3. Hierbas silvestres.

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Plantas que no son deseadas

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Plantas que no son deseadas. Existen de tipo parasitarias y otras que no hacen daño a las demás plantas. Estas últimas sirven como abono si se mezclan entre sí con restos orgánicos.


—¿Te has disculpado con Yuchan, Byeongkwan? —su postura cambia al hacer la pregunta, esta vez, se inclina hacia mí. Su voz es pacífica como siempre.

—No —bajo la mirada totalmente arrepentido, no era que no quería disculparme, sino que no tenía la oportunidad adecuada.

Mi psicólogo suspira sin cambiar su semblante, alza su brazo para tomar del cappuccino vainilla que le hice en mi trabajo y toma unos silenciosos sorbos. De repente, la planta que estaba sobre su escritorio se volvió completamente interesante.

—¿Por qué no lo has hecho?

—Jeongin y Solar no me dejan estar a solas con él. Se volvieron demasiado sobre protectores con él desde ese incidente.

Tomo el lápiz que me había entregado antes y comienzo a trazar cuadros de manera inconsciente sobre una hoja de papel. Realmente necesitaba hacer frente a aquel altercado, pero no tenía oportunidad. La jodí en grande y lo sabía, no sé por qué no me dejaban arreglar las cosas.

—Solar es Yongsun, ¿verdad? —yo asiento mirándolo de reojo—. Han pasado tres semanas de eso, Kim. Temo que pueda afectar en tu salud mental, tu relación con las demás personas en tu trabajo y tu desempeño allí. Estamos mejorando bastante, solo falta que te des cuenta y, en vez de intentar, lo hagas de una vez.

Relleno la mitad de la hoja y me detengo al escuchar sus palabras. Sí, quizás su consejo sonó rudo, pero sé que no se refería tan solo a mi arranque de ira; él se refería a eso.

—Tengo miedo de hacerlo y fallar, señor Kang —alzo la mirada sin ocultar el temor que refleja mi rostro: mi barbilla tiembla y mis cejas se sienten tensas—. Tengo miedo de pedir perdón por no tratarlo como merecía y que no quiera perdonarme. Tengo miedo porque quizás es demasiado tarde.

El sonido de la estufa de aire es el único ruido que hay en la habitación. Ambos nos miramos, él con su rostro pensativo y yo lleno de nubes grises que amenazaban con derramarse y convertirse en una brutal tormenta.

—Byeongkwan, tienes miedo porque aún no has perdonado tus propios errores y cuando lo hagas, verás que todo lo demás será más fácil.

Mi corazón duele ante sus palabras, siento como si lo apretaran y lo estrujaran sin piedad alguna, pero tiene razón, quizás eso es lo que no me ha hecho abrir los ojos aún.

Quizás haya un poco de luz en mi oscuridad. No todo está perdido.

—Está bien llorar, Byeongkwan —murmura el señor Kang a mi lado.

No sé cuándo se levantó de la silla y se puso de cuclillas a mi lado, pero sé qué necesitaba sacar aquel peso de mi pecho. Es el momento de actuar y no de intentar.

Él toca mi hombro en señal de apoyo y yo dejo que todo fluya.

Esta vez lloro, pero no porque me sienta un completo inútil. Estoy llorando porque sé, que si me perdono por todo, encontraré aquella paz que no tenía desde que él nos dejó.

Sé que puedo hacerlo. Soy Kim Byeongkwan y soy el chico más fuerte del universo porque, a pesar de todo, sigo luchando, sigo resistiendo y sigo vivo.

Los viernes pueden ser días de esperanza.

Flower Boy | wowkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora