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- Nunca me he emborrachado.- Mencionó Alex de repente mirando al mayor.- Nadie más lo sabe, así que se podría considerar un secreto.- Le sonrió confidente y se terminó la copa.

Gran parte de que Alex no saliese a beber era porque todavía era menor de edad solo por un año. Aún así, era bastante común que adolescentes de su edad o incluso más jóvenes saliesen a beber, aunque él no era ese caso.

Aaron se río casi de manera paternal, casi con ternura al ver al adolescente de esa manera. No pudo borrar su sonrisa de la cara y por un momento pensó que podía olvidarlo todo. El médico, el hospital, su soledad y el cáncer.

Dio un gran trago a su vaso y se termino el agua ardiente con una velocidad completamente inhumana.

Mientras el barman atendía a otros clientes, Aaron se concentro en detallar la cara del contrario mientras Alex hablaba y hablaba sobre alguna cosa en la que el mayor ya había perdido el hilo de la conversación.

- ¿Me estás escuchando?- Refunfuñó el chico dándole un golpe en el hombro al darse cuenta de que el contrario no le estaba atendiendo.- No, no lo estás haciendo.- Se quejó como un crío haciendo un leve puchero. El alcohol le estaba afectando con creces.

Nadie podría saber cómo la conversación había degradado tanto hasta el punto en el que Alex había terminado contándole la disposición de los adoquines de la acera situados en frente de su casa. Todo muy interesante y de vital importancia para el mayor.

El menor suspiró y se terminó de un trago el último de los chupitos que el barman les había colocado en fila delante de ellos.

- Lo siento, lo siento.- Aaron levantó las manos en plan de disculpas y de rendición, como si no quisiera que se enfadara. - Prometo escucharte de ahora en adelante...

De repente, Alex comenzó a preguntar sobre los gustos de Aaron en hombres, para poder buscarle algún tipo esa noche. El mayor se había olvidado de eso en ese punto. Y al ponerse a pensar en eso, se dio cuenta de que no lo sabía. Nunca se había detenido a pensarlo. Suspiro y dio otro trago.

-Algo como...¿Sabes que? Mejor sorprendeme.- Pidió el mayor restándole importancia, pasándose una mano por los cabellos.

- Lo dejas en buenas manos.- Le guiñó un ojo Alex y salió dispuesto a cumplir su cometido.

Agradeció que el bar fuese grande ya que así tendría más oportunidades en encontrar al chico ideal para su acompañante. Se dispuso a observar a la gente. ¿Debería de buscar a alguien gay, cierto? O quizás bisexual. Alex no lo tenía claro, apenas podía pensar bien. Era el alcohol.

Además de que había más mujeres que hombres en aquel lugar. No parecía el sitio correcto para buscar una aventura de una noche. Y menos, entre dos hombres.

Alex se acercó a un grupo de chicos y prácticamente se colocó en medio de todos ellos.

- ¿Alguno quiere follar esta noche?- Y así de fácil todo el grupo se centró en él, la respuesta era muy obvia. Claro que sí. Alex sonrió triunfal.- Es para un amigo...- Y no pudo terminar ya que al saber que era un hombre todos perdieron el interés.

- Haber empezado que era para un maricón...- Comentó uno frustrado uno de los tipos.

- Perdón, debí preguntar a gente menos gilipollas.- Escupió Alex enfadado y se alejó de ellos, pero un hombre le agarró del hombro.

- ¿Follar sin compromisos?- Preguntó un chico de unos veinte años con una gran sonrisa cuando el grupo se desintegró para perderse entre la gente. Casi estaba devorando a Alex con los ojos, este por su parte, ausente, asintió contento.- Preséntame a tu "amigo" entonces.

Aarón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora