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Hunter

—¡Vamos chicos! —después de casi cinco días de paz volvimos a la antigua rutina, solo que esta vez podíamos contar con provisiones aseguradas —¡Que hoy quiero regresar temprano! —y la ayuda de alguien que no nos dejaría por una tonta moto.

—Trata de no moverte mucho —Kyle—. Recuerda que aun necesitas medicina.

—Lo sé —tenía poco tiempo de haberse recuperado.

Batallaba para caminar y no equilibraba bien sus pasos.

April consideró la idea de que nos acompañara, en vez de Levi, para ayudarlo a mover sus piernas. Solo que su trabajo sería rellenara los botes de combustible mientras que nosotros nos encargamos de revisar todas las maletas.

Teníamos muchos víveres asegurados.

Ahora nuestra prioridad era encontrar ropa.

Kyle nos dijo de otras tres habitaciones que usaron para guardar cajas o maletas y de estas Rose no nos dijo nada porque no sabía quienes eramos.

—Al fin —April, por otra parte, se sintió como sí estuviese en un centro comercial.

En cada maleta ella encontraba ropa o accesorios como lentes de sol, cosméticos o tintes para cabello.

—¿Qué tal me veo? —sin duda eso era una parte de ella que no conocía.

—Wow —algo que solo esperaría ver en las niñas que siguieron la moda BRATZ.

Su rostro ahora tenía un tono claro y brillo-so, como los diamantes, los labios eran rojos, las pestañas oscuras y su cabello despedía un intenso aroma.

—Dilo —no encontraba palabras para describirlo.

—Sí te soy sincero —April era otra— te pareces a Sia.

—No lo había notado —tal vez no fue la mejor respuesta.

April permaneció silencio durante un par de segundos, sin apartar su mirada del espejo.

Creo que el haberla comparado con una cantante de 44 años fue la manera más estúpida de decirle que lucía hermosa.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, es solo que nunca nadie me había dicho que me maquillaba como Sia.

—A mi me encanta Sia —eso no era cierto. Odiaba sus canciones.

—También a mi, pero no imaginé lo bien que haría —April continuó firme, como sí estuviese enfocada en entender a quien estaba viendo— Hunter te puedo hacer una pregunta.

—Sí.

—¿Alguna vez imaginaste que así sería el fin del mundo?.

—La verdad si. Pero no con nosotros ahí.

April volvió a sonreír.

—Se nota que vez mucha televisión —retiró el maquillaje de su rostro con un par de toallas húmedas y volvió a mirarse al espejo, como sí no le hubiese interesada volver a crear ese rostro.

—¿Todo bien? —April no me respondió.

Devolvió todo el maquillaje y continuó la inspección, supuse que no quería hablar más de eso.

Y yo tampoco.

Todavía había muchas maletas.

Algunas tenían ropa de niño, vestidos, juguetes sexuales y...

—No puede ser —...en otra encontré una cosa que solo creí ver en mis sueños.

¡Parecía ser demasiado extraño como para ser real!

EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, INMUNES libro 1 | DISPONIBLE EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora