Simples momentos Creean grandes Escenas.

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PoV. Craig

-Tweek acá está la pizza- mientras le entrega la caja entera.

-¡Agh! ya puse Netflix, solo falta la película- se pone una colcha encima

Él azabache de ojos pardos se acuesta en el sofá de modo que su pareja se heche encima de él y vean la película.

Él azabache ya se había acostumbrado hace un tiempo al contacto del menor, al ser varones y salir cuando solo tenian 10 años, el tomarse de la mano, sentarse juntos, quedarse a dormir a la casa del otro e incluso bañarse juntos no era tan raro,...y con el tiempo solo hizo que esas acciones se volvieran más melosas.

Él rubio se recostó en el abdomen del azabache, sintiendo cada palpitar que le brinda el corazón de éste, casi como si fuera una canción de cuna, con la diferencia de que a cada ritmo era adictivo ante su tímpano.

Al comenzar la película, ambos se quedaron atentos al televisor, no era una pelicula de terror, simplemente era de drama y romanticismo. Él azabache le gustaba molestar a su rubio, pero, después de lo que pasó él podía escoger la jodida película, aparte a él le gusta cualquier género mientras sea buena.

Aún era de día, solo estaba atardeciendo, vió tras el rabillo del ojo lo atento que estaba su rubio. Él olía tan bien, sus ojos turquesas parecían un par de joyas finas, su tes lechosa con esos labios rosa palido que hacían juego con sus mejillas, qué al besarlo aquel rosa se toma más fuerte tanto en sus labios como en su piel. Es tan lindo, no podía entender como unos imbéciles intentaron intimidarlo, tipos sin vida, que no hacen nada más que dañar a otros para conseguir sus objetivos.

No lo puedo evitar- su rostro casi no mostraba emoción, más que nada cuando estaba realmente enojado.
Sus brazos lo rodearon delicadamente como si fuese a romperlo si apretaba con fuerza.

Él rubio notó está acción, y se sonroja de modo que termina dándose la vuelta y quedando su cara contra su abdomen.

Estaba rojo, los ojos de Craig veían como la piel lechosa de su pareja se torna rojiza, con pequeñas cosas el rubio se pone extremadamente nervioso, lo máximo que han llegado es masturbarse y hacerse orales. Aclarando que eso pasa casi nunca.

No quería incomodarlo, él rubio se esforzaba por complacerlo, pero le daba miedo que lo hiciera solo para complacerlo y no por que lo sienta.

-Te amo...Honey- le susurra en el lobulo de la oreja.

-Craig...- lo mira muy sonrozado-...Tambien te amo...

Sus labios casi como imán se juntaron con los de él, ambos se necesitaban, talvez en parte eran las hormonas, que mientras más joven, mejor se vive.
Sus lenguas comenzaron a juguetear, él azabache movía sus manos traviesa mente en el cuerpo del más bajo, los gemidos del rubio eran mezclados con sus tics, realmente adoraba eso.

En el fondo, el azabache era todo un fetichista...- Para mi eres perfecto Bebé...- mientras le muerde el cuello.

-Ah~ n-no muerdas...mmhg- su voz entrecortado mientras sale vapor de su boca.

-Oh~ Honey...- lo mira como depredador a su presa.

Se tira encima de él y se tapa con la colcha, se veían piernas moverse y sonidos juguetones, ronroneos, algunas obscenidades, risitas, sonidos de besos y chupetones, pero como la vida es trágica para cualquier adolescente es interrumpido por un celular.

-C-craig...ugh tu tu celular- mientras se saca la colcha.

-Oh que se jodan...- tapándose con la colcha nuevamente.

-P-pero...- intentando salir de la colcha

El celular seguía sonando, esa estúpida canción de los comerciales de Taco Bell solo significaba que era Clyde.
Casi rompiendo su propio celular, Craig lo tomo aún con Tweek abajo de él.

Sweetie Boy - CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora