Si buscas buenas obras históricas has llegado al lugar indicado, aquí en este apartado tendremos reseñas de esas historias que nos han gustado y que creemos podría gustarte.
Las entradas publicadas aquí serán realizadas por el equipo de ficción hist...
Después de dejar su trabajo de la manera más dramática posible, Carla, una inocente huérfana de hospicio, y su primer amor, Víctor, un muchacho problemático y misterioso, empiezan a vivir juntos, aunque se conocen apenas hace tres meses.
Carla, a pesar de estar convencida de que el amor es lo único que importa, gracias a una serie de altercados desagradables, una traición por la espalda y a la sólida relación que forja con Isaac, un brillante estudiante universitario, se da cuenta de que el amor no lo es todo para que una relación progrese.
Prepárense, porque pienso dar muchos spoilers para poder hablar como corresponde sobre esta obra.
Dicho esto, comenzaré. Que no les engañe el título, ésta no es una obra romántica más.
Carla comienza con cierto cliché, pero termina convirtiéndose en un personaje muy rico. Pasa de ser una adolescente sumisa a una mujer con fuerza de lucha y empuje, con convicciones. En sentido opuesto lo hace Víctor, lo que no quiere decir algo malo en sí mismo. Comienza haciéndonos creer que va a convertirse en ese primer amor pasional que todo lo consume, pero a medida que avanza la historia, vemos que es otro su papel. Y aquí me voy a detener unos momentos.
Víctor nos demuestra sufrir algún tipo de trastorno psiquiátrico, algunos personajes asumen que es por eso que actúa de la forma en la que lo hace. Personalmente siento que, si esta era la intención de la autora, debería haber acentuado un poco más esos aspectos. En cambio, se acentuaron otros que lo hacían ver como realmente un mal tipo, un abusador en primer plano, y mezclar esas dos cosas, a mí particularmente, me genero un poco de molestia. No me malinterpreten, odié a Víctor. Pero siento que tuvo excusas para ser una porquería y no merecía tenerlas.
Otro punto del cual quisiera hablar un poco es la escena donde Carla pierde su virginidad. Si bien estamos hablando de un relato en primera persona y dependemos mucho de la percepción del personaje, me preocupa un poco que no se comprenda lo que realmente pasó esa noche. No es una llamada de atención hacia la autora, porque podemos ver como Carla percibe que algo no estuvo bien y lo refleja en su actitud. Es más una invitación a los lectores a reflexionar sobre esto. Lo que sucedió en esa escena no fue "simplemente" la perdida de la virginidad de la protagonista, fuimos espectadores de un abuso, de una violación. Carla estaba ida, borracha, no se encontraba con la capacidad mental para poder decir que sí o no. No podía expresar su consentimiento y Víctor se aprovechó de eso. Terminamos viendo como no la viola una vez, la viola dos veces.
En la vereda opuesta tenemos a Isaac. Él no es el típico buen chico que hace ver peor al antagonista, es un personaje que empieza frío, un tanto inmaduro, y termina mutando en este hombre enamorado que en principio no puede admitir sus sentimientos, pero continua en una aventura clandestina con Carla, convenciéndose de que es por diversión. Podemos ver que no es perfecto, no es el hombre de ensueños que solo tiene palabras amables con nuestra protagonista, no. Isaac es real, se equivoca y vibra con la pasión de los ideales y eso me hace respetarlo muchísimo.
Ahora bien, hay mucho que decir sobre la obra en general. Tengo que decirles: la autora los va a engañar. Les va a hacer creer que es otra historia clásica de amor, que lo único diferente es el año en el que transcurre. Pero es una vil treta. Porque de pronto nos encontramos con una lucha social muy presente, en un México cruzado con una realidad similar a la de mi Argentina querida unos años después. Nuestra protagonista comienza su conversión a una mujer de armas tomar con la universidad y adoro el mensaje, estudiar es un acto político en sí mismo y las universidades públicas siempre supieron ser el semillero del cambio. El relato es tan impecable que realmente siento que estoy finalizando la década del sesenta. Incluso me siento en México, en la sociedad mexicana de aquel entonces, que como bien advierte la escritora, era muy machista y misógina. De pronto, me encontré necesitando saber cómo iba a terminar el reclamo estudiantil y no tan inmersa en el romance entre Isaac y Carla. Esto fue no solo un alivio, sino también una inyección de adrenalina preciosa.
Quiero que sepan que no soy fan de las obras históricas, pero no puedo dejar de alegrarme por haberme cruzado con esta pieza en particular. La leí con una voracidad implacable, no puedo hacer más que felicitar a la autora, salvo por la necesidad de pulir un poquito los signos de puntuación, esta obra es un diez rotundo.
Vivan esta experiencia, no se van a arrepentir.
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