Epílogo

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Todo había cambiado en la vida de TaeHyung después de la muerte de YoonGi.

Todas las noches al dormir abrazado a una almohada le dedicaba palabras dulces, creyendo que YoonGi la escuchaba donde sea que estuviera.

No hubo contacto con Jimin ni con JungKook, un cierto rencor hacia ellos y hacia los padres de YoonGi.

Ellos aparecieron en su funeral, llorandole a ese hijo que despreciaron y que ahora se había ido.

Su llanto acompañado con el pequeño chillido de una pequeña perrita de color café.

Su vida había perdido color, ya no había nada en ella, solo esa pequeña esperanza de que algún día se volverían a encontrar.

Era lo que lo mantenía vivo.

Había trabajado un añor entero, sin descanso y logró ahorrar, ahorrándose las ganas de comer y de comprar ropa nueva.

Los del trabajo preguntando que había pasado con el alegre TaeHyung en todo este tiempo, ya no sonreía y su aura era como el hielo.

Poco después por rumores todos se enteraron que su novio había muerto, eran todos muy unidos así que decidieron ir con una canasta hasta él.

Le dieron abrazos y otros le dieron palabras de apoyo solamente.

Pero nada iba a sanar el corazón roto de TaeHyung.

Aunque todos los intentaran, él solo quería a una persona.

Ahorró para tener una vida lejos de la sociedad.

No quizo vender la casa en la cual había vivido tanto con su pequeño y hermoso hyung...

Pero le dolía tanto ver ese espacio vacío en la cama, no escucharlo en la cocina ni escuchar el sonido de la ducha encendida.

Sus padres vinieron a darle consuelo, después de todo, era su hijo.

Él no los negó y se dejo amar aunque sea por un momento, escuchando las palabras de aliento de su madre y escuchando a su padre diciéndole que todo estaría mejor.

¿Era verdad? Pff, claro que no lo era.

Nada seria mejor sin su pequeño niño... Ese al que seguía amando.

Fue una promesa y lo juró.

Lo amaría hasta morir.

Jimin había insistido en hablar con él pero TaeHyung se negaba, odidando el hecho de que él y JungKook le hayan ocultado que YoonGi moría cada día que pasaba.

Pero un día, junto con la ayuda de JungKook lograron hablar con Tae.

Ambos siendo testigos de que el rostro frío y serio de TaeHyung comenzaba a cambiar, convirtiendose en la representación del dolor y del sufrimiento, dejando a un lado esa máscara que había tratado de construir.

No hubo mucho que decir después de eso.

El menor les pidió que salieran de su casa y no supieron más de él.

TaeHyung hizo lo que se prometió.

Mentiría si dijera que no había conocido a nadie en todo este tiempo.

Pero no, las chicas o chicos interesados en él pronto se rendían al notar que no había progreso.

Tae siempre mencionando a su novio fallecido, incluso llamándolo su esposo.

Y siempre pensando en él.

Todo le recordaba a él, incluso ver a los gatitos callejeros lo hacia llorar.

Y hubo algo que sorprendió a TaeHyung cuando el cuerpo de YoonGi fue llevado a la morgue, siendo ahí cuando se enteró de la peor manera que YoonGi tuvo una enfermedad mortal.

Y no solo eso, era donador también.

Ese día al llegar a casa solo pudo sentarse en silencio sobre la cama, ahogando su sollozos y su llanto.

-Debiste sentirte tan solo... -Apretó una foto de YoonGi a su pecho. -Debiste decirme... ¿Porque no me lo dijiste? ¿¡Porque!?... No lo entiendo...

Y es que, dolía, cada día que pasaba seguía doliendo, convirtiéndose en una pesadilla en vida.

Todos los días, antes de dormir pensaba en Yoongi, teniendo la pequeña esperanza de soñar con él al dormir.

Ahora, había comprado otra cosa, parte del dinero fueron de los padres de YoonGi y los suyos, preocupándose por su salud.

La casa estaba en un lugar alejado, como lo había dicho.

Lejos de la sociedad.

A sus 58 años, fue a ver la tumba de YoonGi, como lo hacía casi todos los días, siendo aquel lugar la única compañía que quería.

Dejandole flores de diferentes colores cada vez.

-Son días duros sin ti... Siempre me preguntó porque tuvo que ser así...

Se levantó y le sonrió al cielo.

-Te amo.

A sus 63 años, TaeHyung solo salía de la casa para comprar la comida de una semana y para ir a visitar la tumba de su amado.

No se molestaba en contestar las llamada de nadie, ya no importaba nada.

Pasaron los años y TaeHyung lloraba y sonreía entre sueños, la razón; YoonGi estaba en ellos.

Un día la lluvia cayó tan callada y suave.

Produciendo un dulce sonido al impactar contra la tierra, TaeHyung se encontraba frente a su chimenea, como lo hacia todos los días antes de acostarse, consiguiendo el calor que las llamas provocaban.

Buscando figuras imaginarias en ellas.

Cerró sus ojos y descanso, una mano tibia de repente tocando su mejilla con un tacto dulce y juguetón.

Sus ojos se abrieron y se iluminaron, su bello angelito, su bello rostro, lleno de vida y color y una brillante sonrisa en sus labios, dirigiéndose hacia él.

-TaeTae.

-Yoonie.

-Gracias por esperarme, amor.

Y aunque TaeHyung había prometido volver pronto con YoonGi, él había esperado este día, esperado el día en que volvería a encontrarse con YoonGi.

-Siempre lo haré.

Se sonrieron y se fundieron en un beso.

Entonces su corazón dejo de latir, una sonrisa en su rostro, su mano cayó por el sillón y la lluvia cesó.

TaeHyung falleció a sus 81 años por muerte natural.

Y las personas que lo encontraron solo pudieron decir:

-Murió feliz.

-Pocos mueren con una sonrisa, así que creo que te apoyo Jinnie.

Ambos jóvenes tomaron el cuerpo y lo sacaron de aquella casa, llevándolo a la morgue, siendo después transportado hacia el cementerio.

Vivió para amarlo y ahora podían estar juntos, en el más allá o donde sea que estuvieran.

Porque se amaron, porque se aman y porque se amaran.



FIN

●Felicidad● TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora