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Joaquín estaba sobre el pecho de Emilio cuando fuertes toques insistentes sonaron, Emilio despertó al instante.

—Voy a ver que pasa—dijo el mayor parándose

—Yo voy— dijo el menor poniéndose al costado del más grande, este sabía que el menor era caprichoso por lo que no trató de impedirlo, más adelante se encargaría de educar a su pequeño malcriado.

Al llegar se encontraron con un Daniel con unas prendas más grandes que el, olía a árboles, combinado con el dulce olor a coco que desprendía, los dos le veían extrañados, Emilio realmente no se acordaba mucho de él, Joaquín no entendía.

—Joaco —susurró el chico y abrazo al menor, al separarse el más pequeño se dio cuenta de los ojos rojos de su amigo, Emilio sintió el olor abatido del chico.

—Pequeño, necesitan hablar, te espero adentro —dijo y el menor asintió, Daniel estaba frente a él con una cara abatida, la tristeza que demostraba era angustiante.

—Dani ¿Que pasa? —preguntó preocupado, nunca lo había visto mal, el siempre irradiaba felicidad frente a él

—Joaco me siento tan feliz por ti, ya eres un pequeñín marcado — dijo con melancolía viendo la marca rojiza en el cuello del menor, sonrió, estaba feliz de que el pequeño no corriera con su suerte. —Voy.... a hacer un viaje... Quiero que te cuides — hablo con lágrimas amenazando a salir

—¿Y Lucas? —preguntó el menor sabiendo el amor que su amigo le tenía a ese Alfa

—El sabe de esto —dijo para no alarmar a él menor, sus lágrimas no tardarían en salir, se sentía terrible pero no podía irse sin despedirse de la única persona que lograba hacerlo feliz

—Nose cuando regrese, pero quiero que seas feliz, no soporto estar aquí bebé, cuidate—dijo dando un beso en su frente —Entra

El menor estaba sin entender y con sus ojitos rojos, el no quería que su amigo se fuera, no quería que lo dejara — Dani no—susurró

—Lo siento — musito dándole el último abrazo y empujandolo dentro de la casa, sonrió —Te quiero— fue lo último que dijo para después salir corriendo, lejos, rápido y con ya lágrimas corriendo por sus mejillas, lo iba a estrañar pero ya no soportaba estar en un lugar donde para todos era un simple gigoló.

Emilio corrió al escuchar un grito del menor, vio como este veía a la nada, suponía que su amigo se había ido, no entendía pero aún así tomó al menor en un abrazo, este mojo la camisa del rizado con lágrimas —Shh bebé, todo va estar bien—susurraba aunque no sabía que era lo que pasaba.

Dos horas después siendo ya las 7 el menor  estaba abrazando al mayor completamente  dormido, el alfa miraba al más pequeño dormir, sonrió y lo abrazo pegándole más a él, sentía la necesidad de protegerlo, mimar lo, era tan hermoso y demasiado pequeño aún.

...

Daniel estaba corriendo con as de una docena lejos, fuera de donde siempre vivió, sentía nostalgia de salir de ahí, pero rra por su propio bien, ese lugar siempre le hizo sentirse mal, y quien pensó que era diferente resultó siendo igual y lo peor de todo era que lo amaba, a su costado iba la beta que lo había acogido, su nombre era Trisha, decía que iba encontrarse con el grupo que su hijo mandaba.

No entendía mucho, pero su necesidad de salir de donde nació era demasiado fuerte.

Lucas estaba preocupado, se había despertado con ese sentimiento y estaba mal, no entendía, estaba a su lado un omega sin ropa, sintió un vacío y salió de su habitación.

...

Emilio estaba desayunando con el menor, cuando ante el se mostró su madre seguida por una de las sirvientas.

— Osorio te dije que fueras por mí, joder tuve que venirme en taxi, siempre olvidas las cosas — hablo la mujer molesta, pero con cariño al final.

El chico se golpeó mentalmente, se había olvidado que su madre iba a estar con él por un mes, la mujer dirigió su vista al pequeño que veía su comida nervioso, de lejos moto la marca y sonrió,

—Y necesito explicaciones Marcos —dijo viendo al pequeño

—Madre primero siéntate a desayunar —habló y la mujer asintió por lo que la sirvienta salió del comedor por los platos para la señora
—Madre, el es Joaquín, Mi omega —dijo tomando la barbilla del menor y levantándola, haciendo que rápidamente sus mejillas se tornará rosas. —Pequeño, ella es mi madre

El menor vio a la mujer y observó un parecido entre los dos Alfas —Mucho gusto señora —susurro temblando ligeramente, la mayor en sancho su sonrisa

—No eres muy pequeño para el bruto de mi hijo, y no me digas señora, solo Niu—dije en afirmación viendo a su hijo quien se sintió intimidado.

—Si, tengo 16—menciono con las mejillas rosadas

—Hijo es un bebé, y muy bonito, se lo quitaste muy pequeño a sus padres —
Habló su madre fingiendo un tono alarmado .

Ese mes sería demasiado largo con su madre ahí, cielos


No pensé que fueran a llegar a 35 en menos de 24 horas

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Los Amito
May 🌈

Marqué | Emiliaco | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora