capítulo 21

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jamás con una Bates 

Todos me dirían que estoy loca si le dijera que me encuentro siguiendo a Jaeden por un callejón a mitad de la noche sin embargo quería que él me escuchará y que no volviera a las drogas pero lo perdí  hace unas cuantas cuadras atrás y en este momento era yo la que me encontraba siendo seguida por un tipo de capucha negra.

—¡basta!—grite saliendo de mi escondite —se que me estás siguiendo —vi una sombra moverse entre la oscuridad

—crees que te estoy siguiendo—escuche una voz grave —acaso crees que eres importante—empecé a ver que su sombra se acercaba a mi 

—aléjate no quiero ver tu depravado rostro—reí sarcástica—solo vete—dije comenzando a caminar pero todavía oía sus pasos acercarse a mi—no es broma alejate mi novio  esta por aquí y  no querrás que  nos vea juntos —me aterraba la idea pero aun así escondía mis emociones

—conozco a tu novio y te conozco—su voz se oía cada vez más cerca a mi—te estudie y me asegure que tu novio  estuviera muy lejos de aquí—paré y voltee a verlo topandome con su  cuerpo justo detrás de él mio 

—se defenderme—sonreí demostrando que no me importaba para nada su espeluznante plan que daba más miedo  con su voz grave  

—dudo que te puedas defender—deslizó sus dedos desde mi  hombro hasta mi mano movimiento que me dejó paralizada

—suéltame—me empujo hasta llegar a una pared donde mi cara chocó con la fría pared

—no sabes cuantas veces me masturbe pensando en ti —pego su parte intima contra mi trasero—cada vez que te veía desnuda haciendo el amor con Jaeden—pegó por total su cuerpo a mi

—dejame—levante mi pierna hasta poder darle en su parte y me liberé de su agarre—no te metas conmigo—torcí su brazo en forma de L detrás de su espalda —jamás con una Bates—sentí un gran piquete en mi brazo debilitandome con el un gran dolor por inercia lleve mi mano a mi brazo

—pensé que podía hacerlo por las buenas Lea—caía a el suelo mientras seguía —sabias la anestesia general se puede administrar a través de una vía intravenosa que requiere la inserción de una aguja en una vena, generalmente del brazo—me guiño el ojo subiendose arriba de mi—dime ¿que sientes? —se burló de mí —de seguro sientes todo tu cuerpo entumecido—empezó a quitarme mi camisa deslindando su frias manos por mi estomago

—vete al carajo—susurre con una sonrisa sínica—puedes tener mi cuerpo pero jamás mi amor —mire su rostro borroso—si me violas no me dejes con vida—empecé a desvariar —nos vemos en el infierno—comencé a ver todo negro 

[...]

M sentía adolorida todo el cuerpo me dolía cada parte de mi sentía dolor, empezaba a ver las luces blancas que estaban en el techo rápidamente dirigiéndome a una habitación con doctores que la movían a lo lejos pude ver a Jaeden con los ojos hinchados.

—¿a dónde me llevan?—susurre al borde de soltar unas cuantas lágrimas por el dolor que e estaba carcomiendo 

—te recuperarás—dijo un doctor inyectando el suero que no me di cuenta que traía inyectado en mi vena 

—Jaeden—susurré—quiero ver a Jaeden —dije con todas mis fuerzas

—después lo puedes ver —intento tranquilizarme—te estas desangrando—no podía controlar lo que me pasaba solamente volvía ver oscuro y ahí apareció la imagen borrosa de mi violador aquel que a partir de ahora se convertiría en mi mayor pesadilla 

[...]

Desperté débilmente abriendo mis ojos con cuidado no podía moverme ni siquiera para voltear a ver a la persona que sujetaba mi mano.

—Lea no intentes moverte—dijo esa voz tan agradable en mi infierno 

—Jaeden ¿que pasó?—susurre con mi voz muy apenas audible —por favor solo quiero saber—solté una lágrima

—alguien te violo—dijo con odio—Noah te encontró en un callejón desangrando—su voz se torno triste

—¿en donde estabas tu?—susurre tan alto como pude esperando su respuesta

—cuando me di cuenta que me seguias y me di cuenta de quien te seguía —moví lentamente mi cabeza para poder verlo y lo vi tan arrepentido, su rostro se vió tenía ojeras, estaba un poco hinchado de la cara, sus manos estaban envueltas en gasas que estaba manchadas de sangre

 —¿pero quién fue?—susurre con lágrimas llenando mis ojos 

 —no lo sé te lo juro—tomo mi mano con fuerza—pero se que con las personas con quien me meto no fueron—mis lágrimas se deslizaban sin ganas de parar

—te creo—con toda la fuerza que había reunido tomé su mano apretandola con mi nula fuerza obviamente sabía que no lo podía lastimar 

—pronto nos iremos a tu casa—soltó mi mano y se paró lentamente para dirigirse a la salida—tu madre está afuera—hizo una mueca—le dije que no pasará pero si quieres....

—no—miré a el foco de la habitación que irradiaba la luz blanca y pura en ese momento supe que yo ya no lo era—quiero descansar que nadie más pueda pasar—dije antes de romper en llanto

No sabia que esto me afectaría demasiado solo sabía que me estaba rompiendo por dentro lo impura que me sentía me había despojado de lo que más quería mi orgullo recordaba cada mínimo recuerdo que venía a mi mente, lo que más odiaba era que la anestesia no pudo dejarme tan inconsciente como quería por tal motivo recordaba como el gemía mi nombre como me lastimaba con cada penetración que me daba.

Mi dolor físico no era problema con mi dolor mental y con todo el problema psicológico dudo que alguien pueda remediarlo nadie me podía salvarme, Jaeden era el motivo por el cual no me perdía en mi mente o recordaba todos esos recuerdos, lo que me intrigaba más era el ¿por qué me hizo eso? ¿por qué a mi?

—¿cómo te encuentras?—preguntó un doctor llegando a mi lado pero tenía la cara cubierta—después de que te follará—vi como inyecto algo a mi suero—recuerdo tu cara cuando cuando te hacia mía—metió su mano bajo las sábanas para después meterla sobre mi bata llegando a mi vagina apretando con fuerza

—¿qué quieres de mi?—solloce al sentirme sucia de nuevo no sabía qué pasaba conmigo o porque mostraba mi debilidad

—quiero verte destruida—dijo entredientes—quiero que cada vez que piense en alterar a alguien piense en cómo te sientes ahora—saco su mano de mi vagina para poder irse

—te odio—entró Penélope alterada al verme de esta forma agitada y gritando como una loca pero al ver que no reaccionaba ante el tranquilizante que recién el doctor acababa inyectar

—Lea—escuche a Jaeden en al entrada de la puerta de la habitación y empecé a tranquilizarme poco a poco 

—Jaeden—susurre cuando mis ojos empezaron a caer lentamente con la imagen de Jaeden defendiendome del violador aunque no hubiera sido real esa escena se que en verdad esa era la única cosa que podía tranquilizarme.

¤~toxic~¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora