Este es un relato de un íncubo raptando a una chica y convirtiéndola en su presa y esclava. A pesar de todo eso terminan por enamorarse, pero eso no está permitido para los íncubos.
¿Qué pasará?
• Algunas faltas de ortografía.
• Capítulos cortos.
•...
Había terminado de empacar algunas cosas que pudieran servirle a Leah para poder enviarla a la cabaña, ella me estaba ayudando a guardar lo necesario.
- ¿Por qué estarán tardando tanto? - mis hermanos se habían ido hace un largo rato, y aún no estaban aquí, eso a decir verdad me preocupa.
- ¿Crees que pudo pasarles algo? - Leah llegó a mi lado.
- No lo se, pero daré un poco más de tiempo y si no vuelven tendré que ir a buscarlos.
Unos cinco minutos después, la puerta se abrió y mis hermanos entraron, detrás de ellos venían Damen y Cleo; hasta ese entonces pude respirar más tranquilo.
- ¿Por qué demoraron tanto? - pregunté llegando donde ellos estaban.
- Tuvimos algunos contratiempos en el camino - respondió Keelan - nada grave.
- ¿Nada grave? - preguntó Sirius - fui herido - señaló su hombro y se tiró al sofá.
- No exageres, no fue de muerte - se excusó Keelan, dando unas palmadas en la espalda de Sirius y él soltó un bufido.
- Chicos, es un gusto verlos de nuevo, y les doy gracias por ayudarme en esto - agradecí a los mellizos.
- No hay problema - habló Cleo - ayudaremos a proteger a tu noviecita - sonrió.
- Supongo que es ella - dijo Damen con su vista puesta hacia las escaleras. Al girar, vi que Leah estaba parada a mitad de estas, con una expresión de timidez y quizá algo de miedo oculto.
- Si, es ella - sonreí y alcé mi mano, dándole la invitación de venir a mi lado - vamos cariño, ven aquí - hablé hacia ella, quien con pasos cuidadosos bajó hasta llegar a mi lado. Al estar junto a mi, tomó mi mano y apreté la suya un poco.
- Así que tú eres la que alborota el corazón de Orien - dijo Cleo acercándose a ella, que por instinto retrocedió un paso - tranquila, no te haré nada, me llamo Cleo.
- Mi nombre es Leah - volteó su cabeza hasta fijar su mirada en Damen, que también se acercó.
- Soy Damen, y descuida, tampoco te haré algo - sonrió.
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Unas cuantas horas después, ya habíamos creado el "plan" y terminado de preparar las cosas. No era nada complicado, Cleo y Leah irían a la cabaña, se quedarían allí hasta saber que las cosas estén bien o que alguno de nosotros vayamos a buscarlas. Mientras que nosotros cuatro trataríamos de averiguar lo que planea papá.
Y si hay pelea, pues haríamos lo posible por ganar, y no es por presumir pero estamos muy bien entrenados para el combate, así que espero no sea muy difícil ganar.
- Ya está todo listo, les expliqué como llegar a la cabaña, así que espero y no haya ningún inconveniente.
- Claro, no te preocupes - dijo Cleo.
- Ten mucho cuidado, trata de llegar conmigo en una sola pieza - me dijo Leah mientras estaba aferrada a mi cuerpo.
- Trataré de estar a salvo y protegerte a ti y a los demás - sonreí para ella y acaricié una de sus mejillas, me acerqué más hasta unir nuestros labios en un beso, calmado y muy significativo, ya que me temía que pudiera ser el último.
- Debemos irnos ya - anunció Cleo, pero en ese momento Keelan tomó su brazo y la atrajo hasta él, rápidamente tomó su rostro entre sus manos y besó sus labios.
- Si algo pasa, no me quedaré con las ganas de besarte, también quiero que sepas que lamento todo lo que hice - habló Keelan al separarse de ella.
- Si todo sale bien, te daré una oportunidad de enmendar tus errores - respondió ella con una sonrisa - ya es momento de irnos, vamos Leah.
- Descuida hermano, Cleo cuidará bien de la rubiecita, nosotros debemos irnos también - dijo Sirius tomando algunas de las armas que llevaríamos y los otros dos lo siguieron a la salida.
- Adiós Orien - Leah volteó a verme y sonrió - te amo - y con esas dos palabras mi corazón demoníaco palpitó con más fuerza.
- Y yo a ti - respondí - te veré cuando todo esto acabe - o eso espero, pensé.
《34》
Antes de todo, me gustaría aclarar que cuando haya peleas, se llevarán a cabo con armas blancas, ya que esas son mis favoritas y de las que más sé; aunque más de alguno tendrá un arma de fuego.
