Capítulo 3

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Hospital de Konoha

—Todo está listo —anunció Sakura al grupo de enfermeras que tenía frente a ella—. El proceso de vacunación deberá de ser muy rápido, si seguimos el plan de organización, es decir, no nos deberá de llevar más que este día terminar el trabajo.

El grupo asintió confiado de las palabras de la pelirrosa, solo faltaba este pequeño empujoncito para terminar el trabajo.

—Recuerden pedir su firma en la lista para garantizar que todos han quedado vacunados e indicar quiénes son los que no pudieron recibir la dosis, además han adaptado un salón para este proceso, ¿alguna duda?

Las enfermeras simplemente dijeron que todo estaba claro, así que sin problemas podrían salir del hospital para dirigirse a la base de la policía militar.

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Base de la policía militar de Konoha

Sasuke observaba el camino por la ventana de la oficina de su padre, quién leía los últimos informes del grupo de sus policías le habían llevado.

—Hijo, ¿qué haces aquí tan temprano?

—Vine para ayudarte.

Fugaku chasqueo su lengua.

—¿Ayudarme, con qué? —preguntó sin sorna—. Tú por lo regular prefieres estar al mando directo del Hokage, que conmigo, tu padre.

—No exageres.

—No, no lo hago, aunque tu presencia solo me deja pensar que vienes aquí porque Sakura vendrá aquí.

—¿Qué dices? ¿Qué tiene que ver Sakura en todo esto?

—Pues que ella y su equipo vendrán a suministrar las últimas vacunas a mis hombres.

—Claro, por eso estoy aquí —comentó con sarcasmo.

Fugaku lo miró censurando su actuación, él tenía presente que Sakura representaba un papel muy importante en la vida de su hijo, aunque este no lo quisiera reconocer, siendo su padre sabía eso y no necesitaba el Sharingan para comprobar que la sola mención del nombre de la alumna de Tsunade le causaba alteración en su red de chakra.

—¿Algún problema, padre?

—Solo te pediré una cosa, podrás estar aquí, en tanto no causes problemas, ¿entendido? Sé que aún sientes atracción por esa chica y no te culpo, pero este no el lugar adecuado si quieres flirtear con ella.

Sasuke gruñó enfadado.

En eso uno de los shinobi que respondían a las órdenes de su padre entró para avisar que la Doctora Haruno y su grupo de enfermeras habían llegado.

—Bien, en un momento iré a saludarlas, llévalas al salón que les fue asignado.

Fugaku tomó el fajo de hojas que tenía esparcidos por su escritorio y sonrió, ya que su hijo se había marchado ante la sola mención del nombre de Sakura, seguramente para recibirla.

—Solo espero que no cause problemas.

Comentó al aire.

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Sasuke aún no se acercaría a Sakura ni a su equipo de enfermeras, le gustaba verla trabajar, era linda y eficiente, alguien sin duda podría confiar su vida sin temor. Había sido entrenada para eso y más.

Le vio rodeada por cuanto policía militar estaba esperando por la vacuna, y se felicitó asimismo de haber solicitado un día libre para cuidarla no sería bueno que ella, bueno ellas incluyendo a sus enfermeras se quedaran sin vigilarlas, incluso hasta sus propias enfermeras le habían pedido que las acompañara.

Siguiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora