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Hoy está decidida.

Pero me siento mal por ella.

No puede estar decidida de hacer algo por una persona.

Que no la quiere.

Hoy come.

Su madre se alegra de aquello.

Parece feliz.

Se viste más hermosa de lo que ya es.

No hace falta que demuestre su hermosura.

Pero ella lo quiere así.

No quiere ir en autobús a la escuela.

Va caminando.

Una vez escuché que cuando uno se enamora, se vuelve estúpido, se vuelve feliz, todo brilla.

Y lo siento por sus poros de la piel.

Hoy se siente radiante.

Llega.

No quiero que llegue.

Ella lo encuentra.

Su sonrisa desaparece.

Él esta allí.

Con otra chica. Una diferente.

Al final piensa.

Perder mi gran virtud por él.

Fue una perdida de tiempo.

Su mente le dice.

Pensaste que realmente te amaría, mirate... Eres gorda, tu pelo es como nido de pájaros, no puedes correr ni una cuadra sin que tu cuerpo rebote como una pelota.

Das asco.

¡Basta!

No la lastimen...

Ella es hermosa.

Pero aun así, sus pensamientos invaden su cuerpo.

Corre hacia el baño de la escuela.

Quiero evitar que sus pensamientos la invadan.

Pero son un sentimiento.

No puedo hacer nada.

Sus pensamientos las siguen invadiendo.

Hasta cierto punto que ya no aguanto más y caigo.

Caigo con más intensidad que cualquier otro día.

No me hagas caer.

No vale la pena.

No las escuches.

¡Escuchame!

Eres hermosa.

No te derrumbes porque también lo hago yo.

No.

Cuando las lágrimas caenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora