First Love

Capítulo Cinco

Una vez más Yoongi se encontraba en el hospital.

Estaba solo otra vez.

Suspiró y llamó a las enfermeras por medio de un botón, no pasaron ni 5 minutos y entraron un par de enfermeras, Yoongi ni siquiera las miró pues estaba mirando por la ventana.

-Quiero agua- murmuró. Las enfermeras asintieron y salieron por la puerta que no tardó en abrirse de nuevo -De la marca que sea, es lo mismo, no me importan esas tonterías- dijo creyendo que eran las enfermeras las que habían abierto la puerta, sin quitar la mirada de la ventana.

-¿Marca de qué?- se escuchó la voz confundida de Hoseok a lo que él rapero dirigió rápidamente la mirada hacia él.

-¡Hobi!- exclamó lleno de emoción.

-Vaya, hace mucho que nadie me decía así- rió.

-Creí que te habías ido, no estabas y yo...

-Oh, lo siento pero fui al baño, quería traerte algo de comer pero no me dejan pasar comida.

-No sabes cuanto me alegra verte- dijo Yoongi con voz profunda, desde el fondo de su corazón.
De manera repentina soltó unas lagrimas. Hoseok se mostró sorprendido y no sabia que hacer, no sabia ni siquiera a qué se debían sus lágrimas, pero su primer instinto fue acercarse a él y darle un abrazo, a pesar de que a Yoongi no le gustaban mucho los abrazos esta vez relajó su cuerpo y apretó a su amigo con las pocas fuerzas que tenía mientras seguía llorando.

La puerta de la habitación se volvió a abrir, el rapero instintivamente empujó a Hoseok hacia atrás y se secó las lágrimas rápidamente. Las enfermeras se acercaron para darle una botella de agua y a checar las máquinas que monitoreaban su estado de salud, después de eso volvieron a retirarse.

Yoongi miró incómodo a su amigo, que estaba cruzado de brazos.

-Vaya, que amable- murmuró Hoseok visiblemente molesto -Creí que te alegraba verme, pero no puedes permitirte mostrarte débil ante los demás, ¿verdad?

-Hoseok yo...

-No importa. Iré por un café- salió de la habitación, indignado, volviendo a dejar solo a Yoongi que de nueva cuenta comenzó a llorar.

-Perdóname- susurró de manera arrepentida -No sé cómo volver a ser yo mismo.

[...]

Unas horas después dieron de alta a Yoongi del hospital.
Había sido internado por una sobredosis, pero ya se encontraba estable.

Al salir Hoseok ya lo esperaba, aunque ahora su semblante era serio.

Yoongi insistió en caminar pero los doctores le dijeron que tenía que ser llevado en silla de ruedas.

La presencia de los medios de comunicación esperando al rapero fuera del hospital era notoria, así como también la ansiedad de Yoongi. Aunque Hoseok aún estaba molesto por el empujón que le había dado su amigo para apartarlo de su abrazo, salió del hospital para encarar a la prensa y pedirles que se retiraran. Después de unos minutos fuera negociando con los periodistas y paparazzis, estos finalmente se marcharon.

-¿Qué les has dicho?- preguntó Yoongi impresionado.

-Simplemente les dije que se fueran, que no darías entrevistas- contestó serio y empujó la silla de ruedas hasta su auto sin mirar a su amigo.

Todo el camino transcurrió en un incómodo silencio, hasta que entraron a la carretera, cuando Hoseok finalmente habló para preguntarle al rapero dónde quería que lo llevara.
Se suponía que se quedaría en casa de su amigo, pero después de lo sucedido hoy, no veía eso muy factible.

-A mi departamento, deja pongo la dirección en el navegador.

Fueron las únicas palabras que cruzaron.

Al llegar al lujoso residencial el castaño no pude evitar exclamar asombrado al ver las lujosas mansiones y edificios.

-¿Enserio aquí vives? Woow, impresionante- Yoongi solo asintió con una tímida sonrisa. -Mejor deberíamos hacer la pijamada aquí- rió simpático.

-Sería genial- murmuró el rapero emocionado, pero su amigo se mostró incómodo pues recordó su disgusto, entonces se volvió a poner serio y siguió manejando en silencio -Hoseok, perdóname. Hace tanto que nadie me abrazaba, tenía un tiempo que no bajaba la guardia, estoy acostumbrado a comportarme de cierta manera ante la gente que me he olvidado de ser humano, de permitirme sentir, de mostrarme vulnerable.

El silencio seguía dominando el ambiente hasta que después de un par de minutos Hoseok volvió a hablar.

-Ah, no puedo estar enojado contigo- sonrió -Ven aquí, pero no me vuelvas a empujar.- se detuvo en una luz de semáforo roja y se lanzó a abrazar a su amigo, que lo correspondió aliviado de que ya no estuviera enojado.

El navegador indicó que habían llegado a su destino. Hoseok estacionó el coche frente al edificio de lujosos departamentos donde vivía Yoongi y bajó para abrirle la puerta.

-No es necesario que hagas eso, ¿sabes?

-Es que estoy acostumbrado a hacerlo. Mi padre le abría la puerta a mi madre todo el tiempo.

-Si, pero yo no soy mujer.

-Bueno, nunca dije eso, sólo me parece un gesto de amabilidad, nunca insinué que fueras mujer ni nada.

-Está bien, pero yo puedo abrir la puerta sólo.

-Y yo también puedo abrirte la puerta, no me cuesta nada- se miraron fijamente como si estuvieran a punto de enfrentarse para ver quien tenía la razón, pero al encontrarse sus ojos de inmediato se suavizaron sus miradas y sonrieron casi de manera automática.

-Entonces...¿quieres pasar a mi departamento? Te lo mostraré- murmuró de manera tímida el rubio, Hoseok asintió emocionado.

Al entrar al departamento, como era de esperarse, Hoseok exclamaba al ver cuantas cosas geniales había, parecía un niño que había entrado a una juguetería. Yoongi sólo reía enternecido por la actitud de su amigo.

-¡Wow! Mira esto, oh, que genial. ¿Puedo tocarlo? ¡Pero que televisión tan más grande! Tienes demasiada ropa y toda es de diseñador- decía el castaño yendo de un lado a otro  -¿Para qué necesitas tantas sillas en el comedor?- ante esta última pregunta Yoongi se volvió a poner serio, recordando su soledad, no tenía con quien compartir todas sus cosas.

Pero al ver a Hoseok ya no se sentía solo.

-Casi nunca me siento a comer aquí.

-¿Y entonces para que lo quieres?- Yoongi levantó los hombros a manera de respuesta.

-Tenía el dinero y el comedor combinaba con el resto de la decoración, el decorador dijo que debía comprarlo.

-¿Incluso contrataste a alguien para que decorara tu casa?- silbó impresionado -Wow, podría acostumbrarme a esta vida si pudiera.

-No, no todo es tan bueno como lo parece.

-¿De qué hablas? Lo tienes todo, haces lo que quieres y te pagan millones por eso. Es lo que siempre quisiste.

-Lo sé, pero escalé tan rápido que dejé a todos detrás. Me quedé solo y ahora no tengo con quien compartir todo esto, ese dinero es dinero vacío, la gente se junta conmigo sólo porque quieren disfrutar de mi fama, pero a nadie le importo yo, nadie me conoce sólo conocen al rapero y no al ser humano. No me quejo de todo lo que tengo, pero cambiaría todo eso por volver a abrazar a mi mamá, por disfrutar de una comida con mis seres queridos, por salir a pasear por la calle tranquilo, por despertar tarde un domingo en la tarde y poder dormir bien.

-Creo que es lo más que has hablado en todo este tiempo- bromeó, pero al ver que a Yoongi no le hizo mucha gracia se acercó a él y le acarició el hombro -¿Qué te parece si hacemos la pijamada aquí? Preparamos unas brochetas, tus favoritas y vemos películas, construiremos el fuerte del que tanto hablabas ayer- Yoongi levantó la mirada y asintió con una pequeña sonrisa.