Acto 5

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Narra Elliot

Había pasado un mes y me había adaptado a la vida de esta época. Los caballeros, que un principio querían matarme, se habían vuelto mis amigos, y los aldeanos eran agradables cuando me dirigían la palabra. Gracias a Karl podía ir a cualquier parte del castillo, sin salir de los límites por supuesto, y el cada vez era más considerado conmigo. Sin embargo, desde aquella primera noche no habíamos podido estar juntos.

_ Me evade, Sir Shaun. Lo sé.- digo mientras pongo la cara sobre mis rodillas.

_ Seguro os estáis imaginando cosas.- dice el menor.

_ Él me deja dormir en su dormitorio pero no duerme conmigo.- suspiro.- Le escucho entrar por las noches pero luego de que me quedo dormido el desaparece.- explico.- La otra noche le tomé del brazo para que se quedara pero simplemente me acarició la mejilla y se fue. ¿Qué significa eso?- pregunto.

El pelicastaño simula pensar mientras juega con una flor entre sus manos. Dado que esto me tenía mal debía hablar con alguien, y esa persona no podía nadie más que Shaun, mi buen amigo; decidimos venir a la parte más tranquila del castillo donde además se encuentran flores silvestres y un pasto agradable.

_ ¿Te gusta?- pregunta de repente.

Mis mejillas se calientan y me niego a mirarle.

_ ¿No has pensado que quizás el siente algo por ti? Es posible que sienta inseguro y por ello sólo evada el estar a solas contigo.-murmura.

Levanto mi mirada y el parece tranquilo, él ahora es más abierto conmigo y yo con él, es un buen amigo después de todo. Él ha admitido que le gusta Sir August, aunque no podría decírselo claro está, es por ello que hablo naturalmente con él acerca de esto.

_ Me gusta mucho...- contesto.- Cuando él se me acerca siento que todo se detiene.- añado avergonzado.

_ Intenta dar el primer paso entonces, quizás te sorprendas con el resultado.- dice riendo.

Me quedo unos segundo reflexionando, supongo que podría intentarlo y ver qué pasa.

_ Hoy habrá una gran fiesta, es un reunión habitual entre reyes de reinos cercanos a este.- comienza a hablar.- El rey ha dicho que te llevará como su invitado, tendrás la oportunidad de estar con él y quizás sea posible intentar algo.- añade.

_ Supongo...- contesto.

_ Vayamos ahora mismo, el sol se está ocultando y debes prepararte.- dice mientras se levanta y yo le imito.

Le sigo con pasos lentos mientras veo como el sol se oculta, otro día ha pasado y yo no he vuelto a casa, aunque eso no me entristece en lo absoluto si lo pienso bien, pero es evidente que he estado atrapado en este mundo mucho tiempo.

Si, en un mundo diferente y en un tiempo que no es el correcto. Al final terminé aceptando la realidad, esto no es un sueño. ¿Cuándo saldré de aquí? No lo sé, pero hasta hace poco eso solía importarme. Ahora me siento como una habitante de aquí, me gusta el pasar de mis días y me gustan las personas que ahora me rodean.

_ Vendré luego.- dice el menor para luego dejarme pasar al dormitorio e irse.

Veo la habitación y está tan fría como yo, el pelinegro me ha estado evitando por alguna razón y sólo hemos hablado por cortos lapsos de tiempo. Eso me ha desanimado, por supuesto, pero entiendo que debe cumplir con su obligación de rey, y que yo no soy una de sus prioridades.

_ Tanta amabilidad y distanciamiento a la vez.- murmuro para mí mismo.

Suspiro con pesadez y me sumerjo en el agua para luego disponerme a prepararme. La túnica color vinotinto está sobre la cama junto a una camisa blanca de lino, la observo unos segundos y comienzo a vestirme, aun no me acostumbro del todo a este tipo de trajes pero no es como si tuviera opción.

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