Para: Ti ¿Podemos conocernos?

Capítulo 2: A la luz de la luna.

- Cuanta razón tenía tu padre al ver tu belleza- dice mi madre mirando nuestros reflejos a través del espejo.
Apoya sus manos en mis hombros y pone su barbilla en uno de ellos.
Cuanto deseo que mi progenitor estuviera haciendo acto de su presencia.
Si el universo me diera la oportunidad de pedir un deseo, sin duda, ya sabría por cual decidir.
-Nunca se cansaba de decírmelo- apoyo mi cabeza sobre la de ella.
Nos quedamos mirándonos nuevamente por el espejo, ambas sonreímos.
-¿Cómo te sientes?- pregunta Victoria mientras se pone un labial de un color natural a sus labios.
-Tranquila mamá, al fin se llegó el aclamado momento- doy un respiro profundo.
La maquillista pone los últimos retoques sobre mi rostro, lo observa con mucha cautela para rectificar que haya quedado perfecta. Pone un poco más de iluminador sobre mis mejillas.
-Luces espectacular- Andrea me abraza cautelosamente para no "estropear mi imagen" como dice ella, aunque esa frase se me haga algo exagerada.
Le doy infinitas gracias por tener una gran paciencia en arreglarme para esta fecha.
-Me retiro hermosa novia. Voy a arreglarme para llegar a la fiesta. Allá nos vemos para hacerte el segundo peinado.- me lo dice mientras me pone sellador líquido para que aguante el maquillaje.
Enseguida de que ella se va llega Isabela, mi prima que estuvo conmigo organizando la boda. Fue de gran ayuda, a veces creo que sus gustos son mejores que los míos para escoger muchas cosas.
Al entrar a la habitación abre la boca al verme totalmente terminada. ¡Estoy lista!
-¿Qué están viendo mis ojos?
Doy la vuelta para recibirla con un gran abrazo.
- A tu prima, apunto de ser esposa. - aprieto sus manos con las de ella.
- Tu felicidad es mi felicidad. Te lo mereces Mina.
Saca de su bolso negro el celular y nos tomamos fotos antes de que terminemos despeinadas al final de la fiesta.
Las vemos rápidamente y unas cuantas sonrisas se escuchan, necesitaba este momento porque ya comienzo a ponerme un poco nerviosa
- Más tarde habrá tiempo de tomarnos todas las fotos que queramos, ya es hora de irnos para llegar a tiempo a la ceremonia.- dice mi madre un poco apresurada.
- Victoria, ¿podemos ir un momento allá afuera?- mi prima trata de ser discreta. Creo que algo traman. Frunso el seño con mucha extrañés.
-¿Afuera? Querida, más tarde me lo dices. Ya estamos atrasadas de tiempo.
Por la cara de Isabela deduzco que es de carácter urgente el que ellas dos hablen. Hace gestos para comunicar la plática que tienen que tener ahora.
-¿Sorpresa? ¿Noche? ¿Hoy?- entre dientes sonríe y abre los ojos para ver si mi madre capta lo que trata de decirle.
Pareciera que jugarán mímica, me provoca algo de risa.
Al parecer Victoria ya adivinó el acertijo.
-Ah ya, perdona Isa.- se frota un poco la frente. - Nada malo hija, tu actúa como sino hubieras escuchado nada.
Creo que tienen algo preparado para la noche pero corespondo a lo que me ha pedido mi mamá: hago gestos faciales como si no hubiera visto ni oído nada.
Mi prima deja su celular y bolso de piel sobre el mueble y salen rápidamente del cuarto.
Nuevamente me miro en el espejo, son pocas la veces que me gusta como me veo y esta es una de ellas. Cierro un poco los ojos y trato de ponerme en el ahora.
"Se acerca el momento" me digo. Todo saldrá bien.
Un sonido al parecer de una notificación hace que abra mis ojos. Le ha llegado un mensaje a mi prima, no me gusta hacer eso pero de pura curiosidad veo en la pantalla.

Eduardo: ¿Estás segura Isabela?

Me deja picada al ver el nombre del remitente. ¿Un mensaje de mi futuro esposo?  No me altero, guardo la calma, es solo un mensaje.
No pasa 1 minuto desde que recibió el mensaje cuando enseguida llega otro.

Eduardo: Contesta. Acabo de llegar a la iglesia. ¿Estás con Isa?

Algo dentro de mí me hace sentir intranquila. Decido tomar el celular e intento desbloquearlo pero al parecer ha cambiado la contraseña. Rectifico para saber si he puesto mal el password hasta que el celular ya no me deja desbloquearlo y lo pongo sobre el mueble.
Entran las dos mujeres nuevamente.
- Hija, me acaba de hablar tu tía Elena, que la esperemos, no tarda en llegar. Yo quería irme ya pero me da pena dejarla. - tose un poco.
- Sí - contesto a secas.
Creo ninguna de las dos ha notado el sonido de mi voz al responder.
Isabela toma su celular, espero que no se dé cuenta que intenté entrar a su móvil. Lee los mensajes que hace unos segundos ví.
- Me voy a adelantar a la iglesia hermosa, quiero ver que todo haya quedado impecable.- su respiración comienza a acelerarse  un poco. - En un rato te veo prima. ¿Vale?- me da un beso en la mejilla.
Sale de la habitación desbloqueando el celular y contestando a pronta velocidad.
Me mantengo en calma, tal vez hubo un retraso en la iglesia y mi prima necesita ir a ver que todo esté en orden. Aunque otra opción, no tan agradable que tengo en mi mente de lo que está pasado no la he podido descartar.