MI PRIMERA VEZ CON MI HERMANO DE ACOGIDA.

5.

Christian en multimedia.

Capítulo 5.

Narra Sam:

Tal y como lo dijo, Brandon me restregaba en la cara que salía con chicas diferentes cada semana. Intentaba fingir que no me dolía o que simplemente no me afectaba, pero el echo es que si lo hacía.

No voy a ponerme a llorar, creo que todavía no he llegado a ese punto, claramente él lo había dicho, ¿Pero era necesario de que fuese tan cruel?

Estaba en la cama de Wen, ella había salido con un supuesto amigo al cine, Chris tampoco se encontraba y las madres tampoco.

Recientemente había escuchado risas chillonas en las escaleras y luego una puerta cerrándose. Supongo que ese sería Brandon por qué Blake prometió no traer chicas mientras nosotras estuviésemos.

—¿Estás bien?— pregunta Blake entrando a mi habitación— te ves fatal y no lo digo para molestar, es que si te ves fatal.

Asentí. Gracias, hermano.

—Estoy bien, tal vez me va a dar gripa— sonreí, más sin embargo, ante la cara de Blake, supongo que salió como una mueca— o algo.

—No estás bien y lo sé, pero no sé cuál es la razón, ¿Vas a decírmela?— preguntó, sentándose a mi lado.

Negué, pero luego me hizo ceder.

—Me gusta Brandon— solté— o eso creo, no te hagas mierda la cabeza intentando darle vueltas al tema.

Abrió los ojos como platos pero luego sonrió.

—Ajá, ¿Eso te tiene así? ¿Que ha echo mi hermano para tenerte de esta manera?

—¿Así es como se siente la depresión— bromeé un poco.

—No es para bromear, Sam— dijo— ¿Que ha echo ahora? Es mi hermano pero siempre la caga en todo.

—Tuvimos una conversación hace dos semanas, desde ese día nada a sido igual y solo se ha encargado de restregarle en la cara todas sus conquistas.

—Él es así— intentó excusarlo— ha pasado por cosas... cosas que no puedo decirte, se que le gustas y esta haciendo todo esto para intentar olvidar ese sentimiento hacia ti.

—¿Acaso no ve que me está haciendo daño?— dije en un susurro— le lastima y me duele lo que hace.

La expresión de Blake cambió, de acercó a mi y me acurrucó en sus brazos.

—No vayas a llorar que juro que se lo saco en cara y terminamos discutiendo— dijo, acariciando mi cabeza— se que puede llegar a ser muy idiota, pero se que le gustas, muy en el fondo pero no querrá admitirlo.

—Vaya, si que lo muestra— dije con sarcasmo, un pequeño zape me hizo gruñir.

—Deberías hablar con él y antes de que digas algo, se que no soy bueno dando consejos.

—Eres pésimo, Blake— reí.

—Te he echo reír, Sammy— sonrió— pero lo digo enserio, habla con él o inténtalo.