Hilo Rojo / SabitoxLectora

~Cap. 20~

— ¿Qué sucede?

La voz curiosa de Nao llamó mi atención provocando que desviara la mirada de aquel muchacho, al volver la vista hacia él ya no logre divisarlo nuevamente.

— Nada—respondí tranquila, nos separamos despacio del abrazo grupal para luego caminar hacia el salón de clases.

— ¿Segura?—insistió Nao, Aki se mantuvo en silencio—. Te vi como mirabas a ese chico...no puede ser, ______. ¿Acaso tu nuevo corazón se sintió extrañamente atraído hacia él?—chilló fuerte—. ¡¿Crees que estén unidos de vidas pasadas?!

Un "pffft" salió de mi boca entre risas, sus locuras siempre llegan en momentos extraños.

— Tienes demasiada imaginación—solté aún entre risas—. Es solo que, creo que aquel muchacho es mi vecino. O, algo así.

En eso, Aki alzó una ceja confundido.

— ¿Qué quieres decir con "algo así"?—preguntó él ahora tan curioso como Nao.

Hice una mueca extraña con mi rostro.

— La verdad es que aún no estoy segura. Solo conocí a su "hermano".

Suspiré agotada por sus miradas acusadoras.

Apenas terminé aquella frase, Nao llevó sus manos hasta la altura de su boca para ocultar la sorpresa que dibujaba con sus labios.

— ¡¿Conociste a un chico y aún no te dignabas a contarnos aquello?!—acusó como sí hubiese cometido el peor de los actos.

Clavé una mirada seca en su rostro para que se callara, comenzaba a llamar la atención de todos.

Antes de que Nao comenzara a llorar las una y mil razones de por qué he sido una mala amiga por no darle más detalles, el profesor de la primera clase entró al salón dando por inicio mi primer día.

Fui recibida con mucho cariño por parte de estudiantes y algunos maestros que se detenían en sus rutinas para preguntar por mi estado y cómo me he sentido durante la mañana, cada vez sonreía agradecida y a la vez incluso sorprendida de toda la atención que me están dando.

Aunque todos terminaban las conversaciones con la misma frase: "Sí te sientes mal, por favor no dudes en buscarme."

Así, entre clases, conversaciones, bienvenidas y risas llegó la hora del almuerzo.

Debido a que Nao estaba retrasada con unas tareas y Aki fue "castigado" por haber copiado una respuesta de un examen, ambos perderan unos minutos del almuerzo. Por lo que, me adelanté y partí al casino con la esperanza de encontrar algo especial fuera de la comida exageradamente saludable que traje conmigo.

En la pequeña fila que esperaba para llegar hasta la señora vendedora de unos 40 años que atiende este lugar, escuché unos murmullos femeninos que comenzaron despacio de un lado a otro, comenzó como un pequeño trabajo de hormigas, luego fue creciendo y creciendo hasta que llegó a más y más muchachas.

Eso fue lo que llamó mi atención, que fuesen solo susurros femeninos los que llenaran el lugar.

Sumergida un poco por la curiosidad, y por la extraña sensación de que, sí no observaba, le estaría fallando a Nao al no tener que contarle nada interesante, decidí llevar mis ojos hacia el lugar en donde todas las chicas habían clavado su atención.

En el fondo del casino, lejos de la "civilización", en el último puesto para comer, aquel chico de cabello negro y largo tomado en coleta disfrutaba en silencio su almuerzo.

"Disfrutaba" claro según mi creencia, pues su rostro no deja ver huella de disgusto ni de aprecio por la comida.

— Es el chico nuevo—escuché que susurraban las chicas más cercanas a mí—. No debe ser de esta ciudad, es extraño que le permitan venir con su cabello largo.