¿Alguien quiere una dedicación para el siguiente capítulo?
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28 de abril del 2013
—¿Por qué Adonis? —volvió a hablar el rubio a pesar de la constante insistencia de Crowley al decirle que se quedará callado.
—Arruinarás la pintura, cállate ¿quieres? — Crowley soltó un largo suspiro de molestia para luego continuar con su dibujo.
—No sé arruinó la anterior a pesar de haber hablado —se encogió de hombros para luego volver a la misma pose—, ¿por qué Ángel? —volvió a preguntar.
El pelirrojo sabía que si no respondía su modelo seguiría hablando, y si le contestaba lo más seguro es que también siguiera hablando.
—¿Y por qué no? —contestó por fin.
—Hmm... —dudó el de la piel palida—, ¿por qué a mí?
Crowley rió un poco justo después de que Aziraphale concluyera la pregunta.
—¿Crees que eres el único a quien le puse un seudónimo? —dijo ahora un serio Crowley —, no te creas tan especial.
—Sí fui uno de los que elegiste para dibujar y pintar, entonces quiero creer que soy especial.
Crowley no esperaba aquella respuesta, no volvió a hablar y tampoco Aziraphale.
1 de mayo del 2013
—¿Puedo verlo? —preguntó Aziraphale.
—No, y ya tienes que irte, en unos minutos vendrá Michel.
Crowley fue hacia la puerta de la entrada y la abrió para que Aziraphale se retirara.
—Pero quiero verla —dijo sentándose en el taburete que estaba cerca de la barra.
El pelirrojo alzó su ceja un poco molesto.
—¿Desde cuándo tu crees que tienes la libertad y la confianza de exigirme algo? —se acercó a paso firme hacia Aziraphale —. Soy tu jefe.
—Y yo tu modelo —el rubio no tomaba está reacción seriamente —, puedo renunciar si es que quiero.
—Bien, adiós —sonrió.
Aziraphale sin decir nada se levantó del asiento y comenzó a caminar hacia la puerta.
Crowley no se esperaba aquello, pensó que Aziraphale rogaría por su trabajo, pero no fue así, como si no le importara.
—Ven, te lo mostraré, Ángel —volvió a hablar el pelirrojo justo antes de que Aziraphale saliera.
Comenzó a caminar por un pasillo sabiendo que Aziraphale estaría caminando detrás de él, llegaron a otra habitación llena de cuadros que aún faltaban terminar.
Crowley alzó uno y lo extendió hacía Aziraphale.
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