Capitulo 5: Reducir

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Uno, dos, tres... cuatro, más de cuatro meses y por fin había llegado la respuesta del consulado de Corea Del Norte; en esas cuatro semanas la ansiedad carcomía cada uno de los nervios del seulense que había apostado gran parte de su libertad, ahora ya tenía una respuesta.

Su respuesta –Y gran parte de su esperanza– se le reducía a un solo documento, que a medias se resume a un "NO", ese "no" le hizo perder una apuesta que irónicamente nunca hizo.

De aquí en adelante no tendría mucho sentido que te narre querido lector que paso después, ya que como todo en este capítulo las respuestas se reducen más de lo que se deberían, todo termino en botellas de alcohol y limitación de muchas, muchas libertades que el seulense tenía.

Un año no muy feliz por lo que te das cuenta.

Después de todo el drama, el surcoreano se presentó solo al evento organizado por el asiático mayor, China. Un viaje un poco largo y cansado pero valdría la pena, ¿Por qué? Muy simple, por años, bastantes años cierto japonés había estado ganando todos y cada uno de los Juegos Asiáticos que se organizaban; este año sería diferente, tenía una meta en mente. Humillar a Japón y quitarle esa estúpida sonrisa que siempre tenía en su rostro cuando ganaba, aún tenía rencor –odio tal vez– al nipón por lo sucedido con su padre, pero eso no importaba ya.

Sus pasos incesante por el aeropuerto de Pekín se notaban desesperados, hace como dos, tres horas debió de reportarse con China, que por cierto aun no encontraba entre todas las personas que en el aeropuerto se encontraban, vaya suerte, paso minutos recorriendo todo el aeropuerto buscando al susodicho, pero al final lo encontró. El chino se encontraba hablando con los recién llegados, unos competidores.

Pero vaya sorpresa que se llevó al ver alguien en especial entre ellos, su hermano Corea del Norte.

— Las instalaciones donde ustedes se quedaran no están lejos – Dijo el Chino, con una voz cansada y carraspeaste — Una persona los llevara hasta allá y les otorgara todo lo que necesiten.

— Entiendo, entiendo, entonces nos retiramos, nos veremos después – Hablo el norcoreano quien se retiró unos segundos después, caminando de una manera bastante firme.

Corea del sur simplemente se quedó como piedra, no iba a interrumpir esa platica por más simple que pareciera pero debía sincerarse consigo mismo, extrañaba oír la voz de su hermano, pero dejo de tomarle importancia a eso debía reportar su llegada a las tierras de China con o sin la compañía de su hermano, era un país después de todo. No debía tomarle importancia a este tipo de cosas.

Camino en dirección al chino para terminar el día, inhalo, tomo su posición seria de nuevo y...

— ¡Corea del Sur! Un gusto volver a verte en mis tierras — Expreso con gran emoción el chino esculpiendo una gran sonrisa en su rostro mientras se acercaba al surcoreano.

— Un...gusto volver a verte China tus tierras — Corea del Sur se encontraba extrañado por la actitud del asiático, el no actuaba así con los demás ni siquiera con su hermano.

— Espero que te encuentres cómodo en las habitaciones que escogí, pero cambiando de tema ¿Qué haces aquí? No se supone que deberías unos días más tarde.

— La agenda se adelantó, lamento no haberlo notificado antes — Hablo Sur corea de manera más tranquila.

— Entiendo, entiendo — Dijo con una de sus manos en su barbilla — Pero por favor deja ese lenguaje tan formal conmigo, no estamos en un funeral.

Sin darse cuenta los brazos del chino rodearon su hombro, cosa que lo incomodo demasiado.

— He...China podrías...

— ¡Oh! lo siento no creí que te fueras a incomodar Corea del Sur, simplemente me deje llevar por la emoción — Hablo de forma avergonzada dedicándole una sonrisa de "perdóname" al susodicho — Le diré a un guía que los lleve a las instalaciones en donde se van a quedar...adiós.

— Nos vemos después China.

Y solo se fue sin decir más.

The union of two 【Countryhumans】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora