Antes de darse cuenta, Aaron ya se encontraba fuera del auto. El señor que tenía en frente le miraba con una sonrisa desagradable y el de cabellos oscuros no podía dejar de verlo como el monstruo que había herido a Alex incontables veces. Sus manos habían comenzado a temblar del coraje e ira, por suerte, logro esconderlas rápidamente cuando se cruzo de brazos.“Vine a recuperar a mi hijo.” Repitió el hombre sin una pizca de preocupación en sus ojos, como si realmente no le importara saber cómo se encontraba Alex, sino recuperar alguna cosa material.
Aaron se mordió la lengua, como si esa fuera la única manera de no soltar una hilera de insultos que terminaría con ellos dos yendo a los puños. Sonrió de manera tensa mientras escuchaba al hombre intentar actuar el estúpido papel de buen padre que evidentemente no era.
“¿Cuánto dinero quieres?” Pregunto Aaron, yendo directo al punto con una expresión calmada, mientras sacaba de su bolsillo su celular. “Dime, te hare una transferencia bancaria en este momento.”
El hombre que decía estar buscando a su querido hijo y que lucharía de la manera que fuera con tal de recuperarlo, de repente se quedo en silencio. Aaron lo supo desde el comienzo, pero confirmarlo tan rápidamente le dio unas ganas increíbles de tumbar a ese hombre al suelo de un golpe. Y eso que Aaron no era fan de la violencia.
“Nada de lo que puedas darme se comparara a mi hijo…” Los ojos del hombre miraban fijamente el celular de Aaron a la vez que su voz temblaba. “Nada.”
“¿Medio millón?” Pregunto el de cabellos oscuros viendo el horario de su celular. Era bastante tarde, seguramente a Alex le dolería el cuerpo de estar dormido en el auto. Debía llevarlo a descansar a la cama. Levanto la mirada y luego alzo las cejas. “Con cada minuto que tardes comenzare a descartar mil dólares.” Amenazo Aaron.
El hombre en frente de el, parecía realmente sorprendido, como si jamás se hubiese imaginado poder obtener aquella cantidad en su vida. Seguramente ni siquiera la había escuchado. Aaron quiso burlarse ¿Cómo fue posible que un chico tan dulce como Alex saliera de un pedazo de mierda como aquel?
“Yo…” El hombre parecía agitado de la emoción, conmocionado.
“No pienso estar toda la noche aquí. Así que dame tu maldita cuenta bancaria para que te haga la transferencia de una vez.” Los ojos de Aaron se oscurecieron un poco gracias a la poca luz de las farolas, pareciendo algo amenazante.
El padre de Alex termino por tirar su falso orgullo al suelo y Aaron hizo la transferencia en ese momento. Una vez que le mostro al tipo que el dinero ya había sido depositado, se acerco a él con elegancia, pero sin tocarlo.
“No vuelvas a acercarte a Alex otra vez en tu vida. Olvídate de su existencia. Y si te lo llegas a cruzar en la calle, crúzate a la otra vereda. Porque si me llego a enterar que estuviste siquiera a dos metros de el, te va a ir realmente mal.” Prometió el de cabellos negros. “Ve y disfruta de la felicidad material.”
“Ja.” El hombre soltó una risa desagradable que a Aaron le causo escalofríos. “No se que clase de gustos extraños tienes y que vas a hacer con ese chico, pero te lo hubiese venido por mucho menos dinero. Haz lo que quieras con el, no me interesa en absoluto.”
El hombre desapareció antes de que Aaron pudiese levantar su mano y golpearlo. Mejor asi. Aaron no se quería rebajar a su nivel, pero estaba convencido de que ese tipo se merecía mucho dolor.
Una vez que se calmo un poco, Aaron volvió a subir a su automóvil. En el momento que las rejas de la casa abrieron y Aaron volvió a arrancar el auto, Alex se removió un poco y abrió los ojos.
“¿Papi?” Pregunto con voz soñolienta.
Aaron sonrio de medio lado y le acaricio los cabellos.
“Esta todo bien, pequeño, sigue durmiendo.” Susurro el mayor.
Alex se volvió a dormir como si fuese un bebe. Aaron se sintió algo aliviado. Ahora esa molestia en la vida de Alex había desaparecido y este podría vivir sin ninguna preocupación. Aaron se encargaría de hacerlo feliz.
Aaron llevo a Alex a su habitación, dejando que este descansara en la cama. Pero el menor se aferro a él entre sueños. Aaron estuvo a su lado hasta que el agarre de Alex se hizo mas débil. Lo arropo y beso su frente antes de desaparecer en dirección de su propio cuarto.
Se sentó en la mesa que había en una de las esquinas de la habitación y comenzó a buscar escuelas. Ahora que el padre de Alex no interferiría, quería brindarle a Alex la mejor educación como su nuevo tutor legal. Se mantuvo toda la noche despierto, mandando mails y haciendo llamadas con sus contactos. Hasta que finalmente lo consiguió.
La hermana de un colega de trabajo, era la directora de un colegio privado a las cercanías de la zona donde Aaron vivía. Lo cual era realmente conveniente. Le habían concedido una entrevista para el dia de mañana. No sabia si Alex se alegraría o no, pero Aaron solo quería brindarle lo mejor.
A la mañana siguiente, Alex se levanto con la voz Aaron entrando en su cuarto. El menor aun estaba cansado por todo lo que habían hecho el dia anterior, asi que cuando vio que eran las siete a.m. simplemente se dio la vuelta para intentar seguir durmiendo.
“Hay que levantarse, pequeñito.” Aaron se acerco a la cama y sacudió suavemente a Alex por el hombro. “Tenemos una reunión.”
Alex se removió un poco en la cama, sin desear abrir los ojos, pero termino por hacerlo. Se giro para enfrentar a Aaron y hacer uno de sus expertos pucheros, pero entonces, el mayor lo deslumbro con su apariencia. Aaron portaba un traje azul marino que combinaba con sus ojos. Su cabello estaba peinado hacia atrás e incluso llevaba unos lentes que jamás había visto. Alex sintió que su corazón daba un vuelco, sus ojos no podían dejar de verlo.
Siempre supo que Aaron era alguien guapo, pero en ese momento lo encontraba brutalmente atractivo, como si lo hubiese hechizado. Alex jadeo para recuperar la respiración que estaba conteniendo sin darse cuenta.
“¿Estas bien, Alex?” Pregunto preocupado el mayor, posando una de sus manos sobre la frente de Alex. El menor se apresuro a asentir y carraspear su garganta para entonar su voz.
“Si…¿Dónde vamos?” Pregunto el mas joven, sintiendo que sus orejas comenzaban a arder de la vergüenza. Seguro Aaron se había dado cuenta de sus pensamientos.
“Tenemos una cita en el colegio. Una entrevista.” Aaron sonrio de oreja a oreja. “Vas a poder estudiar de nuevo.”
La sorpresa le dejo sin palabras, pero con solo ver a Aaron sonreir, tuvo que sonreir el también. Era casi inevitable. Si Aaron era feliz ¿Cómo no serlo el también? Era como un reflejo.
“¿Estas contento?” Pregunto el mayor mientras le acomodaba los despeinados cabellos a Alex.
“Si.” Respondio el menor sonriendo. “Aunque un poco celoso…”
“¿Celoso?” Aquel comentario tomo a Aaron desprevenido.
“¿Por qué tienes que vestirte tan guapo, papi? Todos se te van a quedar mirando.” Alex se mordió el labio, teniendo a Aaron tan cerca no podía pensar en otra cosa que besarlo. “Y no quiero que nadie vea a mi, papi.” Mascullo el.
Aaron estuvo a punto de decir algo ante la conducta tan extraña de Alex, pero no pudo decir nada, porque de repente, Alex había besado la comisura de su boca para luego salir de la cama de un salto y decirle que se fuera de la habitación porque debía cambiarse. Aaron estaba confundido. Muy confundido y en blanco ¿Qué acababa de pasar?
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Aarón ©
Short StoryLuego de la peor noticia de su vida, Aaron, un hombre que está a punto de perderlo todo, se encuentra con Alex, un chico que ya parecía haber perdido lo más importante: la esperanza. En una carrera contra el tiempo y con una diferencia de edad notab...