Nuestra rayis será una más de los tantos niños que el mayor; Urokodaki, ha estado entrenando. Creció junto al grupo de Sabito, Makomo y Giyuu, por lo que formó una linda amistad con ellos tres.
El tiempo comenzó a pasar, y al igual que las estacione...
Me quedé de rodillas llorando su partida, el débil calor que desprendió su cuerpo antes de desaparecer aún se sentía en mi pecho.
He llorado tanto que siento mis ojos ya secos, como sí no quedase lágrima por derramar. Pero, cada vez que el viento susurraba, el dolor volvía a quebrar mi cuerpo.
Grité, lloré y negué lo sucedido con Sabito, tanto que comencé a autoengañarme, eso hasta que unos pasos rápidos rompieron el silencio del bosque, un silencio tan rígido que quemaba.
— ¡_____!—gritó con la voz preocupada, sentí mi cuerpo hundirse cada vez más.
No me llamen, ya no es lo mismo....mi nombre siendo llamado por otra voz ya no vale de la misma forma que antes.
A mi lado, llegó Urokodaki con sus manos temblorosas, traía consigo una carta arrugada.
Él no dijo nada.
Extendió sus brazos y me acomodó entre ellos. Lloramos los dos, en silencio, acompañando el dolor que llenaba nuestras almas.
No sé por cuanto tiempo nos quedamos así, no existía la palabra de aliento suficiente que lograra calmar el pesar, ahora más que nunca sentí frío, y aunque el invierno se vaya y llegue la primera, siento que ese frío jamás me dejara.
— Vamos, puedes enfermar sí seguimos aquí—susurró Urokodaki, nos pusimos de pie despacio.
Nos abrazamos durante todo el camino, sí yo siento tal dolor de perder a Sabito y Makomo, él debe estar peor...él que crió a ambos niños como sí fuese su padre.
Llegamos a la cabaña en silencio, él caminó a la chimenea para volver a encender el fuego.
— Giyuu llegara durante la tarde—explicó—, la carta fue enviada por el patrón de los cazadores.
Explicó, su voz gruesa y firme ahora suena débil y lejana.
— Le preparare la cena—respondí, puede que la tristeza este llenando cada parte de mi ser en este momento, pero Giyuu no tiene la culpa de eso.
— Yo puedo hacerlo—añadió Urokodaki mientras se ponía de pie—. Ire al bosque en búsqueda de algunas cosas, puedes descansar el resto del día.
Y partió.
Urokodaki no esperó respuesta alguna de mi parte, y no era necesario. No pensaba contradecirlo, pues él necesita un poco de tiempo a solas, y yo no soy quién para cuestionarlo.
Entré a mi habitación desganada, mi cuerpo caminaba de forma automatica, mis pensamientos ni siquiera iban acorde a los movimientos que hacia.
Despacio, me recosté en el futón y cubrí con una manta todo mi cuerpo incluyendo mi cabeza.
Cerré mis ojos con fuerza, volví a desear que todo fuese solo una pesadilla, una broma de mal gusto...pero nada. Volvía a abrir los ojos y seguí allí, en la cabaña.
Sintiendo el viento silbar fuera de mi habitación, y sentir mi corazón latir cada vez más despacio.
— Nos volveremos a ver, Sabito...
Y dejé que el sueño me llevara, que por un par de horas mi cabeza descansara.
Desperté por los suaves susurros que llenaban la cabaña, al principio lo logre identificar de quienes se trataba.
Me puse de pie rápido, recordé que los muchachos volverían hoy.
La cabaña se sentía fría, tomé una manta que encontre a mi lado y cubrí mi espalda con ella.
— Me alegra verlos bien—la voz de Urokodaki llena de alegría asaltó mi corazón, caminé con prisa hasta la puerta de la habitación y la abrí de golpe con la esperanza de encontrarlos.
— Estan aquí—murmuré, mis ojos se humedecieron de la felicidad que llenaba mi corazón al verlos sentados frente a Urokodaki.
— ¿_____?—dijo Sabito viendome confundido, se puso de pie y se acercó a mí para luego abrazarme—, ¿estas bien? ¿qué sucede? ¿por qué lloras?
— Quizás dudaba de que volverías—chilló Makomo entre risas bromeando con Sabito, ella y Giyuu me miraban sonrientes.
— Estoy feliz—dije entre llanto—, soy muy feliz.
Sabito me escuchó sin decir nada, un apretón de su abrazo para luego separarse un poco de mí.
— He vuelto a casa, _______.
Le mire, con una sonrisa débil en mis labios. Pero me aterroricé, al ver su rostro bañado en sangre.
Grité fuerte, tanto que mi garganta dolía.
— ¡______!
Abrí los ojos de golpe, había despertado.
— Estoy aquí, ______. Estoy aquí—repetía Urokodaki al instante en que me abrazaba, mi cuerpo temblaba.
— Fue tan real—murmuré entre dientes, todo en mí se sentía fatal—. Lo vi...vi su sangre...lo vi...
— Tranquila, pequeña—susurraba tratando de calmarme—. Una pesadilla, solo eso.
Agarré la manga de su haori como sí fuese mi único cable a tierra, como sí él fuese lo único real que me queda.
En eso, la puerta de mi habitación se volvió a abrir despacio. Mis ojos se clavaron inmediatamente en la figura del recién llegado.
Su cabello desordenado, su rostro pálido y golpeado quebraron mi corazón.
Me solté del abrazo de Urokodaki para correr hasta él y abrazarlo, Giyuu recibió sorprendido la reacción de mi cuerpo.
Correspondió a mi abrazo entre llantos, nos dejamos caer sobre nuestras rodillas sin soltarnos. Él lloraba en mi hombro, y yo en el suyo, acaricie su cabello tratando de transmitirle mi pesar.
— Lo siento...lo siento—susurraba con dificultad—. Debí haber sido yo...no ellos...no Makomo...no Sabito.
Detuve mi mano en ese instante, sus palabras dejaron en claro lo mal que se ha de sentir Giyuu.
Sequé mis lágrimas, tomé a Giyuu por los hombros para hacerle frente.
— No vuelvas a decir eso—dije con la voz dolida—. Estas aquí por ellos, y seguiras viviendo por ellos...pero no lo veas como una carga ni como una maldición. Veelo como la oportunidad que ellos te dieron, siente que ha sido el regalo más maravilloso que te podrían haber dado.
Giyuu me vio en silencio, sus ojos perdidos se veían tan profundos y lejanos que me sentía sola frente a él. Pero tras un breve silencio, él asintió y mordió su labio.
Volví a abrazarlo con cariño.
— No estas solo—susurré—, somos una familia y le haremos memoria a Makomo y Sabito...nosotros somos los recuerdos que ellos dejaron en esta vida.
Él lloraba ocultando su rostro en mi hombro, sentí los pasos lentos de Urokodaki hasta que llegó a nuestro lado para unirse a aquel abrazo.
Ellos son mi familia...lo que va quedando de mi nueva familia.
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Jueves de Sabito♡
Espero les haya gustado♡ será un triste camino para nuestra rayis.
