8. Tulipán naranjo

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Unión, amistad o conexión favorable entre dos personas

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Unión, amistad o conexión favorable entre dos personas. Se regalaban a las personas tristes o enfermas para subirles el ánimo y desear que pronto se encuentren mejor.


tw: menciones implícitas de suicidio.


Permití a mi madre llorar nuevamente en mi hombro.

Yo me aferraba a sus oscuras ropas mientras intentaba mostrarme fuerte para ella, para fortalecerla a pesar de que estaba destrozado.

Sabías que lo que más detesto en la vida es la deshonestidad, lo sabías. Tú me criaste de esa manera y, aun así, me mentiste, mentiste a mamá, nos ocultaste algo y no supimos hasta que fue demasiado tarde.

¿Por qué la traicionaste? ¿Por qué me traicionaste de esa manera?

Hace poco dejaste de ser el protagonista de mis sueños y, lentamente, la última imagen de ti dejó de aparecer en mis pesadillas y en mis tormentos. Aun así, no me arrepiento de ser yo quién te encontrara: sé que mamá no lo hubiese soportado.

Ella es una mujer fuerte y perseverante, pero si ella hubiera visto tus ojos vacíos y tu rostro sin color alguno, sé que su mente hubiera colapsado y no se hubiera mejorado tan pronto como lo ha hecho. Ella no estaría sonriendo y volviendo a trabajar con ese ánimo brillante, ella no estaría cantando suavemente mientras revive y cuida de tu jardín con esmero y amor como ahora. No, si ella te hubiera visto como yo lo hice, no solo sufriría por el luto, sino también, moriría de angustia ante tu imagen y se quebraría cada vez más hasta extinguirse al igual que tú.

Me hiciste creer en las almas gemelas, que tenemos muchas conexiones, pero solo una era el alma que con la que realmente sentías amor puro y pleno y ella era tu alma afín.

Sí, ella hubiera perdido por completo la esperanza si te hubiera encontrado sin vida.

No dejaste una carta, no nos enviaste un último adiós, no hablaste con nadie. La única evidencia que encontramos fue una carta del médico que te anunciaba que tenías leucemia crónica. Pudiste decirnos, te hubiéramos apoyado e, incluso, hubiera sido capaz de saltarme las clases en la universidad para acompañarte a tus quimioterapias para que no te sintieras solo, pero te quedaste en silencio y te marchaste sin despedirte.

Te odié tanto por dejarnos.

Mamá, al saber aquello, comenzó a ir a terapia y dejó de trabajar porque la pena que sentía era tan grande que apenas se levantaba para ir al baño. Por mi parte, dejé la universidad y busqué trabajo tan pronto como pude. Hice de todo para mantener a la familia a flote, trabajé en lo que nadie quiere hacer hasta que Junhee me ofreció un puesto de trabajo en una preciosa cafetería tan pronto cuando su padre hizo el papeleo para hacerlo dueño del local porque se iría a abrir un restaurante al extranjero. Además de eso, él me entregó su apoyo incondicional, me insistió y me ayudó a encontrar un buen psicólogo para tratarme y me presentó a sus amigos y amigas de la cafetería que más tarde se convirtieron en mi segunda familia.

Sé te hubiera gustado conocerlo, es un grandioso amigo.

Es la misma estación del año, es el mismo frío demoledor, es el mismo sitio exacto donde descansan tus huesos, pero el sentimiento que recorre mi cuerpo, mi mente y mi corazón es distinto a al yo de un año atrás. 

¿Me perdonarás alguna vez?

—Mi niño... —mi madre aparece caminando entre los pasillos que dejan las lápidas con un ramo de lavandas y menta entre sus brazos. Su sonrisa triste me hace suspirar y mi barbilla tiembla ligeramente cuando ella deja con cuidado aquel ramo sobre la losa donde está tu nombre—, ven aquí.

—Por hoy me permitiré ser débil, mamá —murmuro con un nudo en mi garganta cuando ella queda frente a mí.

Veo como abre sus brazos y yo me inclino por inercia y la abrazo escondiendo mi rostro en su pecho. Las lágrimas recorren mi rostro y ella acaricia mi espalda con suavidad y ternura por sobre mi abrigo. El calor vuelve a mi cuerpo con lentitud, su amor y cariño hacen que mi corazón se contraiga y que ligeros espasmos recorran mi cuerpo.

—No siempre tienes que ser fuerte, bebé —ella me habla con tranquilidad en su tono de voz y besa mi cabello después de unos minutos en la misma posición—. Está bien ser débil, está bien tener pena, está bien llorar y expresarte, mi príncipe.

El día se hace noche y, a la semana siguiente, cuando vuelvo a trabajar, el ambiente era pacífico y, como nunca, siento que pasan tan rápido los días que, un abrir y cerrar de ojos, es el último día de la semana en la cual trabajo. Incluso, aquella clienta que es normalmente exigente con sus pedidos, esta vez fue totalmente diferente.

Pero lo más extraño de la semana fue encontrar una flor anaranjada sobre el mesón cuando volvía de guardar los granos de café en uno de los muebles de la cocina. Había escuchado que alguien había entrado, incluso le grité que estaba cerrando, pero que podía venderle unos postres y ese alguien había hecho un sonido afirmativo. No pensaba que al salir de la cocina me encontraría con el local completamente vacío y con una flor como evidencia de que aquellos sonidos no eran parte de mi imaginación.

Decidí observar la flor con detalle cuando estaba en el transporte público, incluso saqué una foto y busqué que tipo de planta sería y su significado. Jamás habría pensado encontrar un significado tan acorde a lo que sentía. Busqué las fotos de las demás flores en la galería de mi celular e investigué su significado.

No sabía si sentirme halagado o con un leve temor. ¿Esto era acoso? No, regalar flores no es una conducta abusiva o dañina y tampoco sé si van dirigidas para mí. ¿Es algo con finalidades perversas? No, si fuera así los significados no serían tan inocentes y puros. ¿Acaso esta persona intenta cortejar a alguien? Si fuera el caso, debería ser alguien con timidez y con mucho tiempo para revisar cada significado. 

Al llegar a casa, dejé la flor en un florero que está sobre la mesa del comedor y su color brillante no pasó inadvertida para mi mamá, quien me insistió en hablar hasta que le conté todo mientras comíamos.

—Si esas flores son para ti —me interrumpe después de relatarle con lujos y detalles sobre los significados y los escenarios en los que me había encontrado esas plantas—, seguramente te quieren conquistar.

—¿Qué? —pregunto con incredulidad mientras escondo mi rostro enrojecido con taza donde está mi té —. No digas eso, mamá.

—Tu padre intentó hacer lo mismo conmigo, pero no era tan romántico. Una vez me envió menta con una nota que decía "le das frescura a mi vida y calmas mi corazón, eso pasa cuando encuentras a tu verdadero amor, ¿saldrías conmigo, por favor?". No hay nada romántico en recibir una planta aún con las raíces en ella. Él siempre fue un hombre muy único e inusual.

—¿Y qué le respondiste?

—Que sí —ella se limpia la comisura de su boca de manera torpe mientras comienza a reírse a carcajadas— y fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Me uní a su risa contagiosa después de unos segundos, dándome cuenta de que es la primera vez que hablamos de él sin que la tristeza venga como efecto secundario.


Quizás, desde ahora, nuestros viernes sean más felices.

Flower Boy | wowkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora