Capítulo 14: Discriminación y Bullying Parte 3

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Ahora como se supone que voy a entrar al salón sin sentirme incómoda por las miradas de todos clavadas en mi?

Sin que yo les dijera nada, mis padres sabían que yo estaba preocupada por lo que iba a pasar ese día. Me empezaron a convencer de que todo estaría bien y que no tenía nada de que preocuparme.

Talvez tenían razón. Ya se habían cambiado las ineficientes medidas, ya se había hablado con los maestros para que no permitieran de ninguna forma el acoso, ya se había dado una charla en el salón... Bueno, talvez esta última es la que menos sirvió... Pero las anteriores si me iban a mantener a salvó de las ofensas y los comentarios desagradables de algunos desconsiderados.

Me despedí de mis padres y me dirigí a entrar al curso. Al abrir la puerta se escuchó el silencio inmediato que hicieron todos cuando puse un pie ahí.

Otra vez, esa horrible expresión de todos, me estaban intentando matar con la mirada. Volteé a ver al profesor y para mí sorpresa tenía la misma expresión que sus alumnos.
Él, así como el resto de maestros tampoco sabía de mi condición.

Profesor: Siga señorita García.

Lo dijo haciendo énfasis en la palabra «señorita» queriendole dar un tono ofensivo.

El viejo de por si era un perfecto hijo de puta, pero ahora que sabía mi secreto lo sería aún más, pero solo conmigo.

Sin responderle nada empecé a caminar hacia mi lugar. Era casi al centro de todas las filas del curso, por lo que para llegar hasta ahí tenía que pasar entre muchas miradas juzgadoras.

Aquel día vi el aula de clases más grande que nunca. Parecía que mi lugar estaba más lejos que antes.

Hubo un silencio muy incómodo durante mi recorrido desde la puerta hasta mi lugar. Al sentarme en mi pupitre el profesor reanudó la clase.

Mis dos amigas se sentaban a mi lado así que empezaron a hablarme susurrando.

Tatiana: Oye Aleja, diste un exelente discurso amiga. Felicitaciones linda.

Yo: De verdad? Gracias Tatis

Camila: Sí, tiene razón, estuviste increíble Aleja.

Yo: Gracias Cami.

Camila: Y qué pasó con el director? ¿Acepto la petición?

Yo: Sí, después les cuento más a detalle.

Camila: Esta bien.

El profesor se dió cuenta de que estábamos hablando en voz baja así que se dispuso a fastidiarnos, o más bien fastidiarme. Y digo que quería fastiarme porque es facil diferenciar un llamado de atención de unas meras ganas de molestar.

Profesor: Señorita García, esta poniendo atención a la clase?

Yo: Sí, continue profesor.

Profesor: Muy bien, pero espero que no siga charlando y ponga atención a la clase, o tendré que empezar a sumarle puntos negativos. ¿Usted quiere eso señorita García? - Me miró con una expresión burlesca.

Yo: No. - Lo mire con seriedad y enfado.

Profesor: Ahh muy bien, entonces despues de mi clase si que podrá hablar con sus amigas sobre los chismes que tenga que contarles. - Dijo esto último insinuando que ese era el único tema de conversación de las chicas.

Todos se rieron por el desagradable comentario y yo me estaba poniendo muy enojada, pero no podía responderle al profesor cómo yo quería ya que podía meterme en problemas.

El viejo estaba lanzando sus primeros golpes, si seguía así tendría que hacerselo saber al director.

Después de unos minutos sonó el timbre que nos hacía saber que había acabado la hora. Escuchar ese escandaloso sonido nunca me había alegrado tanto como en esa ocasión, ya que tener que soportar la estúpida cara y la estúpida voz del profesor me estaba asqueando.

Mi vida como Alejandra - MTFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora