Capítulo 13: El karma.

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—Sumire, trata de no abrir los ojos. Que te entre shampoo en los ojos en muy doloroso.

—Okey.

Cuando tenía 7 años, había ido por primera vez a los baños públicos. Fue una experiencia extraña y agradable. Me había ido con Hinata-san en una mañana, cosa que debería de darme el gusto completo.
Sin embargo, cuando fue así, no me sentía bien en aquel entonces, ya que había tenido un cierto conflicto antes de estar allí.

En aquel entonces solo llevaba una semana y media desde que me uni a la familia de los Uzumaki. Felizmente me adapté a ellos… en menor medida. Pero, lentamente les comencé agarrar confianza para hablarles. Me gustaba tomarme mi tiempo.

Bueno, al hacerlo solo me impedía en pensar cosas que no merecían la pena en tenerlas por la cabeza. No obstante, una de ellas sí lo había sido para mí en el momento en que Hinata-san me enjabonaba el cabello.

Eso que me perturbaba mucho en mí ser era Boruto-kun. En todo ese poco tiempo que llevé como ahora familia Uzumaki, él era el único al que no le agradaba en lo más mínimo.
No olvidaré ese sentimiento tan fuerte de rechazo que él me daba. No era muy bueno y dulce conmigo.

Había intentado muchas formas de comunicación, pero me era imposible en hablar con él como debería ser. En toda esa determinación que tenía en aquellos intentos, aún seguía con esa ansiedad de hablar con él. En intentar llevar las paces correctas y ser un poco más unidos.

Tenía mucha prisa por querer hacerlo, ya que era alguien quién me comenzó a interesar. Pero, no tenía ni idea de cómo se manejaba ese sentimiento o al menos saberlo.

—¿Sucede algo, Sumire? —entre mis pensamientos, Hinata-san me habló desde atrás.

Había perdido la cuenta del tiempo que llevaba lavandome el cabello.

—P-Perdona, solo… —me avergonzé de haber estado en las nubes cuando estuve a su cuidado por lavarme el cabello.

Debo decir que su aura materna me había empezado a afectar y lentamente su amor me estaba afectando. Aunque, no tenía ni idea aún de cómo era transmitido ese amor. ¿Amor por ser su nueva hija? ¿Amor por ser una niña? ¿Amor por lo linda que era? La respuesta no la tenía clara.

Por mucho que quería saber dicha respuesta a mis preguntas, también tenía la principal que seguía pensando en todo el rato desde que había llegado a ese baño público.

—¿Estás preocupada sobre Boruto?

Como si me hubiera leído la mente, ó conocido en años, Hinata-san me miró con añorío, buscando la respuesta en mi sorprendido rostro.

Mi inseguridad me hizo mantener la boca cerrada. Aunque, también se iba debiendo a que no los conocía en su totalidad. Ya sabía que era unas buenas personas y que ahora eran mis padres, pero había sido algo nuevo para mi en poco tiempo que llevaba en su acogedora casa.

Por mi inseguridad que era notable a la vista de cualquiera, Hinata-san me acarició la cabeza, mientras sentía como apollaba su mandíbula contra mi cabeza, mientras me abrazaba. Me inquietó mucho el sentir sus pechos de gran tamaño en mi pequeña espalda mientras seguía acariciando la cabeza con cariño.

—Perdona mucho si él no deja de imtimidarte, Sumire —decía en un pequeño tono triste—. Tal vez esto de tener una extraña en la casa que él no conoce sea lo que le impida llevarse bien contigo, pero… Posiblemente sea por algo personal. Ese chico siempre le gusta guardarse las cosas para sí mismo.

—¿No confía en ustedes? —pregunté, metiéndome a fondo en el tema.

—Claro que sí. Sin embargo, tener uno o dos secretos no creo que sean muy malos… —por alguna razón para ella su comentario había tenido algo de gracia, pero siendo pequeño no le había hallado la gracia. No en ese entonces—. Pero de vez en cuando me gustaría que se trague su orgullo y me contara las cosas a mí y a su padre.

~Emociones Dispersas~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora