Estaba a punto de bajar las escaleras, cuando escuchaba que el médico me hablaba, desde el otro lado del pasillo.
-Espere, vuelva un momento- se acercó a mí por las escaleras
me regrese a subir algunos escalones de regreso a con él.
-Aquí, tenga esto es el monitor remoto, lo tendrá al tanto de la salud de Johnny- sacó de sus bolsillos una pantalla táctil, muy delgada en el cual se veía la salúd de Johnny
Lo tome y guarde en uno de los bolsillos de mi bata, mientras más me acercaba abajo más escuchaba esa linda melodía, muy relajante y armónica.
-¿Sarah y Tommy?, ¿Verdad?- les llegué por la espalda para preguntarles, dejaron de tocar el piano y Sarah volteó hacía mi
-Sí, somos nosotros- respondió Sarah haciendo un saludo con su mano
-¿Qué quieres?- contestó tercamente "Tommy" ugh, realmente odio los niños que son groseros, trate de contar hasta 10, apoyé mis manos en mis rodillas para encogerme y decirles
-Su madre me dijo que les pidiera que me muestren la casa-
-Ok, a lo mejor lo hacemos- me dice Sarah
-¡¿A lo mejor?!- vamos Eva, cálmate, ve del 1 al 10...
-Sí ocupamos motivación- respondió pícaramente Tommy
-¿Qué es lo que quieren?, ¿Ah?- mientras preguntaba me elevé poniéndome derecha y contando mentalmente del 1 al 10
-¡UN TRILLÓN de dólares!- decía Tommy riendo y elevando sus cortos brazos
-¡No!, queremos el bastón de caramelo que mamá esconde- le tapó la boca Sarah a Tommy con sus manos
-Está en la cocina en un mueble alto que no alcanzamos- decía Tommy mientras se liberaba de las manos de Sarah
-Está bien, voy a por él- respondí alzando la voz
agarré mi mochila del suelo que deje, saque el monitor de mi bata para meterlo en mi mochila, al momento de guardarlo caminé a la cocina maldiciendo. "¡EVA! ¿Cómo porque esos niños te están mandando con sus sucios y dulces trucos?"
Entré a la cocina, ví el bastón arriba del mueble que se trataba de la alacena, elevé mis manos poniéndome de puntillas y...¡Listo! lo tengo, salí de la cocina que estaba cerca del salón solo analizaba detalladamente el bastón y reía diciendo. "Terribles calorías Ja ja"
-¡Niños!; aquí está sus calorías y dolores de muelas- reía como ñoña, con una mano les entregué el caramelo y con otra agarraba un tirante de mi mochila
Sarah lo tomó rápidamente, y se lo dió a Tommy para que lo guardará, Sarah chocó miradas con Tommy y dijó
-¡Ya sé! Vamos a una habitación "Muuuy" rara en el sótano- lo decían con alegría mientras hacían temblar sus pequeños dedos
-¿Qué? ¿"Rara"- preguntaba alarmada, pues no quiero que unos "Niños" hijos de satán me lleven a mi muerte
-¡Ya verás!- me guiño un ojo Sarah
-¡Es RAAAARAAA!- seguía diciendo Tommy
-¡Ops! la llave está en un viejo libro en el estudio- me decía Sarah
Caminamos cerca del baño, pues a espaldas se encontraba un cuarto, Sarah y Tommy empujaron la puerta, al entrar me dí cuenta que era un salón un poco viejo, había muchos estantes de libros, mientras caminaba en la oscuridad pise uno llamado: "Un amor de ida y vuelta" en la portada contenía una chica y un chico abrazados
-¡La llave está en el libro más viejo y grande, o sea en el primer estante!- me decía Tommy tomando mi mano Izquierda, dejé el libro que pisé en primer estante que encontré, para poder buscar y tomar el libro más viejo.
"Guía de viaje del Origami Volumen 1:" Soplé para hacer volar el polvo, tomé el libro y se me hizo interesante, pero ahora paso de leerlo, le di una "Hojeada" hasta que la llave cayó al suelo y los niños peleaban por tomarla
-¡Oye! toma, esta es la llave- decía Sarah entregándome la llave
-¡Sí, es esa!- decía Tommy saltando, pero al tomar la llave me rodeo una intranquilidad y un frío terrible.
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A la luna
RomanceEn esta historia encarnamos a la Dra. Eva Rosalene y el Dr. Neil Watts. Esta vez, los contrata un anciano llamado "Johnny" que nos cuenta que su último deseo es «ir a la luna». Sin embargo, por más simple que sea el deseo hay un problema... Johnny...