lo necesitas más —Pero la habitación de su madre.

No podía aceptarla.

April me la ofreció con la condición de que la cuidará. Podía guardar mi ropa y accesorios sin tener que quitar las cosas y debía limpiar a los muebles cada siete días, como su madre lo hacía.

—Bienvenida a casa Lacey.

—Gracias —Era oficial.

April era mi nueva familia.

Las semanas pasaron y los casos del virus Night continuaron.

En nuestro vecindario se vieron tres en personas entre las edades de 25 y 32 años por otra parte en el centro eran más abundantes y todos pertenecían a adultos pero no menores de 21 años. De esa forma se llegó a la teoría de que el virus no podía afectar a los jóvenes.

Los casos eran impredecibles, pero no los protocolos de seguridad.

Cada tres días debíamos hacernos un examen de sangre. Teníamos prohibido usar cubre bocas o guantes pero sí gel anti bacterial. Y admito que vivir con April me daba la ventaja de poder entregar mi examen antes de tiempo.

—Suerte.

—Igual, Lacey —ya que en la escuela April estaba a cargo de esos exámenes.

Todo por la salud y la educación.

EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, INMUNES libro 1 | DISPONIBLE EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora