Capítulo cuarenta y cinco

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Emma:

Estaba asustada, no lo iba a negar, esto era tremendamente nuevo para mí, y no sabía exactamente qué era lo que tenía que hacer, pero dejé que las cosas siguieran su curso y me fui dejando llevar por el deseo que tenía hacia Aiden, a pesar de tener las manos totalmente temblorosas y el corazón latiéndome a mil por segundo.

Jamás había dejado que nadie me viera desnuda, salvo por mis padres cuando era solo una pequeña, y ahora ya le había dado el sí a mi novio para que me tocara, para que me hiciera suya. Siempre tuve inseguridades con mi cuerpo, siempre sentí que no tenía todo lo que a los chicos les podía gustar. Por ejemplo, varias veces, en los ratos libres en el colegio, llegaba a escuchar cuál es el estereotipo de mujer que a los chicos les gusta, y claramente eso implica tener mucho culo y muchas tetas, algo que yo casi no tenía. A Aiden jamás lo escuché decir una sola palabra de eso, es más, nunca tocamos este tema, y temía que él fuera parte de los que preferían aquel típico estereotipo y terminara decepcionándose al tenerme totalmente expuesta ante él.

—¿Qué tienes? —dejó de besarme para mirarme. Me acarició la mejilla en el acto.

—¿Por? —pregunté, mirándolo casi en la oscuridad. La cara de Aiden solo era alumbrada por la luz de la pantalla del televisor. La película seguía su curso, y hasta donde llegué a ver era interesante, pero ahora ninguno de los dos teníamos la intensión de seguir viéndola.

—Pareces estar pensando demasiado. ¿Te estás arrepintiendo? —quiso saber, mirándome fijamente, prácticamente me comía con sus ojos.

Negué con la cabeza.

—No, claro que no me estoy arrepintiendo. Quiero hacerlo.

—¿En qué estás pensando? —estaba bastante agitado.

—En nada.

—Emma...

—¿Qué? —pregunté. Su tono había sido serio.

—Dime qué pasa.

Volví a acariciarle la mejilla y él me dio un corto beso en los labios para que le contara.

—Es que temo no ser lo suficientemente linda para tus ojos —confesé, sintiendo mucha vergüenza.

Aiden formó una sonrisa en su rostro y por un momento temí que se burlara de mí. Claro que eso lo habría dejado como un idiota y habría hecho que yo lo sacara de encima mío.

—¿Por qué piensas eso? Tú eres muy hermosa. Y tu cuerpo también es divino.

—Todavía no me has visto desnuda —repliqué.

—No tengo que verte desnuda para saber que debajo de tu ropa existe una piel perfecta y curvas hermosas. Tu cuerpo desnudo jamás te definirá, y tampoco si tienes mucho que mostrar o no, si es lo que tanto te está comiendo la cabeza.

—Es que a veces los chicos buscan a chicas que ten...

—No quiero que me tengas como si fuera igual al resto... Tal vez sí lo sea, pero en pensamientos, hay muchísimas cosas que no comparto con el resto, y yo no me enamoré de ti solo por haber mirado tu hermoso cuerpo, me enamoré de ti por todo lo que representas —me sonrió, y fue la sonrisa más sincera que llegué a ver en mi vida—. Tú odias ser muy pequeña, y yo amo tu estatura; tú odias cuando te ríes como chanchito, y a mí me resulta de lo más adorable, y todo lo que tú odias de ti, yo lo amaré porque soy tu novio, porque te quiero tal y como eres y que se joda la gente con sus típicos estereotipos.

Me reí un poco por la manera en la que lo dijo, y él volvió a sonreírme. No me resistí y lo tomé de la nuca para acercar su cara a mi boca, porque el deseo por besarlo estaba creciendo en mi interior y quería saciar mi hambre de Aiden.

Opté por dar el primer paso sin titubear tanto: llevé mis manos a su remera y la levanté para empezar a quitársela. Cuando llegó hasta sus antebrazos, Aiden se alejó de mí para poder retirársela por completo y la arrojó en el suelo. Aun con la poca luz de la habitación, pude apreciar el pecho desnudo de aquel guapo chico.

Él no tenía los brazos muy musculosos, ni tampoco tenía los abdominales marcados ni tampoco pectorales tonificados como en la mayoría de los chicos de los libros de amor que había leído durante lo largo de mi vida. Pero estaba bien. Estaba completamente bien. Me quedaba embobada mirándolo.

INTERRUMPO EL CAPÍTULO POR LAS NUEVAS PAUTAS DE CONTENIDO DE WATTPAD. ERA UN CAPÍTULO MUY LARGO Y CON ESCENAS EXPLÍCITAS. SI DESEEAS LEERLO COMPLETO PUEDES IR A LA SECCIÓN DE HISTORIAS DESTACADAS DE MI INSTAGRAM (user: denisearcilio) DONDE CONSEGUIRÁS EL CAPÍTULO 45 DE LA TRISTEZA DE SUS OJOS. TUVE QUE TOMAR ESTAS MEDIDAS POR PREVENCIÓN.

Ahora, ambos estábamos concentrados en nosotros mismos, en lo que hacíamos, en lo que éramos, en que nos queríamos, y no le permitíamos paso a los malos pensamientos. Me olvidé de todo, olvidé que existía un mundo allí afuera, y él también se olvidó de sus problemas. Éramos uno. Y era perfecto.

—Te amo, Emma —confesó cayendo encima mío, y besándome en los labios.

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Espero que estén todxs bien y que comenten mucho <3

La Tristeza De Sus Ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora