Estaba con Sara en el recreo cuando un chica pelirroja se acerca tímidamente hasta donde estábamos.
-Mira Maddy, esta es Andrea mi mejor amiga.-La Andrea muy tímida extiende el brazo para que yo estreché su mano.-Andrea esta es Maddy, la nueva estudiante.
-Encantada Andrea.-Digo amablemente.
-Lo mismo digo.- Dice Andrea. En ese momento suena el timbre para la entrada a clases.
Estaba en clase de biologia cuando un papel cae en mi cabeza y de mi cabeza a la mesa. Destapé la nota tranquilamente, había escrito muchos símbolos raros, me giré hacia la persona que me tiró la nota pero en el camino me encontré con unos ojos azules que me miraban fijamente, aparté los ojos invomoda por la profundidad de sus ojos y me volví a concentrar en lo que el profesor explicaba. En las últimas horas no paraba de pensar en el chico cullo nombre es Kian.
Por fin toca el timbre para ir a casa, salgo por la puerta del instituto y me limito a ir hacia mi casa. Cuando quedaba una calle para llegar un hombre borracho y drogado me coge de la cintura al pasar por mi lado.
-¡Imbécil, suelta me!-Le digo.
-Vamos que te va a gustar.-Me Dice tocando me.
-¡Qué me sueltes!-Le decía con lágrimas bajando por mis mejillas.
-¿A caso no la escuchas? ¡Te está diciendo que la sueltes!-Dice un chico detrás de mi.
-Vete niñato, que yo me voy a divertir un rato.-Dice el borracho.
Después de todo quedó en un silencio bastante aterrador y el hombre aun me tenía agarrada cuando se escucha un disparo y como la cintura se libera de las manos del borracho, me giro para encontrarme la silueta de Kian con la pistola en la mano y yo me tiro de rodillas al suelo llorando.
-Eh Maddy ¿Estás bien?-Me pregunta Kian.
-¿Cómo sabes mi nombre si nunca hemos hablado?-Balbuceo y él me ayuda a levantarme.
-Estamos juntos en casi todas las clases.-Me explica.
-Joder, ahora lo que me faltaba.-Digo en un susurro casi inaudible.
-Entonces ¿Estás bien?-Vuelve a preguntar.
-Eso creo.-Respondo.
-¿Quieres que te acompañe a tu casa?
-No, ya has hecho bastante por mi y también te quiero lejos de mi, no quiero nada de ti y menos saber de ti. -Le digo.
-¿Porqué? -Pregunta confundido.
-¡Porqué acabas de matar a un hombre y no se lo que vas a hacer conmigo! -Le grito.
-¡Tendría que a verte dejado que te violase y después que te matase! - Me la devuelve gritando más fuerte.
Me giro y voy corriendo lo que me quedaba de camino para llegar llorando. Me giro de nuevo y veo a Kian seguirme a paso ligero, cuando ya estaba abriendo la puerta me giro otra vez y él está mirándome con los brazos cruzados sobre el pecho y con el ceño fruncido.
-Escúchame, lo siento ¿vale? Pero es que esa clase de persona que está borracha o cosas parecidas no lo aguanto. -Me dice arrepentido de lo que había dicho hace minutos atrás.
-Me voy a quedar aquí por si necesitas algo. - Medice preocupado.
-¿Te puedo preguntar algo? -Digo con voz débil.
-Lo que quieras. -Me dice.
No me dio tiempo de preguntar nada cuando un disparo alcanza a Kian y cae al suelo, yo desesperada y sin saber que hacer, me arrodillo a su lado, llorando cojo el móvil y marco el número de la ambulancia.
-Eh, Maddy no te preocupes ya estoy acostumbrado a tantas balas dentro de mi cuerpo que no me importa.
-Esto, Kian ¿te puedo quitar todas las armas del cinturón antes de que venga la ambulancia?
-Si, pero lleva cuidado que están cargadas.
-¿Puede levantarte? -Le pregunto.
-Oye que solo es el hombro, que no estoy cojo. -Me dice levantándose pero cuando está casi de pie pierde el equilibrio, le cojo del otro brazo pero él pesa más nos caemos los dos al suelo, él encima de mí.
-¿Te puedes levantar? Me estas asfixiando. -Le digo con las mejillas rojas.
-Si, claro. -Dice avergonzado.
-Creo que es mejor que entre ya.-Él asiente, yo me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.
-Adiós. -Me dice.
-Adiós. -Me despido y entro a casa.