Me desperté al escuchar la puerta del coche cerrarse y ver a Kian en frente del volante con las manos en su cara. Miré por alrededor y estábamos en un bosque lleno de árboles, arbustos, enredaderas tapando el tronco de los árboles y a lo lejos se podía apreciar un rellano con muchas flores de distintos colores pero lo que más llamaba la atención era una pequeña casita de madera en el medio.
- Joder, esto es precioso.- Dije saliendo del coche.- ¿Es tu casa?- Pregunté asombrada.
- Si, bueno de mis tíos, pero ya no vienen, esta casa la hicieron más por capricho que por otra cosa.
Empecé a caminar hacia pero Kian me detuvo cogiéndome del brazo.
- Espérate, alrededor de la casa puse trampas para que nada pueda pasar, las instalé ara unos dos años o por ahi.- Dijo.- Pisa donde yo pise si no se irá todo a la mierda.- Asentí con la cabeza y emprendidos el camino hasta la casa.
Ya estábamos en la entrada de la casa, nos pasamos media hora pasando las dichosas trampas, abrió la puerta y entramos.
La casa era pequeña por fuera pero grande por dentro, tenía lo típico para una casa, un sofá en forma de ele, una televisión, una mesa enfrente del sofá donde había un jarrón y una foto de un bebé de unos tres o cuatro meses de vida, la cogí con mis manos.
- ¿Quién es el bebé?- Pregunté curiosa enseñándole la foto a Kian.
- Yo de pequeño.- Dijo cogiendo la foto de mis manos para ponerla en su sitio.- Ven vamos te enseñaré tu habitación.- Dijo haciendo un movimiento de cabeza para que lo siguiera.
Habían tres habitaciones y un cuarto de baño. Me quedé con la habitación que tenía un gran ventanal donde se veía gran parte del bosque y rellano.
- ¡Kian!- Empecé a llamarlo.- ¡Kian!- Dije de nuevo pero no contestaba.
Bajé por las escaleras poco a poco, cada paso que daba las escaleras de madera hacían un sonido chirriante que molestaba.
Lo busqué por toda la casa pero no lo encontré. Salí hacia fuera, primero asomé la cabeza por la puerta para no ver nada, después saqué todo el cuerpo, estaba a punto de bajar el primer escalón del porche cuando una voz interrumpió que caminara e hizo que saltara del susto.
- ¿Dónde vas?- Preguntó él mientras encendía un cigarrillo.
- Iba a buscarte, no te encontraba y...- Me interrumpió.
- No hace falta que hagas de niñera, se cuidarme yo solo.- Dijo frio, cambió su postura por otra que le hacía ver todo un chico malo y más con el cigarro entre sus labios.
Vaya que cambio de humor, primero está bien y ahora está enfadado, este tío es bipolar.
Volví hacía dentro sin decirle ni una sola palabra y subí a mi habitación.
Saqué un libro de la mochila, menos mal que traje libros para leer si no que aburrimiento, me acosté en la cama y empecé a leer el primer libro de Hush Hush de Becca Fitzpatrick.