LA NUEVA.

49 9 2
                                    

La noche de pijamas transcurrió normal, fue un poco difícil dormir sobretodo después de haber escuchado el desgarrador grito.

Al día siguiente, después de desayunar y jugar un rato, Andrea se arregló y volvió a casa. Era sábado y mis padres no llegaban hasta el lunes, así que tenía que dedicarme todo el día a ver conque me entretenía. Me senté en el sofá y comencé a revisar mis dibujos, casi todos eran preciosos, aunque lo que transmitían, la soledad y la inestabilidad emocional se marcaban en cada iluminación o sombreado que contenía la hoja.

Preparé mi almuerzo y me apoyé en el alféizar de la ventana de mi cuarto, la calle estaba vacía y el cielo un poco gris. Me quité y cerré las cortinas, entonces recordé el extraño ruido de la noche anterior y rápidamente abrí las cortinas y volví a recostarme sobre el alféizar. Unas calles más allá, donde terminaba el pequeño pueblo, había una gran y terrorífica casa que pertenecía a una vieja "bruja" como muchos le llamaban, estaba rodeada de muchos árboles y ubicada en una parte del bosque que rodeaba el pueblo. El bosque era un lugar prohibido, ya que muchas personas que entraban, no salían ni se encontraban. La casa de la vieja, estaba totalmente quemada y los árboles a rededor, se encontraban en las mismas situaciones, sólo habían escombros chamuscados, un pequeño hilo de humo y una que otra viga torcida.

- ¡María! - La voz de mi padre sonó desde la sala, haciéndome caer en cuenta de lo embelesada que me encontraba mirando la casa quemada.

Bajé a toda velocidad las escaleras, saludé a mis padres y les abracé.

- ¿Porque llegaron hoy? - Les pregunté.

Mi madre suspiró. - El hombre del negocio tuvo que irse del país por un mes. - Mi padre soltó una carcajada.

- Y lo peor es que fuimos para nada, ya que él nos había avisado por una carta y nosotros no la habíamos leído... ¿Y tú cómo estás?. - Sonrió.

- Oh, muy bien, he estado ocupada, leyendo. - Mis padres no sabían sobre mis pequeños paseos al cementerio.

Estuvimos hablando un rato, hice más almuerzo y les serví. Me hubiese gustado poder ir al cementerio, generalmente lo hacía de viernes a lunes, que era cuando mis padres viajaban.

La semana fue tranquila, mis padres como de costumbre salieron el viernes en la mañana y yo partí para el cementerio a las seis.

Me detuve frente a la gran reja, pero al querer abrirla, la puerta se bloqueó, la jalé varias veces, pero la puerta se negaba a ceder, fue cuando escuché un ruido metálico chocar contra la reja, y noté una gruesa cadena con candado que rodeaba la entrada. Me subí de nuevo a la bicicleta y rodeé el cementerio buscando que las otras tres entradas estuviesen accesibles.

Era muy extraño que la puerta fuera bloqueada, esto jamás me había sucedido y ahora tendría que encontrar la manera de entrar a "mi" sitio.

Todas las puertas estaban bloqueadas, me paré en la última y llamé a la vigilante.

- María ¿Que haces aquí? - Dijo muy sorprendida.

- Venía a dibujar... ¿Que está pasando? ¿Porque todo está bloqueado?

- ¿Acaso no lo sabes? - Su expresión de sorpresa creció mientras yo negaba repetidamente. - Hace pocos días, comenzaron a suceder cosas muy extrañas, las cosas se movían y se escuchaban lamentos... Es un cementerio y esto a veces sucedía... Pero esta vez es distinto, los lamentos son muy fuertes, a veces se escuchan gritos y ruidos aterradores. Decidimos cerrar hasta que un cura venga y calme un poco las cosas. - Pensé que era una broma, pero una sin ninguna gracia.

- Si, bueno... Mañana vuelvo de todos modos. - alcé los hombros y acomodé de nuevo la bici.

- No lo hagas, es en serio... Esto viene pasando desde que murió la "bruja" y la trajeron aquí... - Yo recordé la casa quemada, pero no creía que la señora fuera una bruja... Sólo una vieja solitaria, extraña y antisocial.

-----------------------------------------------------------

Hasta aquí por hoy UwU
Feminiist_ (•ө•)♡

¡No abras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora