Capítulo 4: Respuesta.

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Ya habían caído las 6 de la tarde y no había mucha gente en las calles. Pero seguía estando la puesta del sol en el horizonte.

Sumire, quien estaba con una mochila por su hombro derecho, había llegado junto a Himawari. Ambas estaban de pie, mirando la casa en la que estaba de frente suyo. Una de las dos tenía que tomar la iniciativa y tocar el timbre de afuera. Obviamente la de pelivioleta se encargó de dar indirectas con la mirada para su hermana menor. La otra al final aceptó dichas indicaciones.

Esperaron un rato a qué alguien de adentro les fuera a responder el timbre o saliera de la casa. No hubo nada, al menos unos 5 minutos.

Al siguiente segundo que pasó, una chica de la misma estatura que la de Himawari había salido. Ésta miró con una sonrisa hacia la Uzumaki. Se alegró de ver a la menor.

—Que bueno que llegaste, Himawari.

—Perdón, no sabía muy bien que podría traerme y me demoré más de la cuenta al parecer. —confesó la menor de los Uzumaki.

—Ya, no tienes que preocuparte. Ya las demás están aquí. Solo faltas tú y una prima mía que se nos unirá —dijo la chica con una sonrisa. Miró de reojo a la muchacha que estaba a un lado de su amiga—. Ella debe de ser tu hermana mayor, ¿no?

—Si, así es. Mucho gusto. Soy Sumire. Espero que Himawari-chan no haya le haya dado problemas. —dijo con una sonrisa.

—No para nada. Ella es un angel, pero veo que eso es de familia. —sus ojos iban de arriba para abajo hacia la chica de pelo violeta.

Sumire solo sonrió, ignorando la mirada que le estaba dando la chica hacia ella.

Tomó un poco de aire y se dirigió a su hermana menor, quien estaba aún a su lado. No sé había movido para irse adentrando a la casa.

—Bueno, Himawari-chan. No vayas a portarte mal. Llama si algo pasa.

—No te preocupes, Onee-chan. Estaré muy bien. No seas tan sobreprotectora como Onii-chan, porque me parecistes igual que él.

—¿Tan mal hago de hermana?

Más que un insulto, le puso feliz en ser comparada con su hermano, quien no estaba presente. Significa que ella ya era como tal de la familia, y eso le agradaba mucho. Himawari sabía muy bien como hacerla feliz. De vez en cuando hablaban de Boruto a sus espaldas con menciones un poco insultantes, pero lo decían con mucho cariño por su hermano.

Himawari sonrió ante la respuesta de la chica, y se adentró hacia el jardín de la casa de su amiga.

—Buenas noches, Onee-chan. Nos vemos mañana en casa. —se despidió con una sonrisa hasta llegar a la casa.

La puerta dió el silencio absoluto entre las dos hasta quedar Sumire sola, afuera de la casa, y sin más, se fue yendo de allí.

Tenía sus planes en no tomar ningún desvío e irse a casa directamente. No obstante, ella se preocupó por la falta de cosas que faltaba. Además, esta noche iban estar Boruto y ya nada más en la casa, así que decidió en irse a un supermercado. El más cerca que éste de ella. Así no tendría que estar buscando el muchacho algo muy pesado como hamburguesas para esta noche. Siempre se alimentaba mal de esa comida, pero no lo odiaba.

Aún así, se sentiría bien cenar algo nuevo hoy aparte de las hamburguesas y podría hacer un curry de lo más sencillo, tal vez uno que Hinata le había enseñado hace unas semanas.

Después de unos minutos, Sumire había podido salir del supermercado, pero más que unos minutos, parecía que se tomó una hora. Ya comenzaba a entrar a la etapa en la que se iba oscureciendo. Decidió llegar a casa lo antes posible. Temía que Boruto llegara antes que ella, lo que solo se preocuparía. Ya tenía todo lo que iba a necesitar para hacer la cena, así que fue directo hacia la casa.

~Emociones Dispersas~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora