#18

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Volvemos a empezar.

Ella esta en su cama.

No tiene ganas de ir a ningún lado.

Sus heridas no han sanado todavía.

Tanto internamente como externamente.

¿Cómo le diría a su madre que no quiere ir a la escuela?

Su madre toca la puerta.

Le pregunta si va a la escuela.

Ella le miente. Le dice que se siente mal.

Entonces la deja en paz.

Se aleja.

Ella se levanta para poder trancar la puerta.

Tengo miedo por ella.

Camina hacia su escritorio.

Mira sus cosas con delicadeza.

Guardando cada detalle de lo que puede guardar.

Toca aquellos objetos tan preciados, los que su madre le ha regalado.

Sus pinturas.

Sus dibujos.

Sus lápices.

Sus pinceles.

Se levanta y comienza a sacarse su ropa.

Con cuidado... Le duele el cuerpo.

Se va hacia su espejo.

Se mira como si fuese la cosa más hermosa de todas.

Se sonríe como hace mucho no no hacía.

Saca con delicadeza las pulseras que ocultan todo el sufrimiento por el que ha pasado.

Tiene muchas marcas.

Me duele verlas.

Camina hacia el baño.

Llena la bañera con agua tibia.

Mientras espera comienza a escribir.

Tiene linda letra.

Tarda un buen rato en hacerla.

La coloca en un sobre.

Y luego va hacia la bañera.

Se mete.

No siento nada por parte de ella.

No siento ni depresión, ni felicidad, ni tristeza.

No siento nada.

Y me da miedo.

Y de repente caigo.

Caigo sin ningún sentimiento.

Caigo como en la nada.

Caigo.

Se mete con lentitud dentro del agua.

Y me mezclo entre las aguas tibias.

Y recién en ese instante me doy cuenta de lo que hace.

Pero ya es tarde.

Cuando las lágrimas caenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora