Prólogo ➰

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La pequeña de los Jade corría de lado a lado de la casa entre risas, perseguida por un hombre de mediana edad y gran estatura, James Jade.

Lyanne, tenía dificultades al respirar entre las carcajadas y el cansancio de la actividad física que estaba haciendo, su padre y ella llevaban toda la tarde jugando a perseguirse, hasta que en un descuido, James consiguió atrapar a Lyanne y empezó a hacerle cosquillas a todas las diminutas partes de su pequeño cuerpo, causando una sonrisa enorme en la cara de la pequeña, la cual era acompañada por una banda sonora de risitas y divertidas súplicas para que parase.

—James, ¿te parece que vayamos haciendo la cena? —Preguntó una mujer la cual irrumpió en escena apoyada en el marco de la puerta del salón de aquella casa.

Su larga melena negra destacaba con su blanca y lisa piel, la cual daba un aspecto de resultar porcelana.

James paró en seco con sus cosquillas, cosa que la pequeña agradeció, y aprovechó para escabullirse, y colocarse detrás de las piernas de aquella mujer.

—Me parece genial cariño. —Respondió James dedicándole una sonrisa a su esposa. —¿Tú que quieres para cenar Lya? —Soltó dirigiéndose a la pequeña escondida detrás de las piernas de su madre.

—¡Juguetes! —Contestó inocentemente la pequeña, provocando una risa por parte de la mujer.

—No podemos cenar juguetes. —Afirmó el moreno de ojos verdes.

— ¡Pero sí podemos cenar pizza! ¿Verdad que sí? —Exclamó a Lya su madre con una gran sonrisa, Lya empezó a saltar con emoción.

—¡Sí! Pizza, ¡yo quiero una superpizza! —Gritó entre brincos. Su madre la cogió en brazos y la dio un fuerte beso, aunque ella se distrajo con el anillo plata que llevaba en su mano izquierda. —Mami, ¿me lo dejas? —Preguntó quitándoselo y jugando con él en sus manos. La mujer antes de dejar a su hija en el suelo la dio otro beso.

—¡Sí! de hecho cuídamelo mientras meto las pizzas en el horno. —Dijo sonriendo. —Y tú, que sea la última vez que atacas con cosquillas a mi pequeña. —Bromeó a su marido la mujer mientras se iba en dirección a la cocina.

James levantó las manos en señal de inocencia, pero en cuanto la mujer se fue, él y Lyanne reanudaron el juego, esta vez cargó a la niña a sus hombros y se puso a dar vueltas por toda la casa.

Mientras Lyanne Jade recorrió con su mirada toda la casa desde una perspectiva considerablemente más alta, se escuchó un grito ensordecedor y el ruido de un plató rompiéndose que provenía de la cocina, James rápidamente reaccionó y fue corriendo con su hija en brazos.

Dos personas cuyos rostros se hacían muy familiares para James custodiaban a su mujer.

Una mujer delgada que vestía ropas oscuras y siniestras, de pelo largo y encrespado muy enredado y negro, apuntaba una varita larga y fina hacia el cuello de Arabella Jade mientras con la otra mano la sujetaba la cabeza agarrándola del pelo.

A su vez, un hombre cuya nariz ganchuda y rostro cetrino, destacaban sobre todo lo demás, y que vestía ropas muy similares a las de su acompañante, apuntaba firmemente a James con otra varita, aunque esta era notablemente más antigua y de color oscuro.

—Vaya vaya James, llegas justo a tiempo. —Susurró dramáticamente la mujer que sujetaba a Arabella, la cual se encontraba llorando desconsoladamente sin soltar ni un solo sonido por su boca. —No te molestes en apuntarme, ambos sabemos que no eres capaz de hacerme nada. —Terminó descaradamente haciendo referencia a la varita que ahora James empuñaba en su dirección.

Instinto. [Draco Malfoy & tú.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora