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Capítulo 9.

—No quiero ir, Wen— rodé los ojos— nuestras mamás no nos han dado permiso.

—Pero los chicos siempre sale— dijo, arrastrándome hacia la puerta.

—No somos los chicos— dije.

—Blake y Christian están allá, Sammy, no tenemos nada que perder.

—¿Y si llegan antes de la hora qué dijeron que llegarían?  NoS castigarían.

—Nos castigarían a los cuatro— sonrió con malicia.

—Que mala eres— dije divertida— pero no quiero ir.

—Iré yo sola entonces, si me pasa algo...

La miré indignada.

—¡Vale iré! Pero solo por que te violan no quede en mi conciencia— bromeé.

Ella me dio una mala mirada y me pellizcó el brazo.

—Pero que agresiva eres.

—Anda, dejare que te cambies, para que no salgas así tan fea— sonrió.

—Pero si soy hermosa, estúpida— dije, cerrándole la puerta en la cara.

—¡Eh, pero si es mi habitación también!— gritó del otro lado.

—¡Púdrete!

—¡Púdrete!

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• • •

Alcohol, sexo y marihuana, era eso a lo que olía el lugar. Joder, Wen, ¿para que me has traído a esta fiesta? Solté una maldición por haberle aceptado la idea.

—¡Wen! ¡¿Donde está Blake?!— grité.

—¡Iré a bailar, Blake debe estar por la barra!— gritó, dejándome sola— ¡Te veré más tarde, no pierdas tu teléfono y ni aceptes bebidas de extraños!

Busque a Blake por la habitación, la primera, la segunda y hasta la tercera vez y no lo encontré. Nunca había venido a una fiesta.

Vi a mi hermano con un vaso rojo en sus manos, algunas chicas intentaban llamar la atención pero él estaba en su mundo, ¿que estará pensando? Es el tipo de chico que siempre anda diciéndose sin ningún costo. Solté una carcajada acercándome a él.

—¿Por que no te vas a bailar con algunas de esas chicas que te están comiendo con la mirada?— me burlé — eres una persona cruel al dejarles babear así por ti.

Rodó los ojos irritado, dándome un pequeño golpe en el brazo.

—No jodas, Sam— murmuró— bailaré contigo si es lo que quieres— Dino, divertido, dejando el vaso de lado— pero no con esas chicas de pocas neuronas.

—No se bailar— espeté, sentándome a a su lado— tampoco me apetece hacerlo, menos contigo— reí.

—Solo tienes que mover tu cuerpo al ritmo de la música— se encogió de hombros— es fácil— se puso de pie y me agarró del brazo para llevarme a la pista. ¿Que parte de que no me aparecía no había entendido?

—Que no sé bailar— me quejé— Blake, que no sé— dije, golpeando su brazo para que así me soltara.

Rodó los ojos.

—Sígueme, no seas tan terca, Samantha.

En ese momento la voz de The Weeknd sonó por todo el ligar, vaya, una canción sensual. Gracias dios.

Me pegó más a su cuerpo y por minutos olvidé que era mi hermano, mi mejor amigo.

Moví mis caderas al ritmo de las suyas, al mismo ritmo de la canción, un baile lento y sensual. Blake me agarró por las caderas mientras me volteaba, para agarrarme el trasero. Pase mis manos por su pecho y miré hacia arriba para verle.

Mierda. Joder. Hostia.

Colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja y suspiré ante su toque, acaricio mi mejilla y ambos aún no terminábamos de bailar.

—Blake— susurré.

Apretó más mi trasero, haciéndome sentir su amigo, mordí mi labio inferior para no gemir. Joder, Blake.

—Sam— susurró.

Me agarró del brazo para llevarme fuera de la pista, me llevó escalera arriba y me arrinconó en una pared.

—¿Que rayos me está pasando?— se preguntó a si mismo— no debo sentir estas ganas de besarte— dijo, volviendo acariciar mis mejillas— eres mi hermana.

Solté el aire contenido.

—Es que yo también quiero besarte— confesé. No sé por qué quería, pero quería.

Al principio fue un inocente toque de nuestros labios. Le miré. Un beso inofensivo.

Pero algo dentro de mi iba a explotar, si no me besaba como quería que besase.

—Bésame, Blake— Le dije, agarrándole del cuello y ambos nos devoramos.

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MI PRIMERA VEZ CON MI HERMANO DE ACOGIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora