Capítulo 45

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No existía forma alguna que sirviera para comunicarme con Frederick, el muy ingrato seguía leyendo mis mensajes, por lo menos tenía el descaro de hacerlo, más se empeñaba en continuar rechazando mis llamadas, perdí la cuenta de cuantas llamadas terminé haciéndole, cada vez que escribía un mensaje lo leía a los minutos o en ese mismo instante, pero llamaba y rechazaba mis llamadas, por lo menos, agradecí que luego de casi cien llamadas decidiera apagar su teléfono y dejar de leer mis mensajes, eso era menos doloroso que no responder mis llamadas porque el saber que me leía y no respondía me molestaba mucho.

—¡Eres un idiota Freddy! ¡En serio lo eres!

Grité lanzando el teléfono. En verdad lo era por no responderme y leerme.

Quería saber que pensaba de la situación y sobre todo dar una explicación, asegurarle de que nada de lo que decía la nota era cierto, yo no planeé conocerle, al menos no de la forma en que lo hicimos, sí, quería entrevistarlo, era uno de mis grandes sueños, lo admito, pero nunca estaba conocerle de la forma en que lo hice, ni siquiera vivir con él, además, estaba de más recordar que él me hizo quedarme en su casa con engaños, aquella moneda defectuosa con la que consiguió que me quedara con él fue de gran ayuda para su plan, porque de lo contrario no me convencería fácilmente, la suerte jugó a su favor o mejor dicho era un tramposo de primera.

La nota me dejaba ver como una chica que solo buscaba fama, alguien que solo quería aprovecharse del príncipe solo para poder sacar una buena noticia sobre él meses después, eso sucedía con habitualidad, muchos periodistas conseguían hacer esa jugada y casi siempre salía a favor de quienes la aplicaban, sin embargo, aquella noticia estaba más que equivocada y lamentablemente nadie iba a creerme, incluso si Frederick quería creer que esa noticia estaba en lo cierto podía hacerlo, la información se prestaba para que así fuera.

Dejé que el día pasara y me fui a dormir con un malestar de cabeza, me sentía traicionada y engañada, lloré por culpa de las emociones encontradas y dejé que mis pensamientos me atormentaran, mi cabeza no daba para más y deseaba que todo esto fuera una pesadilla y no la realidad.

Al despertar, mi instinto fue checar mi celular para ver si Frederick había decidido escribir y dejar de ignorarme, pero no había ningún mensaje o llamada de su parte, salvo del número desconocido que escribió anoche, escribió de vuelta por la madrugada y esta vez, no solo mandó un link, sino tres links de sitios diferentes y cada uno compartían la misma información asegurando que yo solo me acerqué a Frederick para conseguir información de su vida y luego publicarla en internet.

Ni siquiera pude leer lo que estaba escrito en ellas, era demasiado cruel, incluso era tendencia en internet y fotografías de nosotros abandonando la residencia estaban circulando por las redes. Quien sea que fuera el número desconocido no estaba siendo de mi agrado, aunque estaba dudando mucho en sí sus intenciones eran buenas o malas al mandarme todas esas páginas porque de alguna forma quería que me enterara de lo que estaba pasando.

Observé los mensajes con atención, no se me ocurría una persona en mente que pudiera ser, pero quien estaba detrás de ellos debía conocerme y saber sobre mí. Volví a recostarme en la cama, no tenía ánimos de nada, estaba casi segura de que Frederick no llamaría y yo tampoco lo haría.

Tomé una siesta deseosa de olvidarme de todo y después de dormir por más de una hora me desperté para prepararme comida, en eso, alguien llamó a mi puerta, lo que me dejó con una gran incógnita, dudosa en sí debía abrir o no, me acerqué a la puerta insegura, los paparazzis no habían abandonado el edificio y las probabilidades de que se tratara de uno de ellos era posible.

De tan solo pensar que algún paparazzi consiguió colarse en el edificio, puso mis nervios de punta, no podía confirmar si se trataba de uno de ellos o no y la única forma en que iba a comprobarlo era abriendo. Los golpes continuaron, no eran insistentes, eran ligeros incluso hasta educados, tomé una respiración profunda al colocar mi mano sobre el pomo de la puerta y girarlo para abrir.

Mi romance realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora