Eramos olas destinadas a chocar entre si, fugitivas dentro de la tempestad del mar abierto. Rebeldes y capaces.
Fuimos estrellas fugaces fragmentadas entre nuestra soledad, completas entre nuestros brazos.
Abismos totales, sogas sujetas enlazando nuestros dedos.
Fuimos un reino que entre desiertos descubrió crear la primavera.
Bebimos de nuestros cuerpos el dulce néctar del amor, experimentamos en nuestros labios la caida del cielo y de nuestras manos el crecimiento de nuestro legado.
No eras tu, no era yo.
Eramos nosotros
-- ¡cesárea de emergencia!--
-- Dios Jungkook, por favor, debemos usar preservativo -- comentó Taehyung en el lapso de tiempo que las contracciones se venían calmando-- no quiero mas hijos .. no quiero
-- no habrán mas entonces mi cielo --besó su frente sudada-- estos pequeños se han adelantado
-- son como tu, tonto --
--oh, vamos TaeHyung-- rió-- gracias por hacerme el hombre mas feliz del mundo, cariño.
-- gracias a ti, Jeon, por curarme y no rendirte conmigo. Te amo-- cerró lo ojos cuando otra contracción lo atacó -- ¡ah! Me están partiendo en dos..
Jungkook le sujetó la mano dándole leves caricias a sus nudillos y pequeños besitos en su frente. No podía dejar de sonreír, no había mas miedo. Su corazón estuvo en paz.
Dado el expediente de TaeHyung con el nacimiento de JinRi decidieron proceder con la cesárea de foma mas profesional y aunque Jungkook hubiera querido estar presente, TaeHyung estaba sedado y era mejor asi. No querían inconvenientes.
— ¿Qué me miras? ¿Sientes lástima de mi?— su mirada es retadora, pero muy débil. Jungkook se acerca más a la cama hasta quedar a un lado del cuerpo del menor —¿Qué haces?
— soy Jeon Jungkook, tu nuevo guardaespaldas
-- estará todo bien, quita esa cara. ¡Serás papá!--
Y si lo veía cómo NamJoon dijo, era cierto. Sus hijos, sangre de su sangre, podrian heredar sus ojos o el cabello de TaeHyung. Era todo tan novedoso.
¿quién lo imaginó?
Casado y con cuatro hijos, vaya, no lo creyó en algún momento, por que para muchos un chico con JungKook era atractivo, lo que no era atractivo es que tuviese una hija y trabajara de tiempo completo.
Pero Taehyung lo vio a él, se fijó en él, lo eligió a él. Aún con todas las faltas que tuvo, desconfiando de su personalidad, de él mismo, fue digno del ángel mas perfecto sobre la tierra, su bonito Kim TaeHyung.
Dos horas habían pasado desde que dejó a su esposo en esa sala de partos y nadie le daba razón de él.
Con Lisa cuidando de los revoltosos que eran sus sobrinos, Jin asistiendo en la Cesárea, Yoongi y Namjoon a su lado mientras le platicaban de cosas sin sentido haciendo amena su espera, se dio cuenta que no podía pedir mejor familia.
Estuvo mucho tiempo sintiéndose en completa soledad, desde su habitación y con Sana llorando a un lado pedía que su agonía terminara por que había sido un infeliz mucho tiempo.
--Jungkook -- esa voz, la misma de hace casi dos años le taladro la cabeza. ¿qué jodidos pasaba ahora?
Él no iba a dejar ir a Taehyung, y por la expresión de SeokJin, podía expresarse en completo miedo--
