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Dos años habían pasado ya, dos años sin su omega, la muerte de él había sido un golpe muy duro.

Era una alfa fuerte, demasíado, pero ese día no, simplemente no podía estar feliz cuando se cumplían dos años de su muerte, de ese atentado, el había muerto, a su hija se la habían arrebatado y ahora solamente le quedaba su pequeño Emilio.

Estar frente a la tumba de él era doloroso, saber que ya habían pasado dos años sin sus besos, caricias, sin sus reprimendas cuando era muy cruel.

Lo extrañaba mucho, a su hija también, pero era algo con lo que tenía que vivir.

La mujer seco sus lágrimas lentamente, sus ojos estaban rojos, algo no tan usual en alfas, ella estaba destruida, su omega estaba ahí enterrado y ella estaba sola.

Camino a su coche y por primera vez no fue a casa de su hijo, tomó dirección hacia su departamento, ese día quería estar sola.

Los recuerdos le invadían.

Sus primeros días juntos, la llegada de sus hijos y hasta aquel día que pasó ese suceso tan trajico.

Tomó la botella de vodka y empezó a beber, tratando de sumirse en nada, no quería sufrir, le seguía amando aún después de dos años de su muerte.

°°°

Emilio estaba apenas despierto, vio en su teléfono la fecha y se paró, buscó a su madre y no estaba, suspiró .

Era una alfa, pero aún así sabía que ese día estaría quebrada, no podía hacer nada, la pérdida de su alma gemela era dolorosa y el no podía hacer nada.

Fue con Joaquín, su pequeño estaba acostado y lo abrazo, le amaba y no quería estar ni un día sin él.

El menor abrió sus ojos, vio tristeza en los de su alfa y sin saber  sólo lo abrazó.

El mayor le correspondió.

Dos horas después estaban frente a la tumba de su padre, su omega junto a él. Las flores favoritas de su padre estaban ahí, su madre las había ido a dejar.

Le dejó sus flores, la tumba era más como un cuarto pequeño, sonrió con nostalgia, esperaba que su hermana ya le hablara a su madre, ella era muy necia y su.madre la necesitaba.

Joaquín estuvo todo el día con Emilio, en la empresa no había pasado nada interesante, la actitud de su alfa era notables, estaba más decaído pero a él lo veía con amor.

El no podía imaginarse vivir sin alguno de sus padres, los amaba y no sabía si podía soportar dicha pérdida.

La noche llegó, Emilio llevó al pequeño a un restaurante, comierom en zona privada, estaban callados, pero el menor entendía.

Al llegar a casa los labios del mayor tomaron los del más pequeño con fiereza, sus manos vagaron al cuerpo de su omega, lo cargo y lo llevó a su habitación, besos intensos y llenos de amor.

Solo besos que los dos amaban y estaban bien  con ellos.

Por otro lado la alfa ya estaba demasiado tomada y ya estaba acostandose, llorando desgarradoramente, le dolía la ausencia de su omega, como si una estaca estuviera en su corazón.

3/3
Más vale tarde que nunca.

Lxs Amo ❤️✨
May 🌈

Marqué | Emiliaco | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora