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POV-Poche

Mamá regresó adentro, Calle volvió a mí lado y me anunció alegremente que podía quedarse.

Salté por todo el porche de la alegría, luego tomé a Calle de la mano y la llevé dentro de la casa, a mi habitación.

- No me puedo creer que me estuvieras haciendo pucheros hace diez minutos.

- ¡Oh, no me culpes, sabes que estaba bromeando!

- Jajajajaja por supuesto que lo sé.

Me tiré en la cama, feliz.

"No hay escuela mañana y Calle cenaba en mi casa, podría morir ahora"

Calle se acercó y se sentó en el borde de la cama. Miró a su alrededor con una media sonrisa.

- Puedes expresar tu disgusto por el desorden.

- En cambio me gusta mucho tu habitación.

Me parecía realmente sincera, parecía feliz. Me senté y le sonreí. Sin esperarlo, llegó el grito de mi madre.

- ¡Chicas, la cena está lista!

- ¡Vamos!

Bajamos a cenar, olía bastante bien...

POV-Calle

La madre de Poche había preparado lasagne, y de postre había un pastel blanco que se veía delicioso.

Me senté a la mesa feliz, cerca de Poche.

Marta fue muy alegre y agradable, y pasamos la cena charlando todos juntos.

Terminamos de cenar y Poche me llevó de vuelta a su habitación, mientras Marta se quedaba en la cocina limpiando.

- ¡Cuánta comida! Estoy llena.

- Todo estaba muy bueno, tu madre es una gran cocinera.

Poche asintió con satisfacción y se tiró de nuevo en la cama.

Me acerqué a ella, observándola, y fui a sentarme junto a su cabeza. Poche acababa de cerrar los ojos, relajada.

- ¿Calle?

- ¿Si?

-¿Por qué llorabas ese día? El primer día que nos conocimos, quiero decir...

- Oh... tenía miedo... ya sabes, nueva escuela, nuevas personas, nuevas asignaturas...

Poche se movió de la almohada y apoyó la cabeza en mis piernas. Empecé a acariciar su cabello, lentamente.

- ¿Todavía lo tienes?

- No... gracias a ti...

Poche abrió los ojos, me miró y sonrió.

A los cinco minutos estaba segura de que Poche se había quedado dormida; sonreí para mis adentros y continué acariciándole el pelo durante media hora. Entonces, notando que ya eran las diez y media, me levanté, tratando de no despertarla. Puse una manta sobre ella y le di un pequeño beso en la frente, luego salí de la habitación. Bajé las escaleras y me despedí de Marta, rechazando su amable propuesta de acompañarme. Regresé a casa en pocos minutos, mi madre ya estaba dormida. Fui a mi habitación, me colé debajo de las sábanas y me dormí, pensando en Poche mientras ella dormía...

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora