Gabriela: Mira, ya llegamos a nuestra escuela.
Yo: Oh wow, se ve muy bonita
Gabriela: Si... lo es, pero algunos estudiantes le restan belleza lastimosamente...
Yo: Por qué?
Gabriela: Pues porque algunos son, mm como decirlo?? Gente muy imbécil.
Yo: Entiendo...
Bajamos del autobús y dejé que Gabriela me guiara para llegar a nuestro curso, su actitud me parecía muy divertida y a veces alocada, de hecho, me recordaba a cierta persona de mi sueño. Es extraño que no pueda recordar nada de mi vida pero que si pueda recordar tan a la perfección ese sueño, cuando en la mayoría de los casos es muy difícil recordar siquiera como comienzan los sueños que tenemos. En fin, Gabriela me llevaba de la mano y yo iba observando todo a mi alrededor, era una escuela muy grande y bonita, pero tenía miedo de ese tipo de personas que mencionó ella.
Cuando llegamos a nuestro curso Gabriela me dijo que tenía que ir a hablar con una profesora antes de perderla de vista y me pidió que me quede en donde estaba para no perderme, seguidamente salió corriendo tras la maestra sin que yo pudiera decirle nada. Para no quedarme ahí parado pensé en entrar al curso a esperarla, me di cuenta de que aún era muy temprano porque solamente había un chico ahí, él estaba escuchando música con sus audífonos y jugando con su celular por lo que estaba muy distraído. Era bastante grande y parecía un chico rudo.
Me di cuenta de que todos los pupitres estaban marcados con nuestros respectivos nombres, entonces ahora tenía que buscar el mío. Buscando fila por fila no lo encontraba hasta que al fin al pasar al lado del chico me di cuenta de que él estaba sentado en mi lugar. Vi que tenía su celular conectado cargando en un toma corriente que estaba justo al lado de mu puesto.
Estaba demasiado distraído jugando, por su aspecto me daba algo de miedo reclamarle pero respetuosamente para evitar conflictos le dije que ese era mi pupitre, pero no escuchaba nada por tener puesto sus audífonos. Tuve que tocarle el hombro para que me volteara a ver, pero ni así se inmuto... Le hablé un poco más fuerte tocándole el hombro otra vez, pero no me hacia caso. ¿Quién será este chico y por qué me está ignorando?
A lo mejor este era una de esas personas desagradables de las que se refería Gabriela, y aunque estaba asustado no iba a dejar que me ignore así. Una vez más le alcé la voz y le dije que se quite de mi asiento. De nuevo no me hizo caso. Ya estaba harto, tuve que quitarle un audífono de su oreja para ver si así al fin respondía, entonces me volteo a ver, pero con una expresión de rabia.
Chico: Hijo de puta!! Me hiciste perder la partida!! Ya sabes que este es mi puesto!! No molestes más!!
Yo: Perdona, TU PUESTO!? Ese es MÍ puesto!! Ahí tiene bien claro mi nombre!!
Chico: No me importa!! sabes que este es mi lugar porque aquí puedo cargar mi celular.
Yo: Y tú quién te crees que eres para establecer este como tu lugar!!
Chico: Mira marica, yo hago lo que a mí se me da la puta gana, así que no me molestes más o te ganaras un buen puño – Seguidamente se puso los audífonos de vuelta y siguió jugando.
Yo no quería problemas, mucho menos con él, pero me estaba sacando de quicio y no podía resistir más, no iba a permitir que me hablara así. Le volví a quitar ambos audífonos de sus orejas de un solo jalón y le ordené que se quitara de mi lugar.
Chico: Ohh has venido rudo hoy no?? Me sorprende que tú, que tú siendo tan marica! Es que mírate!! Eres incluso más niña que Gabriela!! ME SORPRENDE QUE TÚ VENGAS A RETARME A MÍ. Osea tú! Tú qué sos un marica!! Sabes una cosa?? Siempre he creído que tú y Gabriela no son novios... sino buenas amigas.
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Mi vida como Alejandra - MTF
Teen FictionAlejandra es una chica transgenero que comenzó su transición a temprana edad, su vida era totalmente tranquila e igual a la de las demás chicas, hasta que se supo su secreto.