EZRA SNAPE LUPIN

8. De abrazos a golpes.

Sus brazos eran firmes, lo abrazaba con fuerza rodeando su cintura. Y su rostro estaba enterrado en su cabello, porque era lo suficientemente alto como para hacerlo.

Mientras que él también lo abrazaba por la cintura, pero con el rostro oculto en su pecho. No podía decir con seguridad cuál era el aroma de Ezra, pero era una mezcla de chocolate y perfume, podía olerlo en su abrigo.

Pensaba en que esa situación no podría mejorar, hasta que Ezra empezó a acariciar su espalda.

Harry suspiró, sin poder evitarlo, y lo abrazó aún más fuerte. El Slytherin se rió, pero el azabache no tuvo tiempo de avergonzarse o apartarse cuando el contrario comentó—. No creía que fueras tan cariñoso, pequeño Potter.

¿Por qué no decía lo que pensaba?—. No lo soy, pero... me gustan tus abrazos.

Aquello lo dijo en un susurro, pero Ezra pareció escucharlo, porque lo apretujó aún más y le contestó—. A mí me gusta abrazarte, eres pequeño y suave.

Ginny tosió falsamente detrás de ellos, pero aún así Ezra se tomó un tiempo para separarse de él.

El Slytherin seguía sonriendo—. ¿Vamos a su torre? Me debes un regalo, y Hermione está enferma.

Ron se sorprendió—. ¿Hermione enfermó? ¿Por qué no nos...

Su hermana lo golpeó en las costillas—. Están peleados, ¿por qué acudiría a ustedes?

—Somos sus amigos, ella tendría que...

—Pues no se han comportado como tales, ¿no? —Los observó con enfado—. Ella se ha sentido muy mal estos días, y todo por esas estúpidas peleas.

—Su gato se comió a Scabbers.

—Supéralo Ron, esa rata estaba vieja, moriría pronto, o se suicidaría al darse cuenta de su triste vida.

—Eso fue muy insensible, ¿no? —le preguntó en un susurro Harry a su enamorado.

Ezra se encogió de hombros, y estiró su brazo derecho por la cintura del contrario, para atraerlo contra su cuerpo—. Ginny siempre ha sido así, luego de un tiempo te acostumbras.

—Es muy parecida a Ron, aunque no creo que les guste ser comparados. —Harry decidió no prestar atención a la pelea que sucedía a sus espaldas, y recostó su cabeza en el brazo de Ezra, mientras fingía que su corazón no parecía querer salirse de su pecho.

Dejaron de hablar, y caminaron hasta llegar al corredor en que los troles de seguridad estaban haciendo la ronda y por el que Hermione avanzaba hacia ellos. Al verle la cara, a Harry no le cupo ninguna duda de que estaba enterada de lo ocurrido. Sintió una enorme desazón, era obvio que Ezra le habría contado que estaba invitado a su cumpleaños.

¿Se lo habría contado a la profesora McGonagall?

—¿Has venido a darte el gusto? —le preguntó Ron cuando se detuvo la muchacha—. ¿O acabas de delatarnos?

—No —respondió Hermione. Tenía en las manos una carta y el labio le temblaba—. Solo creí que debían saberlo. Hagrid ha perdido el caso. Van a ejecutar a Buckbeak.

—¿Qué? —A Ezra se le secó la boca, ¿cómo había sido posible eso? El trío de Slytherin y Hermione habían trabajado en conjunto para ayudar en el caso, y si bien no todo fue sencillo, creían tener las suficientes pruebas como para ayudar a Hagrid.

Creían tener un caso bien armado, pero se equivocaron. Y fallaron, como todo últimamente.

—¡Malditos hijos de perra! —Ginny exclamó con furia, tenía su cara ardiendo y los puños tan apretados que se le marcaban las venas.