Hilo Rojo / SabitoxLectora

~Cap. 01~

Capítulo uno:  Inicio.

— ¿Sigues viva?—una voz gruesa y masculina se escuchó llenar cada rincón de mi hogar, el hombre tocó mi cuerpo despacio con su mano tratando de conseguir una respuesta a su pregunta.

Abrí uno de mis ojos despacio, sentí el cuerpo pesado y el rostro pegajoso por la sangre que ya se había secado en mi piel.
Los golpes y heridas en mis extremidades ardían sin perdón, traté de abrir mis labios para hablar pero no logré decir palabra alguna.

— ¿Habrá sido un oso?—una nueva voz se unió a la del primer extraño, volví a cerrar mi ojo, sentía los párpados pesados y cansados.

— Aún así ésta chiquilla es la única que sobrevivió—respondió el hombre que me había tocado—, es macabra la forma en que quedaron los cuerpos. Demasiado como para que haya sido un oso, lo sabes.

Sentí la voz asqueada del hombre, y aquello no me sorprendía, pues todo el lugar olía a sangre.

— ¿Nos la llevaremos?—el segundo hombre se acercó a mí y revisó la herida de mi cabeza por un golpe que recibí—. El pilar querra que la llevemos con nosotros, no creo que quiera dejarla aquí sola. Además, parece ser fuerte; podría ser útil.

Debería sentir miedo, tristeza o tratar de defenderme frente a estos extraños, pero ya no tenía fuerzas para eso; mucho menos después de lo que vi.

Flash Back

Cenabamos los cuatro en familia; mis padres, mi hermano mayor y yo.
Había sido otro día más de nuestra típica rutina, los tres se encargaban de trabajar y traer sustento a la casa, mientras que yo me encargaba de las labores de hogar.

— La cena ha quedado deliciosa—dijo papá entusiasmado mientras desordenaba mi cabello—, serás una gran esposa, _______.

Mi hermano mayor rió con burla ante el comentario de nuestro padre.

— Nadie querría casarse con ésta mocosa—chilló apretando mi mejilla con cariño, él siempre suele bromear conmigo.

— Silencio, ustedes dos—mamá siempre venía a mi rescate—. Ella es dueña de su vida, ______ sabrá sí quiere conseguir un marido o no.

Ella rió cómplice, cruzamos miradas e intercambiamos sonrisas.

— Sin marido o con marido, espero que ella sigo cocinando para mí—chilló papá con una amplia sonrisa en su boca.

Todos reímos por su comentario, nuestro día tan rutinario siempre se volvía especial durante la cena; estar juntos era todo lo que necesitaba.

Hasta que...llegó él.

— ¡Huyan!—mi papá trataba de luchar contra aquel extraño que irrumpió bruscamente nuestra pequeña paz; un hombre de cuerpo trabajado, cabello rubio y extraños ojos brillantes sonreía de forma sádica mientras golpeaba a mi padre una y otra vez.

Mi hermano chasqueó la lengua, observó el cuerpo ya inmóvil de mamá tirado en uno de los rincones de la casa.
Él se dio media vuelta para hacerme frente y me tomó por los hombros.

— Debes correr—gruñó con el rostro tenso—, yo me quedaré con papá, trataremos de hacer tiempo para que huyas.

— Hermano, no—dije apenas con la voz entrecortada.

— Escuchame—volvió a gruñir—, debes vivir y ser feliz. Hazlo por ti, y por nosotros. Nunca dejes de sonreir, ______.

Él me dedicó una sonrisa sincera, besó mi frente y se unió a la lucha con mi padre. Aunque no era mucho lo que ellos lograban hacer, habían tomado sus viejas hachas que solían usar para cortar leña y así tratar de repeler los ataques de ese inhumano ser.