Siguiendo las reglas

Capítulo 7

—Con que aquí estás, pequeño y estúpido hermano —dijo Itachi al verlo sentado con Naruto—. Y veo por tu expresión que Sakura aun te odia.

—Ella no me odia. —Sintió la necesidad de aclarar el punto.

—Es cierto, ella no lo odia.

Itachi chasqueó su lengua y se sentó junto con su hermano. —Por favor, me puedes traer lo mismo que está comiendo Naruto —ordenó mirando a Ayame.

—Sí, enseguida —sonriéndole de forma coqueta, misma que Itachi respondió.

—¿Qué haces aquí, Itachi?

—Me gustaría saber: ¿qué le hiciste a Sakura, hermanito?

Pero antes de contestar Ayame llegó con su tazón de ramen. —Aquí lo tienes.

—¡Muchas gracias! A eso yo le llamo rapidez.

—Yo sigo teniendo mis dudas, Itachi. Yo también creo que tu hermano le hizo algo a Sakura.

Sasuke rodó los ojos. —Yo no le hice nada.

—Yo no le hecho nada, solo pedí que se casará conmigo, pero ella no me dijo nada y simplemente huyó.

—Ya veo...

Fue el único comentario que emitió Itachi y degustó su ramen.

—¿Qué, no dirás nada? Seguro que tú puedes ayudar a tu hermano.

El Uchiha alzó la mirada y observó a los dos shinobi más jóvenes que él.

—¿Ayudarlo? —preguntó sin dejar de mirar a su hermano— No, él sabe muy bien que hizo, ¿o no, Sasuke?

—¡Maldición! —Se levantó de golpe. —Entonces es cierto.

Itachi, le miró, pensando que su hermano pequeño seguía sin madurar. ¿Era tan difícil saber cuál era el plan a seguir? No, claro que no.

—Un momento, supongo que ya sabes a dónde buscarla, hermanito. —Sasuke se detuvo, pues en realidad no sabía—. Por favor, Naruto, creo que ya has comido mucho a sus expensas.

—Sí, tienes razón, Itachi, amigo.

—Entonces siempre supiste a dónde se refugió, Sakura —dijo mirándolo con cierto odio.

—No me veas así, tenía que encontrar la manera de que Sakura-chan me perdonara, pero la puedes buscar con Tsunade-sama, nada complicado eh, chico listo.

El rostro de Sasuke se descompuso al instante, ante las burlas de su hermano y su amigo, de los cuales ya dudaba si quería mantener esos títulos para ellos.

—Son un par de idiotas —declaró antes de darles la espalda.

—Espera.

—Ahora qué.

—Pues te falta pagar la cuenta —aclaró Itachi antes de desaparecer junto con Naruto.

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Casa de Tsunade

—¿Y bien? ¿En serio creíste que no me daría cuenta?

La pelirrosa comenzó a jugar con los papeles que traía en la mano. —Claro que no, sé que es difícil esconderlo, Tsunade-sama.

—¿Y Sasuke, ya lo sabes?

Sakura suspiró. —En realidad...no lo sé.

Tsunade le dio una mirada muy significativa. —Entonces por qué escapaste.