La despedida.

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Cuidad de México, México.

Cuando por fin rompieron el largo beso, Jimin habló.

- Podría vivir aquí un tiempo - dijo sin siquiera pensarlo.

- ¿ Estás bromeando? - Adali se sorprendió - digo, aquí no va a ser igual que en Corea.

- Tienes razón - dijo el rubio - será mucho mejor porque estas tu.

Ada rió y justo cuando iba a besar a su ¿novio? En la mejilla, un chico que apareció corriendo de la nada agitado se acercó a ellos.

- ¿Que carajos Park Jimin? ¡¿Sabes que son las 6am?!! Quiero matarte - parecía que el pobre no podía respirar.

- Hongu - al parecer Jimin le conocía - ¿que haces aquí?.

- Yo debería ser quien pregunte eso - respondió enfadado el chico - no tienes idea lo difícil que fue rastrear tu celular mientras estaba apagado.

Jimin se veía confundido.

- ¿Puedes hacer eso? - espetó desconcertado.

- No importa, lo importante es que te encontré y debemos irnos ahora - Hongu miró a Adali como si a penas notará su presencia - Hola mucho gusto me llamo Hongu, soy el  guardaespaldas.

Ella estaba tan perdida que solo hizo una mueca de amabilidad.

- Como sea - continuó Hongu - hablaremos de esto después Jimin pero debemos irnos ahora de regreso a Corea, Suzy entró en una crisis porque dijo que tu no la amabas y tomó demasiadas pildoras, dicen que esta bien en el hospital pero quieren tu trasero ahí para demostrarle apoyo a tu prometida.

Jimin miró a Ada y pudo notar como los ojos de ellas comenzaban a cristalizar, pues sabían que había llegado la de despedirse.

- Lo siento - dijo él y tomó la mano de ella - pero debo ir, aunque te prometo que no me casaré con ella, es a ti a quien amo Adali.

La castaña lo abrazo dejando escapar sus lágrimas. Hundió lo más que pudo su nariz en el cuello de Jimin pues quería recordar el olor de su perfume  para siempre.

- Lo entiendo Jimin - dijo la chica con la voz quebrada - se que algún día nos volveremos a encontrar.

- Eso tenlo por asegurado - dijo él limpiando sus propias mejillas empapadas.

- Debemos irnos Jimin, el yet privado de emergencia nos está esperando - apresuró Hongu.

Ambos se levantaron de la banca en la que se encontraban y se miraron a los ojos, pero esta vez era diferente a todas las anteriores. Sin decir nada se abrazaron otra vez, Adali podía sentir los latidos de Jimin, como sus lágrimas mojaban su camiseta, incluso sintió el momento en que los brazos de él se erizaron debido a una ráfaga de viento matutino. El rubio le acarició el cabello de forma suave y la estrechó aún más a sí mismo.

- Te quiero - dijo ella sin despegarse.

- Te quiero - dijo él, y se alejó porque sabía que si se quedaba unos minutos más, no podría irse.

Adali observó cómo la persona que había logrado amar en tan sólo una noche se alejaba sin saber cuando lo volvería a ver. Sabía que sucedería, es por eso que no se habían despedido con un "Adiós" entre ambos quedaban demasiadas cosas pendientes y lo sabían, y sabía que sin importar cuanto tiempo pasará, algún día esos lindos ojos brillantes que tenía aquel rubio la mirarían otra vez.

Volvió a la banca donde estaba con Jimin anteriormente y se sentó sola a mirar el amanecer, pues se dio cuenta que nunca había sido más hermoso y triste que en ese preciso momento.

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"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad.
Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y sólo existe ese momento".

~ Paulo Cohelo

Akai ito (El hilo rojo) ~ Park Jimin. BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora