Narra Elliot
_ Ya que parece cómodo con Shaun, que él sea su vigilante.- añade mientras se baja del caballo y le dice algo al caballero antes mencionado.
El joven pelicastaño asiente ante las palabras de su rey y luego desata la cuerda que me unía al caballo, comienza a caminar y le sigo en silencio hasta llegar a una habitación, la cual tiene en el medio una especie de cubeta en grande, una manera común de bañarse, aunque todo aquí me parece extraño en general.
_ Nuestro rey no es sangriento, aunque os parezca así.- dice mientras que corta las cuerdas.- Pero tiene poca paciencia, así que debéis bañarte rápido para poder llevarte hasta él.- concluye.
_ Gracias...- susurro.- Por todo.- añado y el asiente.
Sale de la habitación y cierra la puerta detrás de sí, le escucho instalarse fuera de la misma, me está vigilando tal y como le encargó su rey. Decido entonces observar la habitación y todo es simple, tiene una cama pequeña con sábanas blancas, una ventana grande que da hacia uno de los costados del castillo. Hay una pequeña mesa y una silla donde yace un cambio de ropa, muy similar a lo que cargo puesto pero en color azul.
Me deshago de las prendas que llevo puestas y me sumerjo en el agua tibia, suspiro feliz por ello y siento como mis músculos se relajan un poco. Sin embargo, eso no dura mucho ya que comienzo a pensar sobre lo sucedido. Esto no parece un sueño, es demasiado real para serlo.
¿Acaso viajé en el tiempo? ¿O me adentré en el libro? Ambas ideas son igual de locas pero si tuviera que elegir considero que la segunda tiene más sentido. Luego de encontrar el collar en el libro apareció esa extraña luz que me hizo aparecer en el bosque.
_ Ya estoy loco...- murmuro.
Salgo entonces del agua, con todo mi pesar. Y me coloco las prendas que me han dado, me siento mejor luego de ese baño aunque sé que la situación en la estoy no es para nada segura.
_ Estoy listo.- digo mientras toco la puerta.
El menor abre la puerta y me hace señas para que le siga, noto que es mucho más alto que yo, aunque honestamente todos lo son, y además de ello su cabello tiene ondas que ciertamente le quedan bien.
Subimos las escaleras y veo que este lugar es más grande de lo que creí, hay un sinfín de puertas y pasillos que llevan a muchas partes. Sin embargo, no logro ver una puerta que me garantice mi huida al exterior.
_ Milord.- le llama una vez que estamos frente a una gran puerta de madera con detalles dorados en los bordes.
_ Adelante.- contesta.
Pasamos entonces y le vemos sentado en lo que parece ser su oficina principal, él está sentado detrás de una mesa mientras que una de sus manos tiene una copa con vino, lo deduzco por el olor.
El caballero hace una reverencia y sale por donde hemos entrado, dejándome así sólo con aquel oscuro ser. Le miro con desconfianza, cual si fuera un gato arisco. El por su parte tiene la elegancia de un ave pero mana una energía animal que sé puede ser peligrosa.
_ ¿Me matarás?- pregunto.
Él se levanta y con pasos lentos llega frente a mí. Su estatura y la mía son muy diferentes, así como también nuestra contextura. Él es alto y fuerte, yo soy pequeño y un poco delgado, su cabello es lacio al igual que el mío, pero el suyo es oscuro como la noche mientras que el mío es un poco más claro. Nuestros ojos son oscuros, pero más lo suyos por supuesto.
_ ¿Y tenéis la osadía de preguntarlo de frente?- ríe.- ¿Acaso queréis que te mate de verdad?- pregunta.- Si quisiera rebanar tu cuello ya lo habría hecho.- dice mientras alarga su mano, sus dedos tocan mi cuello y eso hace que me estremezca.
_ Y-Yo...- me callo, no puedo responderle.
_ La razón por la que no os maté... Es por esto.- toma el collar entre sus manos.- ¿De dónde habéis sacado esto?- pregunta.
Me quedo en silencio, no sé qué responderle. Si le digo la verdad creerá que estoy loco, y si miento siento que él podría descubrirlo, siempre he sido malo para mentir y creo que él es bueno desenmascarando a las personas mentirosas.
_ Yo lo encontré dentro de un libro...- contesto. Al menos eso es cierto.
El me mira fijamente, como si quisiera encontrar la mentira en esa respuesta, o por el contrario, la verdad. El desliza sus dedos a lo largo de la cadena hasta tocar con suavidad la pluma. Yo le miro con detenimiento y en su cuello puedo ver que una cadena de oro brilla.
Entonces, sin previo aviso y con fuerzas, no sé de donde, acerco mi mano hasta su cuello y con cuidado saco la cadena, me sorprendo al ver que ambas cadenas son idénticas, parecen ser gemelas.
_ Esto es absurdo.- dice mientras se aleja.
Se toma de un trago el resto de su bebida y la pone en la mesa para luego mirar por la gran ventana, el parece nostálgico. Ya no mana un aura animal o de oscuridad, al contrario, es como si el estuviera triste y necesitara consuelo.
_ No sé de donde habéis sacado ese collar, pero le pertenecía a mi hermana.- murmura.- Ella un día simplemente desapareció, como si se la hubiera tragado la tierra... O como si se hubiera ido a otro mundo.- me mira.- Algo curioso...- se acerca de nuevo.- Porque lo que escribió en su carta de despedida fue "Pronto conoceréis la verdad, no estamos solos en este mundo. Nunca me habéis creído pero un mundo diferente está esperando por nosotros. Te enviaré mi collar con la persona que os hará ver la verdad, y quizás entonces estaremos juntos de nuevo."- concluye.
_ ¿Pero cómo?- yo me abrazo a mí mismo.- No entiendo nada...- susurro.
_ Cambiaré mi pregunta...- sus ojos oscuros me miran fijamente.- ¿Dónde os habéis encontrado ese collar?- pregunta.
Tomo la pluma entre mis manos y miro la suya, en efecto, son hermanas. Subo mi mirada hacia la de el y le encaro, si el piensa que estoy loco entonces él lo estará aún más por no creerme.
_ Fui a la biblioteca a leer... Y encontré un viejo libro, lo abrí y allí estaba el collar, lo tomé y entonces comenzó a brillar cual si fuera una estrella.- suspiro.- Luego cuando abrí mis ojos estaba en el medio del bosque, en otro país, en otra época, en otro mundo.- concluyo.
_ No sé quién está más loco.- ríe de mala gana.- Mi hermana por creer en tonterías o tu por ser un mentiroso.- gruñe para luego quitarme el collar.
_ ¡Pero estoy diciendo la verdad!- exclamo.
_ Al demonio.- dice.- ¡August, llévate a este mentiroso al calabozo!- exclama.
_ Escúchame por favor.- suplico.
El mismo caballero pelinegro de antes se acerca y me toma con fuerza del brazo para así hacerme caminar hasta la salida.
_ ¡Por el amor de dios, escúchame!- me suelto y corro hasta él.- No conocí a tu hermana pero ella no estaba loca, siempre tuvo la razón.- Sir August me toma por ambos brazos.- ¡Sólo tú sabes si ella mentía o no, piénsalo por favor!- suplico.
El parece afectado por mis palabras pero sólo hace señas de que salga. El caballero me toma con fuerza y me hace salir de allí, me conduce escaleras abajo para luego ir a la parte trasera del castillo en donde luego de bajar otras escaleras, se encuentran los calabozos.
_ Habéis tocado un punto malo, la señorita Raven es innombrable incluso para nosotros que somos sus caballeros.- dice mientras me lanza dentro de la oscura celda para luego irse.
Me cubro el rostro con las manos y comienzo a sollozar, esto es demasiado. Quiero despertar y que todo esto no haya sido más que un sueño. Sin embargo, ahora sé que aunque lo deseara la realidad es otra. Esto que estoy viviendo es más real de lo que pude haber imaginado.
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The Story Inside The Book
Short StoryTodo libro guarda dentro de si una historia, la cual nos hace sentir diversos sentimientos. Uno de ellos es que nos sentimos parte de esa historia, de ese tiempo y de ese mundo. Elliot Barsh, un chico amante de las novelas históricas, un día encuent...