VII - Zabini y Malfoy.

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Narrador omnisciente

—Hey, buenos días leones. —Dijo Lya feliz llegando a la mesa de Gryffindor. —Gracias Ron, qué detallista. —Continuó sentándose al lado del pelirrojo y robándole una tostada untada con mantequilla.

—¡Oye! que era MI tostada. —Se quejó haciendo un puchero. Lya se encogió de hombros y siguió comiendo.

—Deja de quejarte Ronnie. —Intervino Fred.

—¿Qué pasa Lya? ¿Se te han pegado las sábanas o qué? —Preguntó esta vez George.

—Estaba destrozada por las carreras en escoba que hicimos ayer en el campo de Quidditch. —Confesó después de tragar un trozo de tostada.

—Vaya paliza que le diste a Harry. —Comentó Hermione, a Harry se le enrojecieron las mejillas.

—Bueno, eso de paliza... —Se excusó el azabache.

—Uuuuy, parece que alguien se ha picado. —Canturrearon los gemelos, y todos los demás rieron.

—¡No me he picado! —Exclamó Harry.

Entre muchas risas y bromas, el desayuno fue excelente para los leones.

—Creo que voy a ir a lavarme los dientes, que
lo estoy deseando. —Comentó Lya levantándose del sitio.

—Ahora iré yo también. —Contestó Hermione.

Lya le levantó el pulgar en muestra de aprobación.

[...]

La mirada chocolate del moreno descansaba en la espesura del lago. Su respiración era algo agitada, y sus dedos, jugaban entre ellos como intento nulo de matar los nervios.

Alguien rompió en mil pedazos aquella soledad, sentándose al lado del chico de mirada oscura.

—Gracias por venir. —Dijo sin apartar la mirada de las vistas. La compañía de su lado suspiró.

—No es tan raro que alguien cumpla con su palabra, Zabini. —Musitó la chica, girando su cabeza para mirar al moreno, el cual se encogió de hombros.

Aquella mañana, cuando Lyanne salió del gran comedor al desayunar, Blaise Zabini le pidió que se viesen en el lago negro esa misma tarde.

—En Hogwarts sí que es raro Jade, y más en Slytherin.

—Creo que no conoces a los Slytherins adecuados. —Soltó Lya tras quedarse pensando, y ambos soltaron una pequeña carcajada, que acabó desembocando en silencio, un silencio algo incómodo que rompió la Gryffindor. —Zabini, no esperes que lo sepa todo sobre tu hermano, tal vez si me cuentas que pasó pueda ayudarte más. —Dijo haciendo una mueca.

Zabini hizo amago de querer decir y hacer algo, pero se quedó en un frío limbo momentáneo dónde no pronunciaba palabra.

—Mis padres son obsesivos con la sangre y el estatus. —Comenzó el moreno. —Jamás aceptaron que Thyago fuese un Hufflepuff, honrado, bueno y trabajador, y al acabar el primer curso, juraron no volver a pasar vergüenza por su hijo, encima su primogénito. Así que anunciaron su muerte en el mundo mágico, cuando en verdad le enclaustraron en casa durante 4 años, donde su única compañía era Jinna, nuestra elfina, y en fechas señaladas como navidad o cumpleaños, también mis padres y yo. —Lya escuchaba atónita el relato del Slytherin, que parecía muy tenso.

—En el verano que le correspondía entre cuarto y quinto curso, hubo una discusión fortísima en casa. Mi hermano por fin tras años sometido reventó en furia, y tuvo un estallido de magia durante el conflicto. No sé cómo acabaron en el salón, donde me encontraba yo, con tan solo 5 años. Hubo un momento donde mi padre pareció enloquecer, y su intención era embrujar a mi hermano.
Lo último que recuerdo es a mi hermano llorando desconsoladamente, para después pronunciar un "obliviate" apuntándose con su varita a si mismo, y gritándoles a mis padres que por fin sería capaz de encontrar la felicidad, sin recordarles. Tras eso desapareció en la chimenea, y esa fue la última noche que vi a mi hermano. —Finalizó Blaise, con todavía la vista clavada en el firmamento, que después se desvió a la avellana mirada de Lya.

Instinto. [Draco Malfoy & tú.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora