Advertencias: Por ahora ninguna.
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Ya había transcurrido un mes desde la separación de Gaara y Matsuri. El pelirrojo estaba devastado, no podía soportar estar lejos de ella, los primeros días había extrañado su cuerpo de una forma que ni el mismo pensó que fuese posible, deseaba sentir sus besos, sus caricias y su dulzura, pero sabía que no podía.
Para él era como haber perdido una parte de sí mismo por eso estaba de mal humor la mayor parte del tiempo, sin ánimos para nada. Se había dado cuenta de que la amaba aún más de lo que había pensado y sin ella no aguantaba los días, se le hacían eternos y sin sentido, peor era cuando tenía que soportar a su dichosa esposa y todas las ridiculeces que se le ocurrían alegando que ahora que iba a darle un hijo merecía un mejor trato.
Los hermanos de Gaara, al saber que iban a ser tíos, no podían estar más felices. Ellos pensaban que su hermano vivía un feliz matrimonio, que él y su esposa se amaban, ignorando completamente el hecho de que el Kazekage había sido obligado a casarse por órdenes del consejo. Él quiso mantenerlo en secreto, la única persona que lo sabía era Matsuri. Temari y Kankuro también desconocían totalmente los sentimientos de su hermano hacia su ex alumna y la relación secreta que habían mantenido por más de un año. Aunque, la rubia Sabaku No siempre supo que Matsuri amaba a Gaara, por lo que se sentía mal por ella, pensando que él nunca le iba a corresponder, ya que amaba a su esposa, que ahora iban a tener un hijo.
Hoy él se encontraba como siempre en su oficina, revisando misiones, papeles y más papeles. Deseaba verla, no podía concentrarse en nada, pues Matsuri ocupaba todos sus pensamientos. Aunque ahora no pudiera tocarla, al menos observarla de lejos le daba cierta satisfacción, pero ahora no tenía ni eso.
—Mierda... —masculló enojado, ya harto de no poder cumplir sus deberes como líder de la aldea, por la simple razón de no poder quitar de su cabeza aquella imagen de la castaña llorando en el momento en que él le rompió el corazón, y de paso el suyo propio. Deseaba como nunca retroceder el tiempo y jamás haber metido la pata del modo en que lo hizo.
En ese momento unos golpes a su puerta llamaron su atención, haciendo que por lo menos unos segundos, se olvidara de su tormento.
—Pase —indicó. La puerta se abrió entonces, mostrando la silueta de su hermana mayor, Temari, la cual traía una hoja de papel en sus manos.
—Permiso, Gaara, ha llegado este mensaje de Konoha —informó la rubia, quien notó enseguida lo inquieto que se encontraba su hermano.
—¿Es sobre los exámenes Chûnin? —preguntó el Kazekage, tratando de pasar de ese tema lo más rápido posible, para volver a estar solo.
—Así es, tendremos que viajar allá, ya que dentro de cinco días se celebrarán las pruebas finales —respondió Temari, frunciendo levemente el ceño—. Pero, tenemos un pequeño problema...
—¿Cuál es?
—Es que Kankuro dijo que no podrá ir con nosotros porque tiene una misión con su escuadrón marionetista, así que yo me tomé la libertad de escoger a otra persona para que nos acompañe —explicó la kunoichi con calma, mientras que Gaara sólo la miró frunciendo ligeramente el entrecejo.
—¿Y se puede saber quién es? —preguntó algo cabreado. Ni siquiera tenía ganas de salir de ahí y ahora tendría que ir a Konoha para esos exámenes en los cuales ciertamente no estaba interesado y con alguien a quien seguramente no conocía o le haría sentir incomodidad.
—Matsuri —ante la mención de ese nombre, de pronto los ojos del Kazekage destellaron con un extraño brillo que llamó la atención de su hermana.
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A Escondidas
FanfictionHistoria finalizada. Cuando las barreras morales les impiden amarse, ellos simplemente lo harán a escondidas. GaaMatsu LEMON/ ShikaTema. Historia publicada en fanfiction.net desde 2010.