capítulo 5

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es el o yo

El humo entraba y salía de mi boca una y otra vez hasta que se acababa mi cigarrillo y prendía otro, aunque sabía que esto me mataría quería vivir la vida al máximo, como si fuera mi último día.

—Jaeden—lo abrace y le quite la botella de alcohol que traía y le dí un trago

—Lea—me acerco a el y pasó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja—vamos no querrás que tu madre te vea así—me llevo al auto donde me puso el cinturón de seguridad 

—Jaeden—reí—estoy bien—reí y levanté mis pies al asiento a lo cual el me volteo a ver

—¿cuántos dedos ves a aquí?—paro diez dedos a lo cual lo miré divertida

—diez—dije riendo ya que le había ganado—así que nos quedamos—intente abrir la puerta y salir pero olvide que traía el cinturón así que me caí para atrás lo que provocó que riera demasiado soltando unas cuantas carcajadas

—si no lo creo—metió mis piernas y cerro la puerta con enojo

—Jaeden eres muy aburrido porque no eres como ellos—señale a los chicos que seguían fumando y tomando

—porque ellos saben tomar y no se embriagan con facilidad—encendió el motor—así que nos vamos—puso en marcha el auto mientras que yo veía triste por la ventana

[...]

Solo faltaban un par de calles para llegar cuando vi a un chico en la calle demasiado atractivo así que baje la ventana y  lo salude y lo correspondió pero sentí como Jaeden aumento la velocidad 

—Jaeden vas demasiado rápido—dije asustada mientras lo miraba y él tenía sus manos aferradas al volante sin embargo no se veía demasiado molesto 

—sabes—paro el auto—bajate—me miró molesto—¡que te bajes!—gritó e hizo que me asustara

—¿por qué?—pregunté asustada pero él ya no me contestó se bajó y rodeó el auto hasta llegar a la puerta, la abrió y me quitó el cinturón de seguridad para sacarme con brusquedad de los brazos—Jaeden basta me duele—me queje

—sabes que sea la ultima vez que te vea saludar a otro chico—cerró la puerta y corrió al otro lado para abrir la puerta del conductor y meterse y acelerar a toda velocidad dejándome ahí sola de nuevo

—¡Jaeden!—grité enojada mientras corría como podían ya que en verdad las calles se movían demasiado 

—vete al carajo Lea—alcance a escuchar pero para mi suerte ya solo faltaban dos casa para llegar a mi casa así que empecé a correr y ví a la persona que menos quería ver en la puerta de mi casa

—hola Rick—dije de mala gana al llegar a la puerta y abrirla para poder pasar—déjame adivinar te quedaste sin dinero y bienesa que mi madre siga sustentando tu vicio—reí 

—callate recuerda que no soy tu padre—se acercó haciéndome tragar saliva

—me vas a pegar—reí con enojo—yo no soy mi madre que te tiene miedo—dije y el me miró mis labios en eso escuchamos como un auto se estacionaba afuera 

—enserio—me agarró la muñeca con demasiada fuerza—esto te enseñara—me pego con su otra mano disponible tirandome al piso por el impacto—espero que esto te sirva de lección para no volverme a enfurecer—se volteo mientras que yo le deseaba la muerte

—tu jamás serás mi padre—le grité—jamás lograrás llenar su lugar como padre ni como hombre—se volteó furioso sacando su cinturón y pegándome en distintas partes de mi cuerpo, cada una dolía más que otra pero aun así era mayor mi orgullo hasta que se oyó la puerta principal abrirse lo cual hizo que se detuviera y Rick me parara de un jalón

—¿qué pasa aquí?—dijo mi madre entrando a la sala—hija—me vió y se acercó rápido

—el novio de tu hija la golpeo—se adelantó a contestar Rick

—no es cierto—miré molesta a Rick—madre sabes que Jaeden es incapaz—la miré y lucía muy confundida—fue este idiota—lo miré molesta

—entonces explica ¿por que apestas a cigarrillos?—me miró fingiendo estar confundido lo cual hizo que me sorprendiera internamente 

—eso no tiene nada que ver, sabes me voy yo o se va él—miré a mi madre—es el o yo—hice mi cara lo más seria posible 


¤~toxic~¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora