3. Hogsmeade e intrusión.

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Ezra lo había echado a perder, sabía que estaba jodido, perdió el control en la clase de pociones, y lo pillaron. Estaba muerto.

Todo comenzaría de nuevo, y Remus lo descubriría. No ayudaba el hecho de que todo haya sido culpa de Regulus, maldito profesor abusador.

Probablemente, si Regulus no hubiera molestado a Neville, él no habría perdido la calma.

—Bien, bien, bien. —Pero él no tenía tiempo para lidiar con su posible segunda muerte; tenía que hacerle creer a sus padres que su estadía en Hogwarts era perfecta.

Con una gran sonrisa, salió de un pasillo solitario, y durante todo el día fingió que estaba bien, aún con las miradas asesinas sobre su nuca que no le dejaban respirar tranquilamente.

El día siguiente, viernes, cayó en cuenta de que no sería tan complicado fingir delante de su padre; ningún alumno de Slytherin era tan estúpido como para molestarlo delante de un profesor. Y menos del que es su padre.

Así, apenas fue a Defensa Contra las Artes Oscuras, no pudo evitar sentirse feliz al ver a Remus allí, sentado en su escritorio, sonríendole a cada alumno que entraba a su aula.

Cuando Draco y él ingresaron le saludaron felizmente con un choque de puños, que el mayor no pudo negar. Y luego en sus asientos se pusieron a planear su próxima broma, aún sabiendo que el Lupin mayor podía escucharlos.

—¿Calvicie?

—No, ya lo hicimos el año pasado. ¿Qué tal si arruinamos un partido de quidditch?

—¿Quieres el odio de todo el colegio?... Me gusta como piensas Draco Malfoy.

—Lo sé, soy un genio. Pensaba en escobas defectuosas, pero me di cuenta que sería demasiado complicado. Entonces pensé en controlar la quaffle.

—¿Sugieres controlarla para evitar que entre a los aros?

—Sí, y planeo que lo hagamos en el partido de Slytherin vs Gryffindor.

—¿A cuál equipo quieres perjudicar?

—A ambos.

—Merlín, será fantástico. Incluso superará la inundación que causamos en el Gran Comedor en primer año.

—Ezra, nada superará esa broma.

Su parloteo solo cesó cuando Remus se irguió en su sitio, y comenzó a explicar lo que sería su clase. Y Ezra debía de admitir que su padre tenía cierto carisma que logró cautivar a las personas, incluso a muchos de sus compañeros.

Claro, a todos menos a los idiotas de Dolohov y Cygnus, y sus séquitos; que se dedicaron a interrumpir la clase y criticar al profesor en murmullos.

Pero contrario a los que todos creyeron, el primero en explotar no fue Ezra; fue Theodore Nott.

El castaño era un amargado sabelotodo que poseía un temperamento inigualable, y es el que estalló ante las provocaciones de sus compañeros. Arrojó su pupitre a un lado, y golpeó a Dolohov hasta que el mismo Ezra tuvo que intervenir.

—¡Theo, para! ¡No vale la pena pegarle a este idiota!

Pero, en un giro de acontecimientos, y de alguna manera rara, el azabache terminó recibiendo una trompada. Y volvió a terminar en la enfermería, con Madame Pomfrey reprendiéndole.

¿Era una especie de karma anticipado por el hecho de que arruinaría un partido de quidditch?

¿Era una especie de karma anticipado por el hecho de que arruinaría un partido de quidditch?

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EZRA SNAPE LUPINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora