Acto 6

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Narra Elliot

Me giro hasta quedar boca arriba y comienzo a reflexionar sobre lo sucedido. La verdad es que me gusta Karl más de lo que quisiera admitir, pero sé que algo entre los dos es imposible no sólo por el hecho de que somos de mundo diferentes sino porque ambos somos hombres, y si bien en mi mundo no sería un problema, en esta época eso es complicado.

Lo sé y lo confirmé en los rostros de la mayoría de los invitados, eran miradas sutiles pero contenían cierto desprecio en ellas, como si el hecho de vernos juntos fuera algo antinatural, y bueno, en cierta forma tienen razón. Además de que el comentario del rey Aarón me heló la piel.

_ Elliot, debemos hablar.- su voz autoritaria me hace temblar.

_ No, no debemos.- me levanto hasta quedar sentado sobre el borde de la cama.- Sólo olvidemos el tema, por favor.- pido.

_ No, no pienso olvidarlo.- contesta para luego cerrar la puerta con el pasador.

Él se acerca lentamente hasta quedar sentado a mi lado, él pone los codos sobre sus rodillas y parece bastante frustrado. Ninguno dice nada, yo porque no tengo nada que decir, y él por qué parece estar preparando su discurso.

_ ¿Por qué me regresaste la tiara?- pregunta.

_ Porque era de tu madre.- contesto casi de inmediato.- Y yo no soy nadie para usarla.- añado.

El me lanza una mirada asesina que me hace temblar.

_ ¿Acaso eres ciego?- pregunta y le miro confundido.- Si te la di fue por algo...- suspira.- Es porque te considero especial.- concluye.

_ No creo que tengamos la misma definición de "especial".-murmuro.

El extiende su mano y toma mi barbilla con suavidad, ambos nos miramos a los ojos.

_ Yo creo que si...- susurra.

Él se acerca y puedo sentir el calor que mana su cuerpo, así como también su cálida respiración.

_ Tienes razón... Yo te he estado evadiendo.- murmura.- Pero estás confundido, no es debido a que te odie...- concluye.

_ ¿Entonces?- pregunto.

_ ¿Y aún lo preguntas?- ríe y toma una de mis manos para luego ponerla sobre su pecho.- Me he enamorado de ti, Elliot.- suspira.- Me enamoré de tu risa, de tu forma de actuar, de todo lo que respecta a ti.- concluye.

Su corazón late deprisa, casi tan rápido como el mío.

_ Yo no quería asustarte con esto, por eso he mantenido las distancias.- murmura.

Sonrío y niego con la cabeza. La felicidad que me hace sentir justo ahora acabó con mis pensamientos e inseguridades. Es cierto que es arriesgado que nos acerquemos, pero justo ahora estamos a solas, lejos de todos y en nuestro propio mundo.

_ No soy de cristal como crees.- digo para luego tomarle por los hombros y recostarle sobre la cama.

El me mira sorprendido.

_ ¿Acaso tú..?- le interrumpo.

Mis labios se posan sobre los suyos y suspiro gustoso, desde hace tiempo he querido hacer esto. He soñado incontables veces con besarle, con sentir la calidez y suavidad de sus labios, con dejarle hacer lo que quiera conmigo.

El me corresponde y coloca una mano detrás de mí nuca, él toma el control del beso y yo cedo por completo, el ritmo es deliciosamente lento y suave, tanto que me hace suspirar en su boca.

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