Incomplete // YoonMin // Omegaverse

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La diosa Luna miraba como aquel chico que ella había elegido para cuidar de sus hijos, a su pueblo, se desviaba del destino que ella le había impuesto, es que ella marcaba el designio de los lobos pero siempre había un libre albedrío, por eso el mundo estaba lleno de personas malas, de aquellos que desviaban su camino. ¿En qué momento aquel niño nacido para ser rey había dejado de ser noble? Había jurado ante ella en incontables noches de luna llena ser incluso mejor que su padre, ahora era un chico totalmente despreocupado, su vida era un total descontrol, nada le importaba, a nadie respetaba, ni siquiera a ella, aunque ella sabía, como sabía todo, cual fue el punto de quiebre de su noble hijo, la muerte de su madre, lo que Yoongi no entendía es que debía llevársela para calmar su sufrimiento, su avanzada enfermedad sólo le daba días de dolor, era hora que descansara y fue cuando el pequeño alfa perdió su rumbo, su odio al mundo, a las personas y por sobre todo a ella hicieron que se perdiera en malos rumbos y lo peor que iba en aumento, cada vez era más difícil que se ocupará de su pueblo, la pobreza, los delitos, las injusticias habían aumentado y no hacía nada por ello, pasaba sus días en fiestas con alcohol y apuestas, teniendo caprichos tontos, acumulando dinero, cuando los suyos pasaban hambre, tenía que darle una lección, le daría un castigo, donde sólo había dos caminos, la salvación o el desarraigo.

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Yoongi no quería un matrimonio serio, mucho menos una relación estable por lo que para pasar sus celos tenía una especie de harén, prefería las mujeres aunque los hombres no le desagradaban. Su harén consistía en 5 omegas el cual sólo uno era hombre, Taehyung, todos decían que era su favorito, y no podía negarlo porque lo era. Aún así el omega se enamoró de uno de sus amigos más cercanos y su principal guardián, Jeon Jungkook, el alfa más fuerte aparte del príncipe. El deber de su amigo era protegerlo, pero terminó apuñalandolo por la espalda, robandose a uno de sus omegas y no a uno cualquiera, sino a su favorito, ahora ambos eran fugitivos, Jungkook era un traidor, su carrera militar estaba destruida porque nadie le quitaba lo que le pertenecía.

Otras de las personas que se alejaron de Yoongi fue Jung Hoseok, era uno de los funcionarios de su reino, decidió irse para no pertenecer a un gobierno tan malo, pero al príncipe le importó muy poco. El único que seguía a su lado, su mano derecha Kim Namjoon, el mantenía el estado, podría decirse que era el verdadero gobernante mediaba entre lo que tenía que hacerse y los caprichos del príncipe, gracias a él las personas no morían de hambre y la razón principal por la que permanecía a su lado es que era su cuñado, era el alfa de Seokjin, fue uno de los motivos por lo que casi lo mata cuando se enteró de su relación, pero Yoongi no podía con el carácter de Seokjin a pesar de ser omega era el único que podía controlarlo porque para el alfa lo único importante era su familia, y siempre tuvo un vínculo especial con su madre y hermano, amaba a su madre, pero la diosa Luna se la había llevado ahora ella esperaba que fuera igual que su padre, pero estaba equivocada, porque el forjara su propio destino.

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Era una noche de luna llena que brillaba como nunca, los lobos sabían que cuando brillaba de esa forma era porque algo estaba por cambiar.

Yoongi se encontraba en el despacho de su casa que no era un castillo pero se asemejaba a uno, se sentía inquieto y asfixiado, algo lo llamaba en el bosque aunque no podía saber que, salió de la gran casa era muy fácil burlar a su guardia ahora que no estaba Jungkook, llegó al bosque en donde algo lo llamaba y entre los árboles encontró a una hermosa mujer con una esbelta figura las ondas de su cabello rojo llegaban hasta su cintura, sus rasgos eran tan únicos, jamás vio tal belleza.

-Debería llevarte a mi harén- pensó el alfa. Pero sentía que no podía doblegarla, su lobo se sentía sumiso ante su presencia, no podía definir su género si era omega, alfa o beta, parecía que eran las tres pero a la vez ninguna, se sentía intimidado un sentimiento que hasta hoy no conocía.