XI - Polvo de Estrellas.

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Narrador Omnisciente.

Aquella mañana de octubre levantó un frío otoñal que obligó a todos los alumnos a abrigarse para la ocasión. Ese día, era la primera salida a Hogsmade del curso, y todo Hogwarts andaba emocionado.

—¿Ya sabes qué te vas a poner para nuestra cita a Zonko's, Lil-lil? —Preguntó Fred con descaro en la mesa de Gryffindor del gran comedor. Lyanne ahogó una risa.

—Primero, claro que sé qué ponerme para esta maravillosa cita a Zonko's con mis gemelos favoritos, y segundo, no me llames Lil-lil, Alfredo. —Continuó la broma la chica, y todos los presentes excepto Fred, rieron.

—Hermanito, a Annesita no la puedes vacilar. —Dijo George apoyando su mano en el hombro de su gemelo en señal de apoyo.

—Uno me llama Lil-lil y el otro Annesita... ¿¡Tanto cuesta decir LYANNE!? —Preguntó fingiendo un falso enfado. —O bueno, mejor Lya...

Los gemelos se quedaron callados mirándose.

—Sí, nos cuesta. —Admitieron finalmente tras unos segundos de silencio, Lyanne rodó los ojos.

—Bueno Lya, cuando terminéis vuestra exploración por Zonko's podéis veniros a las tres escobas, Harry, Ron y yo estaremos ahí. —Comentó Hermione con una sonrisa dándole un trago a su zumo de calabaza.

—Perfecto. —Contestó Lya con emoción. —¡No sabéis las ganas que tengo de ir a Hogsmade! —Todos los Gryffindors rieron.

—Que recuerdos, me acuerdo de cuando yo estaba así de emocionado cuando fui por primera vez a Hogsmade... —Indagó pensativo Ron.

—Pero si la primera vez que fuiste fue hace un año idiota. —Concretó Ginny, y al pelirrojo se le enrojecieron las orejas por vergüenza.

—Bueno, pero ha sido un año intenso lista. —Se excusó, y todos los demás volvieron a reír a carcajada limpia.

En mitad del barullo de risas que se formaba en aquellos instantes en la mesa de Gryffindor, una lechuza negra como el carbón de mirada esmeralda, aterrizó con elegancia en frente de Lyanne Jade, y depositó una carta de sobre negro con dejes plata en su mano. Luego volvió a partir vuelo.

—¿De quién es esa carta? —Curioseó Harry. Lyanne se encogió de hombros.

—No lo sé, eso voy a ver.

Comenzó a abrirla bajo la mirada de todos, estaba algo nerviosa, pues no reconocía su procedencia.

El papel de dentro también era grueso y negro, y el mensaje escrito, estaba marcado con tinta plateada, y una caligrafía tan pulcra, que la rubia no se creía que alguien fuese capaz de escribir a mano así.

A las 17:00 te veo en la casa de los gritos.
Se puntual.
D.L.M

—¿D.L.M? ¿Quién es D.L.M? —Pensó Lya extrañada.

—¿Y bien? —Preguntó Hermione. —¿De quién era la carta?

—Ah, mi tía la ha enviado desde el trabajo, cosas de familia... —Respondió algo reservada, y tras eso, su vista sin quererlo se volvió al frente.

Sus ojos no tardaron en conectar con el polvo de estrellas, provenientes del rubio Slytherin. La miró de arriba abajo, apartó la mirada y sonrió.

Lyanne no supo cómo reaccionar, porque no entendía muy bien a aquel rubio. Sintió que todo pasó muy rápido, y además estaba acompañada de todos los Gryffindor, pero internamente. supo que algo en ella se había derretido.

[...]

—¡De verdad que estáis embobados! —Comentó Lya mirando cómo los gemelos seguían en su mundo mientras curioseaban cada artilugio de la tienda.

Instinto. [Draco Malfoy & tú.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora